El presidente Alberto Fernández inauguró este miércoles el foro empresario de Idea con un mensaje para construir “un capitalismo más solidario” luego de haber “tocado el fondo del pozo” tras el gobierno de Mauricio Macri y los efectos de la pandemia.

“Vamos a levantarnos otra vez y vamos a hacerlo respetando la solidaridad, los derechos de los que menos tienen, ayudando a los que invierte y producen”, sostuvo al cerrar su discurso virtual desde la Quinta de Olivos.  

“Lo único bueno entre tanta tragedia es que tocamos el fondo del pozo. Solo nos queda mejorar, pero hagámoslo de otro modo, con otra lógica, pongámosle al capitalismo la cuota de solidaridad que necesita”, señaló.

La intervención de Fernández se extendió por más de media hora, donde repasó la herencia que recibió su gobierno de la gestión de Cambiemos (“cuando llegó el coronavirus ya estábamos en terapia intensiva”) y la estrategia ante la pandemia. “Nuestra principal urgencia fue reconstruir un sistema de salud completamente desmantelado. Cuando algunos dicen para qué sirvió la cuarentena, yo digo que sirvió para poner de pie lo que había sido derribado”, resumió.

También se refirió al rol del Estado y al sector empresario en este contexto. “El capitalismo puede garantizar el desarrollo social y pienso que empezó a tergiversarse el día en que en las empresas empezó a ser más importante el gerente financiero que el de producción”, sostuvo y agregó: “El tiempo que se viene nos exige pensar el desarrollo de otro modo, es una gran oportunidad para pensar un capitalismo solidario porque un capitalismo sin mercado es una trampa. Un capitalismo sin Estado es la selva misma, un mundo sin reglas donde gana el más fuerte, el más poderoso, y pierde el resto. Un Estado sin capitalismo es un estado discrecional, interventor y que puede ser autoritario”.

“El estado, el capitalismo y el mercado definitivamente están vinculados al progreso y al desarrollo, nosotros estamos convencidos que es ese el camino”, añadió.

En otro fragmento de su discurso, el mandatario rechazó el mote de que su gobierno sea “antiempresario”: «Cada vez que lean que somos un gobierno antiempresario, piensen en el ATP y piensen si algún gobierno se preocupó tanto por cuidar a las empresas, pequeñas y medianas», indicó. 

También se refirió a los planes pospandemia y las posibilidades de desarrollo que tiene el país. “Tenemos muchas alternativas en el futuro para el desarrollo agroexportador, con la posibilidad de desarrollar energías renovables, con inversiones para producir combustibles con la menor cantidad de azufre, con la construcción y la obra pública para el año entrante”, detalló y destacó que «la obra pública va a ser el gran motor de la economía argentina”. 

Dólares 

“Estamos enfrentando un problema de falta de divisas que heredamos, por una desconfianza que se crea porque se repiten cosas que no son ciertas, desde los que plantean que se viene una devaluación o que nos vamos a quedar con los depósitos de la gente, algo que jamás haría”, aseguró y añadió: “Lo que necesitamos es que Argentina crezca con confianza y que los empresarios de una vez y para siempre entiendan que tenemos que trabajar juntos para desarrollarnos”.

El mercado concentrado de las telecomunicaciones

El presidente aseguró que la decisión de hacer servicio público a las telecomunicaciones respondió a la necesidad de “abrir un mercado que por decisiones políticas estuvo cerrado y protegido durante mucho tiempo”.

Remarcó que “cuando pensamos en hacer un servicio público lo hicimos pensando en dos cosas”, y señaló que éstas fueron “garantizar condiciones mínimas de servicio, por la dimensión que ha tomado, pero también promover una gran competencia en un sector que hace muchos años la perdió”.

“No es el caso de los celulares, pero sí de internet y la televisión por cable. La competencia se ha perdido porque algunos sectores tuvieron ventajas que otros no tuvieron”, agregó.

Seguridad jurídica y convivencia democrática

“Qué pensarían si completara las vacantes en la justicia cambiando a jueces amigos de un tribunal a otro, ustedes creen que es una mejor justicia. Eso es lo que se hizo con el silencio cómplice de muchos y eso está mal. Si yo quisiera ser un sinvergüenza, solo me hubiera callado y hubiera aprovechado ese precedente. Pero no creo en eso, creo que la seguridad jurídica que reclaman exige jueces dignos y probos, con concurso, acuerdo del senado y designados por el Poder ejecutivo. Cuando eso no pasa, la dignidad y probidad de los jueces están en tela de judicio y el sistema judicial sufre”, manifestó.

“Tenemos que recuperar la convivencia democrática, algo que hemos perdido hace años. el mayor flagelo es la intolerancia, la descalificación por no ser o pensar como yo. Eso nos ha llevado a una argentina dividida. Ya no hablo sólo de la política, porque lo que hemos visto de marchas y marchas, con protestas en casas de jueces, de la vicepresidente o acá en Olivos, donde solo se plantean insultos y maltratos. Ese país también pone a los empresarios y trabajadores en veredas opuestas y nosotros los necesitamos en la misma vereda, trabajando juntos. Recuperar nuestra convivencia es central para pensar una argentina distinta”, sostuvo.

Un coloquio virtual

El tradicional Coloquio de IDEA normalmente irrumpe en la serena Mar del Plata de octubre pero el efecto Covid-19 la obliga este año a la versión digital. Entre el miércoles 14 y el viernes 16, el llamado Círculo Rojo de los hombres y mujeres más influyentes de los negocios y la política locales desarrolla una extensa lista de webinares en doble turno con la participación destacada del presidente en un momento de tensión entre las partes. De un lado y otro se hicieron votos públicos por el diálogo como vehículo para una salida de la crisis económica que se pronunció durante la pandemia, pero en los canales informales los cruces de declaraciones son cada vez más frecuentes.

Incluso desde los sectores que se muestran más abiertos a relacionarse con Balcarce 50, como la industria, la agroindustria, el comercio y las pymes, hubo cuestionamientos a la cuarentena, a la que se objeta por su impacto en la actividad económica, y recientemente al endurecimiento de la política cambiaria.

Las empresas también manifestaron su descontento por proyectos oficiales como el DNU 690, que declaró como servicio público a las telecomunicaciones y congeló las tarifas hasta fin de año, o como la iniciativa oficial para gravar a las grandes fortunas. También hubo malestar por la extensión de la prohibición de despedir personal en la crisis sanitaria. Incluso hubo sectores que atacaron a la administración por la baja de retenciones que se anunció la semana pasada, una medida largamente reclamada por los exportadores.

Este fin de semana en varias entrevistas con medios se refirieron a leyes como la de Teletrabajo como “un proyecto que no beneficia a nadie”, apuntaron contra el impuesto a la riqueza y acusaron la falta de un plan de largo plazo y de previsibilidad, una palabra que condensa la larga lista de reclamos corporativos.