El acuerdo pactado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, con el staff del Fondo Monetario Internacional cerró esta madrugada su primer round en el Congreso. La votación en la Cámara de Diputados superó por cuatro los 200 votos que esperaba reunir el oficialismo. Llegar a esa aritmética implicó asumir altos costos políticos para la coalición oficialista. Por primera vez, desde el regreso del panperonismo al poder, el Frente de Todos afrontó una votación dividida en la Cámara Baja, que se agigantó por las 28 voluntades que votaron en contra. Entre ellas, la del extitular del bloque del FdT, Máximo Kirchner, luego de una sesión de 13 horas, donde los demás socios de la coalición oficialista intentaron transformar ese desacuerdo en una abstención.

El operativo para contener las diferencias internas sólo llegó a 13 abstenciones que quedaron en el ojo de la desconfianza. Al final de la votación, esa posición fue mal vista por quienes optaron por la aprobación o el rechazo. Hace un mes era la salida que más había resonado luego de la renuncia de Kirchner a la jefatura del bloque oficialista. Ese giro es una muestra de las dificultosas negociaciones que aumentaron su vértigo en las últimas 48 horas. Hace 40 días el rechazo del exjefe de la bancada fue frontal: consideró que la negociación con el staff no estuvo a la altura de la gravedad de la deuda. Desde entonces anticipó un posible rechazo en el recinto que tampoco iba a militar el voto negativo en el bloque. No debilitó el margen de acción de su sucesor, el rosarino Germán Martínez, ni del titular de la Cámara baja, Sergio Massa. Pero dejó claro que el malestar por los términos del acuerdo alcanzado no tendría un alivio fácil. La demostración se concretó este viernes a las 3.44 y confirmó el rechazo de los 17 escaños que responden a la organización La Cámpora, de los dos que pertenecen a la Corriente Clasista y Combativa y a dos de los tres votos del Frente Patria Grande.

La sesión empezó por la tarde y concluyó cuando ya había comenzado una fecha muy sentida para el kirchnerismo. Este viernes se cumplen 49 años de la victoria electoral de Héctor J. Cámpora. Hubo intentos para evitar que la fecha se superpusiera con el tratamiento del pacto, pero se impusieron los tiempos agitados de una negociación compleja, que se destrabó luego de una serie de resignaciones del Gobierno ante los planteos de Juntos por el Cambio: extirpar cualquier mención a las metas pactadas con el organismo y toda alusión a la continuidad de las investigaciones judiciales sobre la deuda obtenida en 2018 por el gobierno de Mauricio Macri.

Desde el martes los alrededores del Congreso son escenario de movilizaciones contra la aprobación del acuerdo. Este jueves fue multitudinaria, pero quedó en un segundo plano cuando un grupo encendió dos contendores de basura frente al Palacio y apedreó las ventanas del despacho de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El despliegue tan focalizado y preciso conmocionó al bloque oficialista y a las autoridades de ambas cámaras. Según contó este viernes la titular del Senado, cuando ocurrió la pedreada ella estaba en su despacho con su hijo Máximo, el senador Oscar Parrilli y la senadora Anabel Fernández Sagasti. «Paradójidicamente fue mi despacho el que atacaron. (…) Paradójicamente o intencionalmente», advirtió CFK en un video que filmó con el despacho roto y su voz en off. En los dos minutos y medio de duración remarcó que ella ha sido una de las principales críticas del Fondo, que buscó impedir su regreso al país, y recordó que ella fue la armadora de la coalición que le ganó a Macri en 2019.

Además de plantear sus sospechas, la vicepresidenta hizo una alusión al FMI. Sonó como un balance posterior a la abrumadora votación en Diputados, donde hubo 111 votos favorables de JxC y 77 del FdT. Fue el límite de lo posible para el panperonismo en la Cámara baja y una demostración de fuerza de la coalición opositora que logró imponer condiciones para cambiar el dictamen original y aprovechó los desacuerdos de las autoridades parlamentarias del oficialismo con Martín Guzmán. El jefe del Palacio de Hacienda se habría extralimitado en sus deseos cuando dijo que los artículos del texto original que había presentado eran «inescindibles». Fue la forma que buscó para evitar la separación de la autorización del Congreso del artículo que mencionaba el programa pactado para cumplir con las metas acordadas. Finalmente quedó la autorización para la «operación de crédito público», no quedaron rastros del programa pactado y JxC convalidó con su aprobación el texto que había cambiado tal como lo habían reclamado.

CFK no eludió ese desenlace en su mensaje y ratificó su desacuerdo. «Hoy, como nunca, recordé las palabras de Néstor respecto del Fondo, cuando decía que siempre actuó como vehículo y promotor de políticas que generaron pobreza y dolor en el pueblo argentino. Otra vez, Inmensa pena», concluyó la pieza audiovisual.

Desde este viernes por la mañana es una parte del preludio discursivo que recibirá al proyecto aprobado en Diputados. Fue difundido luego del documento elaborado por La Cámpora con las razones del rechazo. El pronunciamiento completa la forma en que llegará el proyecto al Senado.

El documento tiene 15 páginas. Se titula «La vuelta del FMI a la Argentina: ¿Cómo llegamos hasta aquí?» y contiene una serie de críticas concretas a la gestión de Guzmán con el endeudamiento soberano. «El Gobierno argentino debería haber optado por una negociación `dura´ que procure extender los plazos de devolución por encima de los reglamentos vigentes en el FMI, eliminar la sobretasa de interés y exponer ante los argentinos y argentinas, y ante todos los Foros Internacionales posibles, no sólo aquellas gravísimas irregularidades del préstamo otorgado a Mauricio Macri, sino también el carácter y objetivo estrictamente político que tuvo dicho préstamo y que fuera exteriorizado por un funcionario de la administración Trump y actual Presidente del BID: concurrir en auxilio del Gobierno de Cambiemos y salvar la administración de Mauricio Macri», sostiene el texto. También cuestiona a todo el equipo de impulsar «una estrategia equivocada» signada por la «amabilidad, secretismo, hermetismo, confusión y desinformación en las negociaciones».

En la Cámara Alta se repetirán las dificultades internas del FdT y la demostracion de fuerza de JxC. En las dos grandes fuerzas del Senado confiaron a este diario un pronóstico común. Esperan una aprobación mayoritaria en una sesión que podría concretarse esta semana, sobre tablas o la próxima. El oficialismo tiene 35 bancas y perdió el quórum propio en diciembre. No hay certezas del alcance de posibles abstenciones o rechazos luego de la foto del jueves, pero en el interbloque de JxC, que cuenta con 33 escaños barajan dos certezas. Estiman que CFK «cumplirá con su responsabilidad institucional» y no obstaculizará el trámite, aunque las críticas ya han quedado plasmadas. Si esa premisa se confirma, en la UCR y en el PRO calculan un respaldo de 50 votos entre los votos de JxC junto a un sector mayoritario del FdT y los bloques provinciales.

El texto transitará en el Senado por la Comisión de Presupuesto y Hacienda que preside el riojano Ricardo Guerra, del FdT. El próximo lunes recibirá a Guzmán para que exponga sobre el pacto y conteste las preguntas de los integrantes de la comisión. Así comenzará formalmente el segundo round del acuerdo en el Congreso, con una interna expuesta del oficialismo que podría reconducirse o empeorar en el Senado.