La ex presidenta Cristina Fernández concedió el jueves por la tarde una entrevista colectiva a corresponsales extranjeros y periodistas especializados en temas internacionales. El reportaje duró 1 hora 50 minutos, con la escenografía de los árboles de la casa de CFK en El Calafate, bautizada «Los Sauces», que se veían detrás del quincho. La conversación abarcó a los cambios en la situación mundial y de la región –la ex mandataria considera que hay un regreso a un mundo «no unipolar pero que se le parece bastante»–, pero también tuvo largos párrafos dedicados al panorama interno de la Argentina. Al referirse a la actualidad nacional, Cristina se mostró muy crítica de la administración de Mauricio Macri. También reflejó su escepticismo sobre los presuntos beneficios («pensaron que iban a llover los dólares», ironizó) que, según el actual gobierno, traería al país el acuerdo con los fondos buitre. En el orden político, la principal dirigente del FPV ratificó su hipótesis de que «la reconstrucción de nuevas mayorías» del campo popular se debe realizar «ya no en base a cómo (los argentinos) estaban ordenados partidariamente (hasta el 10 de diciembre) sino a cómo están siendo agredidos, o no, por la política económica».»Hablé de la factura de luz, de gas y del chango del supermercado el 13 de abril, cuando no había ningún dirigente político en la Argentina que registrara esto», subrayó en alusión a la movilización y el descontento que está produciendo el tarifazo.
En la entrevista participaron las cadenas de noticias Telesur (regional, sudamericana), Al Jazeera (Qatar) y Reuters (Gran Bretaña), el diario mexicano La Jornada y el portal de noticias Nodal, cuya página web fue hackeada en las primeras horas del sábado para entorpecer la difusión del reportaje. Telesur, que puede verse por Direct TV y las cableras Cablevisión y Telecentro, fue eliminado de la Televisión Digital Abierta por decisión del titular del gobierno nacional. Tras el reportaje, los periodistas siguieron conversando una hora más, hasta que la ex presidenta se disculpó porque tenía que mantener una videoconferencia con la sede del Instituto Patria. Aparte de las críticas en materia económica que le dedicó al macrismo –habló del reendeudamiento; de la eliminación de las retenciones a la minería y el complejo sojero; de la caída del poder adquisitivo; de la desaparición del consumo como factor dinamizador de la economía y como requisito para atraer inversiones «en un mundo sobreofertado y con grandes excedentes de producción»–, Cristina cuestionó «la disminución muy notable de la intensidad del Estado de Derecho». «Es lo que más me preocupa», acotó. «Veo un retroceso en las libertades. No puedo dejar de mencionar el caso de Milagro Sala, presa política», denunció.
Cristina también se refirió a recientes decisiones de los jueces Claudio Bonadio y Julián Ercolini, que llevan adelante las causas en su contra por los dólares a futuro y Hotesur: el embargo de la pensión que cobra como ex presidenta y el bloqueo del dinero que su hija Florencia tiene en una caja de seguridad y dos cuentas bancarias. «No están procesados los que devaluaron (por el ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay; el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, y el propio Macri), ni los que cobraron los contratos de dólar a futuro, sino que estamos procesados nosotros, que fuimos quienes quisimos cuidar el valor de la moneda. Es una causa arbitraria, sin pies ni cabeza. Embargar la pensión del presidente es patético y hasta ridículo pero, bueno, revela un poco la situación de persecución. Yo no me quejo: cuando vos decidís que los responsables del genocidio deben ser enjuiciados y recibir las penas por lo que hicieron, cuando vos decidís recuperar la administración de los recursos de los trabajadores que habían recibido comisiones a empresarios por 12 mil millones de dólares, cuando vos decidís que tenés que recuperar YPF,cuando vos decidís estas cosas, bueno, está claro que uno de los riesgos es la cárcel y que te persigan políticamente», aseguró.
La ex jefa de Estado dijo que no teme ir presa («si hubiera tenido temor nunca hubiera militado en los espacios en los que participé, en este país ser peronista nunca fue fácil, ni gratis»), y luego puso el foco sobre una serie de hechos en los que no descartó que se hayan cometido irregularidades –como la inyección de fondos del Estado, a través de un decreto, para el soterramiento del Sarmiento, en la que está involucrada la empresa IECSA, la ex constructora de Macri hoy en manos de Angelo Calcaterra–, o actos de incompatibilidad con la función pública, como la concertación del precio de los contratos de dólares a futuro por el vicejefe de Gabinete macrista, Mario Quintana, investigado por la justicia por ese caso. «Escuchar a alguna persona que tenga el apellido Macri hablar de saqueo del Estado, hablar de obra pública o de determinadas cosas me parece una falta de respeto a la memoria y a la historia reciente. Yo no tengo ninguna empresa constructora. Y sostengo que es necesario crear en el Parlamento una comisión bicameral de auditoría de la obra pública», redobló CFK. «