En el final del año en que una movilización popular multitudinaria frenó el indulto a los genocidas que implicaba la aplicación de la derogada ley de 2×1 y el mismo día en que la Corte Suprema de Justicia confirmó los sobreseimientos en la causa por la apropiación de Papel Prensa, el Tribunal Oral Federal N°6 otorgó la prisión domiciliaria al represor seis veces condenado por crímenes de lesa humanidad, Miguel Osvaldo Etchecolatz. 

Sobre el ex jefe policial pesa la sospecha de la segunda desaparición del testigo Jorge Julio López y del robo de Clara Anahí, la nieta de Chicha Mariani, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. Estaba preso por secuestros, torturas, robo de bebés y los homicidios, entre muchos otros, de los chicos de La Noche de los Lápices. El asesino, de 88 años, recibirá el 2018 en su casa del Bosque Peralta Ramos, en Mar del Plata.

En un fallo de 28 páginas, el Tribunal integrado por los jueces José Sobrino, Julio Panelo y Fernando Canero, concedieron el beneficio al represor por lo avanzado de su edad y por su estado de salud, presuntamente, delicado.

El ex director de inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y mano derecha del jefe policial Ramón Camps en la dictadura, cumplirá prisión «en el inmueble ubicado en la calle Nuevo Boulevard del Bosque, entre Guaraníes y Tobas, en el Bosque Peralta Ramos». En esa casa vivía en 2006, cuando en el inicio del primer juicio por crímenes de lesa humanidad tras la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, se le suspendió la domiciliaria porque tenía un arma.

Los magistrados del TOF 6 tomaron nota de aquel antecedente. En su fallo recordaron que tiene prohibida la «tenencia de armas de cualquier tipo en el domicilio consignado para cumplir el arresto».

Aquel primer debate, realizado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de La Plata -que presidía Carlos Rozanski, obligado a renunciar el año pasado por presión del gobierno de Mauricio Macri- concluyó con su condena a perpetua “por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el marco de un genocidio”, y con la desaparición del sobreviviente de la dictadura y testigo en ese debate, Jorge Julio López.

En su fallo los jueces del Tribunal 6 aseguraron que los informes corroboraron “la existencia de un delicado cuadro de salud por parte de Etchecolatz que amerita el otorgamiento del beneficio solicitado». Y ampliaron: “Resulta claro que, más allá de la cronicidad de las patologías que padece el nombrado, con el transcurso del tiempo se ha venido presentando una situación de progresivo deterioro de su salud y estado clínico general”.

El TOF se basó en informes médicos y del Servicio Penitenciario para determinar que la salud del represor se agrava por estar en el Hospital del Penal de Ezeiza donde no podrían brindarle la atención necesaria.

En septiembre del año pasado, cuando Etchecolatz inició una huelga de hambre para presionar por su domiciliaria y el TOF1 de La Plata, basandose en los informes médicos del Servicio Penitenciario Federal, se las otorgó, los organismos de derechos humanos denunciaron inconsistencias de esos estudios.

En ese examen los médicos de la cárcel escribieron que Etchecolatz inició una huelga de hambre con 73 kilos, cinco más de los 67 kilos que pesaba en un estudio médico realizado antes de iniciar la huelga de hambre. Ante esas y otras debilidades del informe, la Unidad Fiscal Federal de La Plata interpuso un recurso de casación.

-¿La domiciliaria es efectiva? ¿Se va a la casa?
-Si.- respondió la abogada Guadalupe Godoy.
-¿Qué pasó con las causas de La Plata?
-En todas está con domiciliaria o con cese de (prisión) preventiva.

La domiciliaria que otorgó el TOF6 era la que le faltaba a Etchecolatz para irse a su casa, un objetivo por el que pugnó durante mucho tiempo y al que le dio más impulso en 2016, cuando el gobierno de Cambiemos desandó el proceso de Memoria, Verdad y Justicia y los vientos judiciales acompañaron ese camino. El 28 de abril pasado la Cámara de Casación Federal le había otorgado la domiciliaria pero no se había hecho efectiva porque aún tramitaban causas en la justicia federal de La Plata.

Antes de ordenar la domiciliaria, el TOF 6 repasó en su fallo las causas que pesan sobre Etchecolatz: en seis de los procesos ya tenía domiciliaria. El 12 de julio pasado le habían otorgado ese beneficio por la condena a prisión perpetua en el juicio por el Circuito Camps, de diciembre de 2012. El 22 de julio de 2016 se lo otorgaron en la condena a perpetua en el juicio por La Cacha y por el asesinato de Daniel Favero (debate que culminó en abril de ese año); el 4 de agosto de ese año lo obtuvo por la condena del juicio de 2006.

Además, tenía domiciliaria en otras dos causas en investigación en los juzgados federales de La Plata y Lomas de Zamora, y cese de la prisión preventiva en otras seis causas del registro del TOF1 de La Plata. 

Consultada por este medio, Guadalupe Godoy y querellantes en distintas causas vinculadas a Etchecolatz, presentarán el jueves un nuevo pedido para que no se conceda la prisión domiciliaria al genocida. 

A su vez, Godoy escribió en su Twitter: «tengo que interponer una medida de protección para que el genocida Etchecolatz no vaya a vivir a la misma calle que una de sus víctimas. Pero el TOF 1 de La Plata no la quiere recibir. Es víctima directa de Etchecolatz en un juicio por el que fue condenado y en otro pendiente», expresó. 

Apenas conocida la noticia, se sumaron varios repudios: “Etchecolatz es un genocida. Pase el tiempo que pase. Sigue sin decir qué hicieron con Julio López. Con un genocida en el barrio, todos/as estamos en peligro. El único lugar para un genocida es la cárcel común, perpetua y efectiva”, escribió la agrupación H.I.J.O.S Capital apenas se conoció la noticia.