El presidente chino emprendió su primera gira por Europa en cinco años metido ya de lleno en el rol de protagonista global del nuevo estado del mundo. Inauguró el viaje en París, donde al encuentro con el presidente Emmanuel Macron se les adosó la titular de la Comisión Europea (el Poder Ejecutivo de la UE) Ursula von der Leyen. Luego, el mandatario chino continuó por Serbia y Hungría, cuyos gobiernos son los más cercanos a Vladimir Putin entre los miembros de la comunidad continental y de la OTAN. No hay que hurgar mucho en las declaraciones posteriores a cada uno de esos encuentros para corroborar los nuevos aires que soplan en el planeta y cuál es el juego de cada actor en este escenario.

No es posible determinar si Macron pretendía hablar en soledad con Xi Jinping, el caso es que Von der Leyen estuvo a su lado y fue la que tomó el papel de la policía mala. Dijo, por ejemplo, que la UE “no dudará en tomar decisiones firmes si fuera necesario para proteger su economía y su seguridad”. Se refería al planteo de que China tiene una sobrecapacidad de producción industrial que perjudica a la economía europea. «Que China juegue limpio es bueno para todos nosotros», dijo en tono amenazante en una conferencia de prensa posterior a la cumbre en el Palacio del Eliseo.

Xi, con el mismo rostro imperturbable de siempre, consideró en ese mismo foro -en términos del más estricto manual de libre mercado- que  «la industria china de nuevas energías permitió aumentar la oferta mundial y aliviar la presión de la inflación mundial”. Ese no fue el único tema tratado. Obviamente, la guerra en Ucrania estuvo en el eje tanto de la visita como de los planteos que escuchó el presidente de China. Occidente presiona para meter una cuña entre Beijing y Moscú que Xi esquiva sin vueltas. «Nos oponemos a que se utilice la crisis ucraniana para culpar a otros, desprestigiar a un tercer país e iniciar una nueva Guerra Fría», señaló, dejando en claro que los chinos ya no son de arriar con el poncho.

«China no es la causa de la crisis ni forma parte de ella. Sin embargo, no somos indiferentes a la desgracia ajena. Desempeñamos desde el inicio un papel positivo en la búsqueda de la paz», agregó. Entre las cosas que le pidieron, deslizaron los dos líderes europeos, estuvo el reclamo de que no le venda armas a Rusia. “Xi señaló que esta relación no tiene como objetivo a ningún tercero, ni debe depender de estar dictada por ningún tercero. China y la UE deben seguir considerándose socios y mantener su compromiso con el diálogo y la cooperación, enfatizó el mandatario chino”, relata un cable de la agencia oficial Xinhua. Teléfono para la administración Biden. El informe del servicio noticioso chino dice luego que “ambas partes emitieron cuatro declaraciones conjuntas sobre la situación en Oriente Medio, la inteligencia artificial y la gobernanza global, la biodiversidad y los océanos, y los intercambios y la cooperación agrícola, además de firmar cerca de 20 acuerdos de cooperación”.

En el país balcánico y en Hungría, Xi extendió vínculos en torno al megaproyecto de Ruta y Franja de la Seda, que por esas vías ingresa a Europa. En medios serbios el presidente de China firma un artículo en el que anota: «Nuestra amistad férrea está en constante crecimiento y establece un modelo para las interacciones entre Estados y entre pueblos», y propone la construcción de una comunidad conjunta “de futuro compartido en la nueva era”. En una reunión con el presidente húngaro, Tamas Sulyok, reporta Europapress, Xi dijo que China “está dispuesta a trabajar con Hungría para promover una mayor sinergia entre la modernización china y la estrategia de Apertura Oriental de Hungría así como la cooperación entre China y los países de Europa central y oriental, y profundizar y fundamentar la cooperación bilateral”. También en el país magyar Xi presentó un artículo periodístico en el que recuerda que China representa el 58% de la inversión extranjera directa total y que la Apertura Oriental de Hungría fue una iniciativa que se potencia con el impulso de la Franja y la Ruta.  

El más efusivo con Xi fue el primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien visitó Buenos Aires para asistir a la asunción de Javier Milei y comparte con el presidente argentino el espacio ultraderechista. Sin embargo, difiere en la interpretación de lo que ocurre en el mundo actual. Hace 20 años vivíamos en un mundo unipolar, hoy vivimos en un mundo multipolar, uno de cuyos pilares es China. Hoy Europa está del lado de la guerra, excepto Hungría, que pide la paz. Por eso apoyamos la iniciativa de paz del presidente Xi». escribió Orban en su cuenta de la red Telegram.