Aunque el presidente Javier Milei niegue la existencia de la brecha salarial de género, tal como lo expresó durante la campaña, se suman nuevas evidencias sobre la vigencia de ese factor de desigualdad en la sociedad. Un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación reflejó que pese a que las mujeres terminan en mayor proporción la secundaria y la universidad, luego el salario de ellas es entre un 22 y un 27% menos que el de los hombres.

Así, en 13 de 15 disciplinas universitarias y profesorados las egresadas mujeres ganan, en promedio, menos que los egresados varones. Los datos se desprenden del informe “Brechas de género: desde la escuela al mercado laboral”, elaborado Ivana Templado (FIEL), Martín Nistal y Leyre Sáenz Guillén (Observatorio de Argentinos por la Educación).

En base a datos provenientes de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el Relevamiento Anual, las pruebas Aprender y datos del Sistema Araucano, el trabajo muestra las disparidades de género desde la educación primaria hasta los ingresos en la edad adulta y la vida laboral.

“El año pasado –comienza el documento- la economista Claudia Goldin fue laureada con el premio Nobel en economía por el gran aporte que realizó ayudando a entender mejor las brechas de género observadas en el mercado laboral, tanto en la dinámica de la participación de las mujeres en el mercado como en los diferenciales salariales que perciben. En este sentido, ya sea en lo que refiere al nivel de participación laboral femenino como a las disparidades salariales, nuestro país no es una excepción, existen numerosos trabajos que han estudiado las regularidades que se observan en este ámbito”.

Desigualdad desde la escuela

Al analizar el nivel de educación alcanzado por la población entre 25 y 29 años en la última década, “se observa en primer lugar que cada vez son más los jóvenes con secundario completo o superior, y en segundo lugar, que el porcentaje de mujeres con estudios supera siempre al de los varones en este período, con una brecha que se mantuvo entre los 6 y 12 puntos lo largo de los años. En el año 2023, hay un 79% de mujeres con secundario completo o más en este rango etario, en comparación con un 68% de los varones”.

Sin embargo, 14 de cada 100 varones llega al final de la secundaria en tiempo y forma, mientras entre las mujeres esto se da en 12 de cada 100, de acuerdo al Índice de Resultados Escolares.

La diferencia también se da entre distintas asignaturas. “A las mujeres les va mejor en Lengua y a los varones, en Matemática. Este es un hecho, un dato ampliamente aceptado. La pregunta es ¿por qué lo naturalizamos?”, indagó Templado, co-autora del informe. Agregó: “Hoy sabemos que biológicamente no hay diferencias cognitivas de partida asignables al hecho de haber nacido varón o mujer. Pensar en políticas educativas que reviertan dicho sesgo es una forma de reducir a futuro esta y otras fuentes de desigualdad, que a su vez, redundaría en un uso más eficiente de los recursos humanos del país”.

En cuanto a las disciplinas universitarias y profesorados analizados, en 13 de cada 15 se detectó mayoría de mujeres graduadas. Con algunos casos llamativos, como Psicología, con 83,4% de mujeres graduadas, seguida por Letras e Idiomas con 82,9%. En cambio, en las disciplinas de las ingenierías e industrias los varones representan el 74,7 y 64,8% respectivamente.

Desigualdad tras el egreso

Excepto en las carreras de Ciencias de la Información y de la Comunicación y de Química, en el resto de las disciplinas las egresadas ganan en promedio entre un 22 y un 27% menos que los varones, según datos de 2016 a 2023.

Las mayores diferencias salariales en favor de los varones se registraron en las disciplinas Paramédicas y Auxiliares de la Medicina, así como en Economía y Administración.

“Hace medio siglo las brechas de género en el mercado laboral se explicaban fundamentalmente por menores niveles educativos de las mujeres y discriminación entre los empleadores. Hoy en día la mayor parte de la diferencia se debe a cuestiones relativas a la maternidad. ¿Revela esto una verdadera preferencia de las mujeres o es el reflejo de un estereotipo cultural?”, se preguntó María Edo, profesora e investigadora del Departamento de Economía de la Universidad de San Andrés. Añadió que “responder a esta pregunta resulta crucial tanto en términos de equidad como de eficiencia”.

Para Miguel Aguirre, director de Ingeniería Electrónica del ITBA, “considerando que las carreras tecnológicas son muy necesarias para el desarrollo de nuestro país, es imprescindible llegar a una paridad de oportunidades y recompensas, lo que lentamente se va logrando. Hoy en día son cada vez más las instituciones y empresas que tienen programas especiales para ayudar a las mujeres que quieren dedicarse a carreras STEM (iniciales de los términos en inglés para Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas)”.