Este martes se cumples diez años de la muerte de Néstor Kirchner, y el ex presidente uruguayo Pepe Mujica le dedicó unas palabras, además de analizar la situación argentina. “Desgraciadamente con Néstor hable cinco veces, pero siempre me pareció un tipo formidable. Un hombre con una visión moderna de las relaciones latinoamericanas y envidiable su concepción de los derechos humanos”, dijo Mujica en El Desorden Mundial (Crónica HD).

“Me apena que cuando estaba en condiciones de dar lo máximo, se le acabó el rollo de la vida. Tenía mucho para darle a la Argentina y profundizar el modelo, pero dejó su salud en su presidencia», agregó el ex mandatario que compartió con Kirchner el comienzo de la Unasaur.

La grieta argentina

Más allá de su mirada sobre el ex presidente argentino, Mujica también se detuvo a analizar la actualidad político social de nuestro país. “Argentina tiene un problema de grieta y de ver todo en blanco y negro. Creo que (Alberto) Fernández tiene el mejor espíritu de encontrar acuerdos mínimos y una paciencia notable. Agarró un país con una crisis formidable, pero el viejo fantasma de la debilidad de la moneda está jugando en contra», explicó antes de decir que las distintas posturas radicalizadas sobre cómo frenar al avance del coronavirus tampoco ayudan: “Todas estas cosas frenan a la Argentina, es la grieta que divide todo».

La era del disconformismo

También explicó que este es un fenómeno mundial y puso el ejemplo de Chile. “Hay una polarización en la sociedad y la situación social es bastante mala. Si no hay políticas paralelas del estado que busquen mitigar la enorme desigualdad, tenemos este resultado: el disconformismo de gran parte del pueblo chileno, que sorprendió por la violencia. La culpa se la lleva la constitución, pero la culpa se la debería llevar el fanatismo con el que abrazaron a la derecha». En ese sentido, agregó: “Los procesos no son simples, hay una tendencia mundial a votar en contra de lo que tienen, sin tener muy claro qué se vota. Sino no se puede explicar la desaparición de los partidos políticos tradicionales en Francia, la aparición de los chalecos amarillos un año después, el giro sorpresivo de México a la Izquierda y lo de Bolsonaro en Brasil. En esta era digital, hay una tendencia a estar disconformes. Y mucha gente se deja llevar por esa falsa sensación”.