Nacer y morir son las instancias más importantes de la línea que completa el recorrido vital. Una marca el comienzo, donde todo se halla en estado potencial y la vida es todavía un misterio por resolver. La otra funciona como epílogo para todas esas historias cuyo destino es el olvido. Entre esas vidas que conforman la historia universal anónima, hay algunas que elegimos recordar: las de quienes consiguen aportarle algo a la construcción de la cultura humana.

En ese grupo de héroes y canallas sobresalen los escritores, hombres y mujeres con el don casi sobrenatural de narrar lo inolvidable, lo más cercano a la inmortalidad. Sus nombres articulan un santoral literario, en el que las fechas de sus nacimientos y muertes fomentan el ancestral rito de la memoria. En ese almanaque sagrado de las letras se dan una serie de cruces que no tienen mayor peso que el de la mera coincidencia, pero que a veces se parecen más al destino que al azar.

Hay fechas que se destacan por la acumulación. Las hay fértiles en escritores, como ocurre con el 16 de diciembre, día en el que nacieron la novelista romántica Jane Austen (1775), el poeta español Rafael Alberti (1902), y dos de los más grandes autores de ciencia ficción, Arthur C. Clarke (1917) y Philip K. Dick (1928).

Algo similar ocurre con el 29 de mayo, que además de ser el cumpleaños del argentino Martín Caparros (1957) ), quien en estos días anduvo metido en cierta polémica por su propuesta de rebautizar al idioma español, también es el día en el que se conmemoran los nacimientos del padre de la lengua italiana Dante Alighieri (1256), el notable autor de cuentos policiales británico G.K. Chesterton (1874), y la poeta argentina Alfonsina Storni (1892).

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El escritor británico G.K. Chesterton.

En la vereda opuesta, el 10 de enero puede ser considerado un asesino de escritores. Ese día mueren Sinclair Lewis (1951), primer estadounidense en ganar el Premio Nobel; Gabriela Mistral (1957), primer latinoamericano en recibir ese mismo reconocimiento; Dashiell Hammett (1961), autor fundamental de la novela negra; y la querida María Elena Walsh (2011). Otra fecha en la que los escritores deben andar con el chequeo médico al día es el 2 de julio. Una jornada en la que se despidieron nada menos que Ernest Hemingway (1961), el poeta argentino Conrado Nalé Roxlo (1971), el ruso Vladimir Nabokov (1977) y el autor de El Padrino, Mario Puzo (1999).

Otros caprichos del almanaque

Hay otros casos en los que la cosa va más allá de la simple acumulación, en los que la coincidencia se vuelve mucho más precisa. Por ejemplo, el 27 de mayo de 1894 el ya mencionado Hammett nace en algún lugar del estado de Maryland, en los Estados Unidos. Al mismo tiempo, en las afueras de París, la joven Marguerite Céline daba a luz a su único hijo, Louis-Ferdinand, que llegaría a convertirse en el autor francés más traducido del siglo XX después de Marcel Proust.

Hay muchos ejemplos de escritores que comparten el día exacto de nacimiento, pero no tantos en los que un autor destacado llega al mundo el mismo día en el que, muy cerca de ahí, otro lo abandona. Eso es lo que ocurre con el argentino Martín Kohan, cuyo parto tuvo lugar en Buenos Aires el 24 de enero de 1967, misma fecha y ciudad en la que falleció el poeta Oliverio Girondo. Queda abierta la posibilidad a que los lectores más místicos evalúen las chances de una eventual reencarnación.

El uruguayo Horacio Quiroga.

También es extraño el caso de la brasileña Clarice Lispector, nacida en Ucrania el 10 de diciembre de 1910, quien moriría en Río de Janeiro un día antes, pero de 1977, en las vísperas de cumplir 57 años. No menos curioso resulta la forma en que se cruzan los destinos suicidas de Horacio Quiroga y de Leopoldo Lugones, quienes en vida compartieron muchos años de amistad.

El uruguayo se quitó la vida bebiendo cianuro el 19 de febrero de 1937, tras recibir el diagnóstico de un cáncer irreversible.  El argentino haría lo propio ingiriendo el mismo veneno exactamente un año después, pero un día antes, el 18 de febrero de 1938. Aunque Lugones tenía sus propios problemas que lo llevaron a tomar tan drástica decisión, no deja de llamar la atención que la pusiera en práctica en la vigilia del aniversario de la muerte de su amigo.

El Día del Escritor y la Escritora

Al hablar de Lugones inevitablemente se llega a Jorge Luis Borges, quien elogió y criticó por igual al gran poeta argentino. Al hablar de Borges es imposible no mencionar una coincidencia significativa que vincula su muerte, ocurrida el 14 de junio de 1986, con la de uno de sus autores más admirados, como lo fue Chesterton, fallecido exactamente 50 años antes, en 1936. No solo eso: el 14 de junio parece ser otra de esas fechas funestas para grandes escritores, dado que ese mismo día fallecieron el poeta italiano Salvatore Quasimodo (1968) y la argentina Sara Gallardo (1988).

Leopoldo Lugones.

Por el contrario, el día previo, 13 de junio, revela un carácter opuesto, siendo próspero en nacimiento de niños cuyo destino será el de convertirse en reconocidos autores. Ese día no solo llegó al mundo el propio Lugones (1874), sino que también lo hicieron el portugués Fernando Pessoa (1888), el paraguayo Augusto Roa Bastos (1917) y el argentino Dalmiro Sáenz (1926). No por nada en esa fecha, en homenaje a Lugones, se conmemora en Argentina el Día del Escritor y la Escritora. Así que atención a los padres que hayan dado a luz un 13 de junio: pueden tener en casa a un futuro literato, cada uno sabrá si eso es bueno o malo.