La reducción de la jornada laboral es el nuevo debate que instala el oficialismo en la Cámara de Diputados. Argentina tiene una norma vigente desde hace 100 años y un contexto donde el sector del trabajo es heterogéneo. Desde el Ejecutivo plantean que se llegue a una ley que se implemente de manera escalonada y mantenga la misma carga salarial.

En ese marco, se reunió este martes la Comisión de Legislación General que dio lugar a la expresión de distintos sectores nacionales e internacionales.  También habló la ministra de Trabajo de la Nación, Raquel “Kelly” Olmos, que manifestó de entrada que le era “grato” participar de esa discusión porque la norma relativa a la jornada laboral “es una de las que en la Argentina ha quedado más rezagada”. En ese sentido comentó que la OIT acepta la existencia de 48 horas de jornada laboral como máximo semanal. “Con el tiempo, desde el origen de la OIT a la actualidad ha habido otras normas como la que plantea el objetivo para combatir el desempleo”, señaló.

Desde el sector empresarial criticaron el debate. El argumentó es que ya están los convenios colectivos como la normativa marco. Julio Cordero, vicepresidente del departamento de Política Social de la Unión Industrial Argentina (UIA), cuestionó el para qué de la modificación de la norma.

“Yo limito la jornada para que trabaje menos, ¿para qué? O sea, ¿está mal trabajar, estamos en contra del trabajo? ¿Para qué, para ir afuera a hacer qué? Por supuesto la vida familiar es absolutamente importante, pero esto ya se debatió internacionalmente. El límite dispuesto por la OIT es de 8 horas diarias o 48 semanales”, afirmó.

Al finalizar la reunión, la presidenta de la comisión Vanesa Silley anticipó que se convocarán más invitados para continuar con la discusión del tema que el oficialismo quiere aprobar antes de que finalice el año parlamentario.

El diputado Eduardo Valdés recordó que el Papa también habló de la reducción de la jornada laboral.

En tanto, en un evento por fuera del Parlamento el titular de la UIA Daniel Funes de Rioja señaló: “Esto de repartir trabajo es una teoría descartada en el plano internacional”. Lo que hay que buscar es productividad y buen salario, todo eso forma parte de una ecuación distinta a bajar arbitrariamente las horas en el sector privado”, agregó.

En la actualidad, en Diputados hay distintos proyectos presentados por legisladores del FdT, el Frente de Izquierda y el socialismo santafesino. El del oficialista Hugo Yasky propone que el día de trabajo no se exceda de las 8 horas diarias o las 40 semanales sin disminución del salario. Por su parte, el de su par Claudia Ormachea establece que la jornada laboral de 6 horas diarias o 30 semanales. Y la iniciativa del titular de la Bancaria, el diputado Sergio Palazzo, propone un régimen de un máximo de 8 horas diaria pero que no pase los 4 días a la semana.

Por su parte, ,El socialista Enrique Estévez propone que la jornada no exceda las 36 horas semanales. El diputado del FIT, candidato a vicepresidente, Nicolás del Caño, señala en su proyecto un máximo de 6 horas diarias y 30 semanales.

Durante el debate, los legisladores que apoyan la modificación coincidieron en que disminuir la carga horaria laboral beneficia a los trabajadores, aumenta la productividad, estimula la creatividad y reduce el estrés.

Dentro de las filas del oficialismo hubo diputados, como Eduardo Valdés, que recordaron que “el Papa Francisco propuso en el cuarto Encuentro Mundial de Movimientos Populares la reducción de la jornada laboral y agregó el ingreso universal». El salario universal también fue otro de los temas planteados y quedó el debate abierto.