Con diez promesas de gestión bajo el slogan “Buenos Aires 19-23”, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, abrió este jueves la cuenta regresiva de la campaña con la que intentará retener el poder de la Ciudad en primera vuelta y evitar un escenario de balotaje que pueda poner en riesgo el liderazgo político en la base y cuna territorial del PRO.

Sin grandes sorpresas, Rodríguez Larreta articuló una decena de iniciativas a las que presentó como el núcleo de un eventual nuevo mandato al frente de la Capital Federal. El paquete tiene un sesgo probado: obra pública, seguridad y nuevos recursos para facilitar trámites y atención de adultos mayores, por un lado, y promover el empleo joven, por el otro.

“Hicimos una inversión muy importante en tecnología en estos años. Ahora debemos aplicarla en Educación y en Salud”, explicó el alcalde porteño.

En rigor, el plan de infraestructura ya formaba parte de la agenda del macrismo porteño: la eliminación de las barreras del ferrocarril Sarmiento (aún está en discusión sin con la construcción de viaductos o la ampliación del soterramiento) es la apuesta más ambiciosa de ese listado. Además, Rodríguez Larreta aspira a avanzar con una puesta en valor del casco histórico de la Ciudad, plantar 100 mil nuevos árboles y renovar y ampliar los patios de juegos en plazas y circuitos culturales.

Aunque Mauricio Macri pudo revalidar títulos en la Ciudad en las PASO del 11 de agosto pasado -junto con Córdoba fueron los únicos dos distritos donde el Presidente quedó en la primera posición y logró relegar al opositor Frente de Todos al segundo puesto-, en el equipo de Rodríguez Larreta reconocen el impacto negativo de la gestión nacional y los coletazos de una crisis económico-social agudizada tras la última devaluación.

Por eso, el paquete electoral incluye un programa de acompañamiento a los jóvenes para conseguir su primer empleo a través de un sistema de becas que aspira a otorgar 60 mil planes de formación profesional. Según las estadísticas oficiales, esa franja etaria es la más golpeada por la falta de trabajo o el empleo precarizado. Aún en el distrito más rico del país.

El alcalde porteño apunta especialmente a los sectores más castigados por la crisis que habitan la zona sur de la Ciudad. En ese corredor, el oficialismo cayó en las Primarias en dos comunas clave: la 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya) y la 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano). Rodríguez Larreta mandató a su vicejefe y compañero de fórmula, Diego Santilli, a apuntalar la campaña en ese área: la primera decisión fue municipalizar al extremo el mensaje de seducción electoral y marcar distancia con la gestión nacional y la figura de Macri.

El jefe de Gobierno porteño presentó su plan en el marco de un encuentro con vecinos, luego de apuntalarlo ante la prensa junto a Santilli; los candidatos a senadores nacionales Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri; y el primero en la lista de candidatos a diputados de Juntos por el Cambio, Maximiliano Ferraro.
La presentación incluyó la promesa de que cada vecino pueda contar con un médico de cabecera y una historia clínica electrónica, la instalación de 10 mil nuevas cámaras de reconocimiento facial y la agilización de trámites a través de WhatsApp. 

Cálculos electorales 

Rodríguez Larreta se impuso en las PASO con el 45,92 por ciento de los votos, seguido por el candidato del Frente de Todos, Matías Lammens, que cosechó el 32,36 por ciento. Aunque esas cifras acercan al oficialismo a la posibilidad de un triunfo en primera vuelta -la ley electoral de la Ciudad establece que el jefe de Gobierno es electo con el 50 por ciento más uno de los votos- el equipo de Rodríguez Larreta trabaja en amortiguar el impacto o efecto arrastre del revés de Juntos por el Cambio en la liga nacional.

En simultáneo a su pelea por la reelección, Rodríguez Larreta carga con las especulaciones por el futuro político de la alianza de gobierno.

Si Macri y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, no consiguen imponerse en las urnas, pero el alcalde logra retener la Ciudad, su figura se proyecta como uno de los futuros referentes del espacio. Por ahora, Rodríguez Larreta esquiva esa discusión: sólo dejó trascender que mantendrá una alianza estratégica con Vidal y que aspira a mantener al equipo que -”si funciona, no se cambia”, suele repetir- hoy gestiona la Ciudad.