El próximo miércoles Alberto Fernández ofrecerá uno de sus últimos discursos como presidente. Lo hará en Beijing, cuando el III Foro de la Franja y la Ruta impulsado por China transite su jornada de cierre. No será sólo una cuestión protocolar. El invitado argentino hablará inmediatamente después de la alocución que ofrecerá mandatario chino Xi Jinping. Fernández fue invitado por su par anfitrión para hacerlo.

El dato, confirmado a Tiempo por fuentes diplomáticas, aporta más expectativa a la bilateral que tendrán ambos mandatarios, especialmente por la ampliación del uso del swap con China: permitiría ampliar las reservas del Banco Central en un momento crítico por la corrida cambiaria.

Fernández llegó a Shangai este sábado por la mañana (hora de Argentina). Es la primera escala de la recorrida que continuará el lunes en la capital. El presidente viajó con una comitiva muy reducida, que incluye al titular del Banco Central, Miguel Pesce, el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello y la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Cecilia Todesca. Todos fueron recibidos por el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, que podría acompañar al presidente cuando regrese al país de la gira.

Falta una semana para las generales del 22 de octubre y había grandes chances de que la visita no se realizara, sin embargo su concreción será clave por la utilización del swap en un escenario de particular inestabilidad cambiaria en Argentina, un país cuyo ingreso al bloque integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) ya está confirmado para el 1° de enero de 2024, aunque dependerá del resultado del proceso electoral que el próximo domingo tendrá su primera vuelta.

Con esas incógnitas por delante, Fernández estará en este foro titulado «Cooperación de la Franja y la Ruta de Alta Calidad: juntos por el desarrollo y la prosperidad comunes». Reunirá a representantes de 110 países que forman parte de la Franja y la Ruta. Entre los invitados se espera la presencia del presidente ruso Vladimir Putin, mientras que otros ya arribaron, como el mandatario chileno Gabriel Boric, cuyo país es uno de los principales proveedores de fruta fresca del mercado chino.

A principios de julio hubo un giro determinante para ese mecanismo de intercambio de monedas entre Argentina y China. Cien días atrás el Banco del Pueblo de China anunció la ampliación del segundo tramo del swap que mantiene con el BCRA «permitiendo que los 1700 millones de dólares adicionales» que se necesitaba para concretar un pago de 2700 millones al FMI «se realice en yuanes».

El antecedente aporta interrogantes a esta última gira de Fernández, porque podrían concretarse más anuncios respecto al endeudamiento con China para afrontar una eventual complicación en la relación con el Fondo Monetario Internacional, especialmente por las últimas medidas económicas del Gobierno en medio del escenario electoral.

Los detalles de la negociación del swap se mantienen en reserva, pero son el tema principal de este viaje. Antes de partir, Fernández le concedió una entrevista a la agencia Xinhua donde mostró la intención que lleva. «Yo quiero que sigamos profundizando este vínculo. Ahora, además, también gracias al Gobierno chino, nosotros hemos ingresado a los BRICS, con lo cual también tenemos un ámbito donde podemos trabajar juntos en otras cuestiones», aseguró.

Fernández definió a China como «un inversor genuino en Argentina» y destacó que «no hay capitales chinos que vienen a hacer inversiones de ocasión para especular financieramente, son inversiones a largo plazo, son inversiones que dan trabajo, son inversiones que claramente expresan la voluntad de hacerse parte del país, de compartir con Argentina el desarrollo argentino».

Con esas palabras el presidente buscó endulzarle los oídos al gobierno chino. La visita y la participación en el III Foro sucede en el noveno aniversario de la Asociación Estratégica Integral que firmaron los dos países en 2014.

«Yo tengo la expectativa de que los diez años que se cumplen duren muchos años. En estos diez años que han pasado hemos podido verificar que podemos confiar mutuamente y podemos cumplir mutuamente. Cuando necesitamos de China, China nos ayudó, y eso hace mucho también para forjar la amistad entre dos países. Son suficientes pruebas como para darnos cuenta de que tenemos que tener un muy buen vínculo con China», insistió Fernández en referencia a la ampliación del swap en momentos críticos con el FMI.

En este año también hubo otro paso en la relación económica bilateral. A fines de abril se activó el swap que luego se amplió en julio. Permitió que en mayo se pagaran en yuanes más de 1040 millones de dólares en importaciones provenientes de China. «Yo creo que eso es un paso muy importante, porque es una necesidad del multilateralismo dejar de depender del dólar. En la medida que eso lo podamos ir reemplazando, poniendo otras monedas en el juego comercial, me parece que eso es importante y valioso», opinó.

Este sábado Fernández fue recibido por la empresa Gotion, que tiene inversiones en Argentina y fabrica baterías de litio para autos, ómnibus y bicicletas. También visitó el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico de Huawei, y las mineras Tsingshan, Tibet Summit Resources y CST Mining Group Limited.

El martes 17 se reunirá con la presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, Dilma Rousseff, dentro de la agenda del ingreso de Argentina a ese bloque regional, junto a otros cinco países: Arabia Saudita, Irán, Egipto, Etiopía y los Emiratos Árabes Unidos.

La balanza comercial es negativa para Argentina, pero China es el segundo destino de las exportaciones agroindustriales, al punto que en 2022 crecieron un 29% respecto al año anterior. «