Cuando una ley nace injusta, el grito de rebelión es necesario. Inicio con esta afirmación de John Locke, al cual nadie podría tildar de petardista, para devolver a lxs relatores de las banderas del liberalismo político, el espejo donde mirarse.

Si nombrara a José Martí, Mariategui, Reinaga o a los líderes indígenas del levantamiento anticolonial como Tupac Amaru, Juana Azurduy o el tayta Quispe me tildarían de izquierdista o fundamentalista. Pero no. Les recuerdo el pensamiento político del padre del liberalismo, Locke, para afirmar que: ni en eso se encuadra la salvaje represión que el gobierno de Gerardo Morales perpetró contra el legítimo derecho a la rebelión de los pueblos originarios.

El interés afectado en Jujuy para las comunidades indígenas es nada más y nada menos que la permanencia en los territorios indígenas, su modo de reproducción de vida y el cuidado y resguardo del agua, de las cuatro aguas.

La Fiscalía de Estado de la provincia de Jujuy informó durante esta semana la planificación de causas que tienen preparadas para encarcelar y embargar los pocos, poquísimos bienes que las comunidades indígenas poseen si continúan practicando el derecho a la protesta.

No les basta reprimir, sino que ahora pretenden hacer arrodillar a los pueblos originarios: Pueblo atacameño, pueblo qolla, pueblo fiscara, pueblo ava guaraní, pueblo omaguaca, pueblo tilian, pueblo chicha, pueblo ocloya y pueblo qom que viven en Jujuy. Su plan es el despojo.

Creo que no podríamos llamar liberalismo político al pensamiento de Morales. Es más bien cercano al nacional socialismo de Hitler y Mussolini: la eliminación de la otredad, está vez no del pueblo judío, sino de todos los pueblos originarios que son parte de Jujuy.

Ayer, en la Cámara de Diputados de la Nación, pidió la palabra la wedding planner (organizadora de casamientos) de la puna jujeña Natalia Sarapura. Ayer indígena VIP del mundillo de la cooperación internacional, hoy india amiga. De estirpe radical devenida en showgirl cambiemita. Sorprendió al mundo panperonista su discurso en voz alta. Mostró su malestar: los indios se le rebelaron.

Ante la ilegal reforma constitucional que el gobierno provincial de Gerardo Morales (Visir de la Puna) realizó de manera express, es legítimo el levantamiento indígena.

A nosotrxs, no nos sorprendió su sobreactuación. Suponíamos que iba a entregar evidencia sobre el proceso de consulta, libre, previa e informada que había realizado la Asamblea Constituyente para obtener el consentimiento de las 400 comunidades indígenas para con el texto de la reforma. Pero no. No lo tiene. Las comunidades serán afectadas de manera negativa por la reforma constitucional, pero en su discurso lo niega.

Show desplaza evidencia. Era necesaria la sobreactuación porque no dispone de ningún documento administrativo que dé cuenta de que los pueblos originarios dieron el consentimiento para el texto final de la reforma constitucional. Dicho proceso tiene al menos tres etapas tal cual lo establece el Convenio 169 OIT, ratificado por el propio Congreso de la Nación. Por eso sostenemos que la reforma es ilegal. Y ella lo sabe. Lo enmascara produciendo una contraposición entre políticas filo peronistas y sus propias políticas radicales cambiemitas.

¡Qué error querida! Confundiste la tribuna a quién hablarle. Preferiste vestirte radical, que india. Preferiste las inversiones extranjeras, que la pachamama. Preferiste vender a tu madre, que defender a tus hermanxs. Preferiste el litio, que las cuatro aguas. Preferiste la banca radical, que la autonomía política. Preferiste el orden milico y balas, que las coplas y el maíz. Preferiste la persecución a las disidentes, que la conversación plural. Preferiste el poder judicial cómplice, que el pluralismo jurídico. Preferiste el discurso de barricada, que la argumentación con pruebas. No lo lograste: avergonzaste a tus ancestras.

* Tejido de Profesionales Indígenas