«Estamos ante un fin de ciclo», señala Matías Barroetaveña en relación al escenario que presenta la PASO en la Ciudad de Buenos Aires, gobernada hace más de 15 años por el PRO. Según el legislador por Unión por la Patria (UxP), el peronismo tiene chances de alcanzar un balotaje competitivo ante lo que observa como un escenario de desintegración en el Juntos por el Cambio local.

–¿Cómo ves las chances de UP a nivel nacional en este contexto económico? ¿Cómo se le habla al votante para que vuelva a apostar por el peronismo?

–Creo que la población entiende que este contexto económico es consecuencia de una serie de factores que tienen que ver con el acuerdo con el FMI, esa herencia que dejó Macri. También es verdad que hay un reclamo hacia nuestro gobierno, que más allá de la pandemia, la guerra y la sequía no logró recuperar los ingresos y bajar el desempleo, a pesar de algunas políticas interesantes como el ATP, el IFE, el tema de las vacunas y demás. Me parece que se genera alguna esperanza con el gasoducto y las políticas sobre el litio. Y la verdad es que es un modelo que apuesta a la producción y al trabajo. Massa desde que llegó se puso al hombro la situación, se lo ve trabajando, esforzándose y discutiendo con el FMI en defensa de intereses concretos para los argentinos. Hay una chance porque la oposición sólo plantea un esquema de ajuste represivo bajo la misma receta de siempre, donde no hay ninguna esperanza. Prometen cerrar empresas, sacar derechos laborales, perseguir y, si es necesario, matar. Ni siquiera hacen las propuestas de 2015, ahora es algo totalmente cruel.

–¿Cómo interpretás este cálculo que circula sobre el voto «útil» a Lousteau en las PASO?

–Aquellos que plantean esto pertenecen a un círculo muy politizado que intenta hacer una especie de voto táctico. Deberían reflexionar sobre la actitud de Lousteau desde el momento en que decidió ser cooptado por Larreta: miren la Legislatura porteña, donde tiene un bloque importante que acompañó todos los negociados inmobiliarios e impulsó las mismas políticas que el oficialismo. Quien quiera votar a Lousteau tiene que pedirle que su bloque en la Legislatura vote con nosotros para terminar con la indigencia, para que los enfermeros puedan ser profesionales, para poder tener políticas que acompañen a los inquilinos, para que haya un presupuesto de educación que crezca y amplíe las vacantes en las escuelas, para poder extender el subte y comprar formaciones sin asbesto.

–¿Qué puede pasar con la Legislatura porteña el año que viene, en una elección que parece muy abierta?

–Tenemos la expectativa de que después de 16 años de gobierno del PRO aparezca la oportunidad de gobernar la Ciudad. Estamos ante un fin de ciclo que se expresa en la interna del oficialismo porteño con descalificaciones personales. Enfrente, Leandro Santoro viene trabajando como militante tanto en la calle como en los medios, se acerca a otros electorados y eso nos puede posicionar en un balotaje competitivo para hacer un gobierno diferente que ponga en el centro a las personas, que se ocupe de los problemas cotidianos. Somos optimistas.

–¿Cómo plantear desde UP un modelo alternativo al que impone el lobby inmobiliario en CABA?

–El problema de la vivienda es global y se da en las principales ciudades del mundo. Lo que pasa en CABA es que se gestiona directamente por el sector inmobiliario, que sólo busca maximizar sus ganancias. Para eso se ha modificado el código urbanístico, que permitió la construcción de más de 10 millones de metros cuadrados que están vacíos, lo que deja casas sin gente y gente sin casas. Necesitamos un gobierno que empiece a pensar cómo resolver el déficit habitacional que hoy sufre la mayoría de los porteños, ya que el sueño de la casa propia quedó muy lejos, se duplicó la población en villas, tenemos 10.000 personas viviendo en la calle, más de 80.000 en situaciones precarias en diferentes espacios. Necesitamos un gobierno que ponga un impuesto a la vivienda ociosa, que genere construcción pública y pública-privada de viviendas para alquiler con precio controlado, que deje de vender tierras estatales. La vivienda es un derecho constitucional. La Ciudad de Buenos Aires tiene muchísimos recursos para poder hacerlo con incentivos y también con sanciones a la especulación. «