La motosierra al Estado Nacional -salvo, eso sí, para casos puntuales como la protección arancelaria en Tierra del Fuego o los propios sueldos del Poder Ejecutivo-, también llega al deporte. Tal como sucede en tantas otras dependencias públicas nacionales en estos días, el Ministerio del Interior ya tiene desde el viernes pasado una lista de 78 empleados de la Subsecretaría de Deportes que perderán su empleo el 31 de marzo.

Se trata de una larga lista que, como ocurre en estos casos, no tiene en cuenta antigüedad, currículum ni situaciones personales. Según contaron a Tiempo en medio de la angustia de la situación, entre los trabajadores a los que no les renovará su contrato que vence este domingo hay especialistas de diferentes profesiones, como preparadores físicos, médicos, kinesiólogos, guardavidas, encargados del control antidoping y demás.

Tras un lunes de incertidumbre pero sin confirmación oficial que incluyó la presencia de efectivos de la Policía Federal en el interior del Cenard -por «motivos de prevención», se explicó oficialmente-, se estima que el Ministerio del Interior -a cargo de Guillermo Francos- o la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes -liderada por Daniel Scioli- comuniquen este martes la lista de trabajadores que perderán su empleo.

Apunten a Deportes

En la Subsecretaría de Deportes, a cargo de Julio Garro, el ex intendente de La Plata, trabajan 320 empleados, por lo que cuando se confirmen los 78 despidos habrá una poda del 24% de la planta laboral. El recorte alcanzará a quienes trabajan en el edificio central del deporte argentino, el Cenard, pero también en las dependencias de Ezeiza -concentraciones- y Tigre –remo y canotaje-.

Trabajadores del Cenard miran con desconfianza desde hace varias semanas a Daniel Ridao, mano derecha de Diógenes de Urquiza, ex secretario de Deportes durante la presidencia de Mauricio Macri y nuevo titular del Enard, el organismo mixto -compuesto por la Secretaría de Deportes y el Comité Olímpico Argentino- que se ocupa del alto rendimiento.

Además de los inmintentes depidos, el deporte argentino se prepara de espaldas para los Juegos Olímpicos de París 2024. La preparación de los atletas y las selecciones argentinas sufrió en 2024 un recorte, en dólares, de la mitad del presupuesto del año pasado. Garro y De Urquiza son hombres de Macri: a Javier Milei sólo le interesa -casi lo obsesiona- la incorporación de las Sociedades Anónimas Deportivas en el fútbol, mientras que el Gobierno también intenta marcarle la cancha a Claudio Chiqui Tapia en la AFA.

Durante la presidencia de Macri, deportistas evitaron la venta de los terrenos del Cenard cuando habían quedado envueltos en medio de intereses inmobiliarios.