El canciller Felipe Solá confirmó que el último presidente constitucional de Bolivia, Evo Morales, llegó a la Argentina en un avión de línea y que tendrá en primer lugar el status de asilado político. El flamante ministro de Relaciones Exteriores especificó que “viene para quedarse en la Argentina, entra en condición de asilado y después pasará a tener la de refugiado”.

En declaraciones televisivas, Solá dijo que este miércoles había firmado los tramites aceptando el pedido de asilo como paso previo a la otra instancia legal.

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(Foto: Twitter)

“Evo Morales, su vicepresidente Álvaro García Linera, su ex canciller, la ex ministra Montaño y el ex embajador de Bolivia ante la OEA aterrizaron esta mañana en el país. Les he dado asilo político para que entren y ellos luego pidieron ser refugiados. En las próximas horas, cesará la condición de asilo y asumirán la de refugiados”, informó Solá en declaraciones a TN.

Al llegar al país, Morales agradeció la solidaridad de México y Argentina a través de redes sociales y adelantó que seguirá luchando «por los más humildes y para unir a la Patria Grande».

Morales viajó desde México, donde se había asilado ni bien renunció al cargo por presiones militares el 10 de noviembre pasado y cuando las bandas ultraderechistas cruceñas acosaban a los militantes del MAS, ya habían quemado una casa suya en Cochabamba y una de su hermana.

En esas horas dramáticas fue clave la actitud del todavía presidente electo, Alberto Fernández, para garantizar que Morales pudiera salir con vida de su país.

Esta decisión del nuevo gobierno argentino contradice radicalmente la postura de Mauricio Macri, que si bien no llegó a reconocer al gobierno de facto de Jeanine Añez, nunca calificó al proceso destituyente como golpe de estado.

Evo Morales había viajado a Cuba para realizarse estudios médicos -el año pasado había sido operado de un tumor en una clínica de La Paz- y desde México emprendió el vuelo que lo trajo a Buenos Aires. Aquí se reencontró con sus hijos, Álvaro Morales Alvarado y Eva Liz Morales Paredes, quienes habían pedido refugio la semana anterior.

La intención de Morales es estar cerca de Bolivia para poder articular la campaña del MAS de cara a las elecciones que el gobierno de facto debe convocar para continuar con el proceso democrático en Bolivia. De hecho, Morales será el jefe de campaña, según el cargo que le otorgó su partido en un congreso realizado el sábado pasado en Cochabamba.

La realización de elecciones por momentos parece una utopía si se tiene en cuenta el carácter de los grupos que tomaron el poder en Bolivia. El partido Añez obtuvo en la última elección un 4% de votos. De allí que las amenazas de proscripción y de fraude sean moneda corriente.

El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, ya indicó que podría no haber comicios en el Chapare, donde el voto al MAS tradicionalmente fue abrumador. La excusa es que no se dejaban ingresar a la policía nacional. Las tropelías que cometieron las fuerzas policiales en todo el país son un riesgo que los lugareños no quieren correr. Insultante, Murillo no perdió ocasión de esa gente tiene que dejar de “consumir drogas”, según reveló el diario Pagina 7, que no es precisamente un medio “masista”.

Hubo un cruce por twitter entre el fervoroso ministro y Morales antes de que el expresidente partiera rumbo a Buenos Aires.