El gobierno bonaerense comenzó a planificar el operativo de vacunación masiva que llevará adelante apenas esté disponible la vacuna contra el coronavirus en el país, lo que podría ocurrir en diciembre. Los primeros en ser vacunados serán el personal de salud, los mayores de 60, los policías y los docentes.

El Ministerio de Salud está a cargo del diseño de la campaña que contará con 5400 vacunadores y que podría demandar entre tres y seis meses. El gobierno resolvió incorporar 2500 vacunadores de las escuelas de enfermería a los 2900 que hoy ya trabajan en el territorio bonaerense en dependencias provinciales y municipales. 

La cartera sanitaria ya trabaja en la adaptación de los protocolos de las vacunas disponibles para poder capacitar al personal, debido a que todas tienen ciertas particularidades en su método de aplicación, sus cuidados y la manipulación de las dosis. Aún no se sabe cuál o cuáles vacunas llegarán al país y a la provincia.

Por otro lado, el gobierno provincial inició el proceso de compra de jeringas, agujas, descartadores, algodón, elementos de higiene, conservadoras, heladeras, entre otros elementos esenciales para poder abastecer los puntos de vacunación.

Como parte de la logística, Salud también está diseñando un sistema digital para poder contar con información en tiempo real de la vacunación en el territorio.

El viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, brindó detalles del operativo que están coordinando. «Preparamos una campaña masiva para poder vacunar a millones de personas en pocos meses y lograr tener lo que se llama inmunidad del rebaño que se produce siempre por vacunación y no de otra manera», explicó.

Según el relevamiento del gobierno, la población prioritaria a vacunar llega a los 6 millones de personas e incluye al personal de salud, los mayores de 60, los mayores de 18 con factores de riesgo, polícias y docentes bonaerenses.

El funcionario explicó que el objetivo es «lograr que el COVID-19 deje de circular al menos como una enfermedad pandémica». Sin embargo aclaró que «puede ocurrir que en el próximo invierno haya algunos casos de coronavirus junto con la epidemia anual de gripe y bronquiolitis. Pero ya no es lo mismo si tenemos algunos casos a tener a toda la población suspceptible de enfermarse».

También dijo que la aplicación variará de acuerdo a la o las vacunas que finalmente lleguen a la provincia y sus especificaciones técnicas, como la conservación y manipulación de las dosis. Y anticipó en este sentido que no cree que sea «puerta a puerta».

Explicó que, por ejemplo, que la vacuna del laboratorio Pfizer implica una logística más complicada. «Hay que conservarla a menos 80 grados y eso es difícil hacerlo, por lo que sólo se podría vacunar en lugares que tengan esa tecnología como hospitales grandes». Pero acotó que hay otras vacunas «menos complejas» que permiten «territorializarla más».  «No parece que vaya a ser ésta una vacunación casa a casa. Eso se hace con vacunas más estables y se resolvería en semanas», dijo Kreplak. Y estimó que la campaña llevará entre 3 y 6 meses en total y que luego quedará un remanente para quienes no hayan podido aplicarse la vacuna por diferentes razones.

Mientras aguardan la noticia de la vacuna, en el gobierno siguen con optimismo la baja de casos de coronavirus en el AMBA que volvieron a descender. Según los datos oficiales, la semana pasada terminó con una baja del 12% en el ritmo del crecimiento de casos al descender de 2830 a 2628 positivos diarios. Fue la octava semana en baja desde la última de agosto, cuando se registró el pico con 5334 casos en un día en el Conurbano. En tanto, el interior -que tuvo múltiples brotes en los últimos dos meses- comenzó a registrar una lenta estabilización.