“¡La casta tiene miedo! ¡La casta tiene miedo!” El grito guerrero, furioso, rabioso flota en el salón del Hotel Libertador, en el frígido microcentro porteño. En el búnker de La Libertad Avanza, la alianza que comanda el economista mediático y aspirante presidente Javier Milei hay clima de fiesta. También sobre la calle Maipú en su cruce con la Avenida Córdoba, donde un puñado de libertarios agitan banderas amarillas y negras que llevan tatuada una serpiente cascabel y la consigna “Dont tread on me”, la bandera de Gadsden, ícono del libertarismo estadounidense.

En el nido libertario celebran la llegada de los primeros guarismos: 32 puntos. Milei es el candidato más votado. Elección histórica para el liberalismo rancio maquillado de moderna celebrity. “¡La casta tiene miedo! ¡Los casta tienen miedo!”, aúllan los libertarios en la noche sin estrellas, mientras muestran a las cámaras sus banderitas que dicen “La Libertad Avanza”. Y dan miedo de verdad.

Adentro, un ratito antes, el salón del hotel parece una rave. Hay streamers, negacionistas, bolsonaristas, famosos clase b, liberales apolillados y vaya uno a saber qué otro ejemplar liberal. “¡La casta tiene miedo, la casta tiene miedo!”, dice el mantra que agota. “¡Se siente, se siente, Milei, presidente!”, se canta con fondo de “JiJiJi”. Resignificación lo llaman. Nadie lo soñó, es una pesadilla a secas.

La negacionsita candidata a vice Victoria Villarruel , con saquito militar, sale como banda soporte. Que den los datos de la votación, que el gobierno kirchnerista oculta los números y la mar en coche.

Algo más de rock y a las 23:40 sale Milei. No hay “Panic Show” ni león desbocado. Milei se vende sereno cuando toma el micrófono por asalto. Sus groupies deliran y el economista ofrece su mejor perfil, por supuesto el derecho, a la hora de ser retratado.

Foto: Pedro Pérez

Tono mesiánico. Pero de repente, verborrágico como siempre, despotrica contra la casta, los impuestos, los kirchneristas, las palomas de la derecha, el periodismo ensobrado y varios demonios más. Quiere que la Argentina vuelve al siglo XIX. Decimonónico el candidato. Repiten el preámbulo liberal en trance.

El cierre es a toda orquesta, desbordada. Milei celebra en la calle con sus tropas, se agitan las banderas de la cascabel yanqui y algunas celestes y blancas. Hay gorritos de “Make Argentina Great Again”. Los liberales dejan el centro helado. Reptan hacia la Casa Rosada. ¿Llegarán?