«Agradezco la predisposición de los familiares para llevar a cabo este proyecto que honra a nuestro querido Quino. Mendoza está trabajando para generar y recuperar espacios que resguarden los valores culturales y permitan exponer la obra de artistas que pusieron a nuestra provincia en lo alto, como él lo hizo», dijo Rodolfo Suárez, el gobernador de Mendoza, en el momento de firmar, en presencia de los familiares del reconocido humorista gráfico, el acuerdo sobre la próxima construcción de un museo que llevará el nombre de Joaquín Lavado, Quino.

El museo será construido en el antiguo hospital Emilio Civit, ubicado en el parque General San Martín en la capital de la provincia donde nació el padre de Mafalda.

Se tratará de una obra importante que supondrá una inversión de 700 millones de pesos e implicará la recuperación del edificio que se inauguró en 1907 en Mendoza y que fue el primer hospital público de esa provincia. Está previsto que las obras comiencen en 2023.

Según lo consigna el Diario Los Andes de Mendoza, Julieta Colombo, sobrina de Quino y curadora de su obra, expresó tras recorrer junto a las autoridades el predio donde será emplazado el museo: “Para los mendocinos es una enorme alegría y un orgullo” refiriéndose al emprendimiento. Y destacó que el museo hará posible que quienes lo visiten se encuentren con el estudio en el cual el maestro Quino trabajó e ideó una obra que traspasó fronteras.”

Y agregó: “Es un proyecto que tenemos con el Gobierno de Mendoza desde antes de la pandemia. Estamos muy contentos de que se haya podido hacer y de que Mendoza tenga un espacio para las obras de Quino. Hay un montón de ideas en la cabeza pero, fundamentalmente, no se perderá su esencia y lo que fueron sus inicios en el modesto estudio donde él se inspiró. Trabajaremos mucho para que todo esto salga lo mejor posible. Una parte de su corazón estará aquí. Es algo muy lindo que nos va a dar bastante trabajo y vamos a preservar su figura como el artista que fue. Esa es la idea principal.”

El hospital Emilio Civit dejó de funcionar en 1992, según informa la publicación mendocina, y será puesto en valor para ubicar allí el espacio destinado a Quino donde se exhibirán una parte importante de sus obras. Contará también con un espacio verde que será parte de su legado.

Sin duda, el personaje de Mafalda marcó un antes y un después en el mundo del humor gráfico. No solo fue y continúa siendo uno de los más populares de la Argentina, sino que traspasó ampliamente los límites del país y las tiras que la tienen como protagonista fueron traducidas a más de 30  idiomas.

Quino dijo que nunca pudo explicarse del todo el éxito de su personaje, e incluso pensaba que había eclipsado parte de su obra en la que mostró un dibujo mucho más elaborado, según su criterio. Sin embargo, los personajes cobran vida propia, se independizan de sus creadores y toman su propio rumbo, siempre imprevisible.

Quino no pudo negarse a que su personaje cumpliera su propio e inesperado destino, pero nunca dejó de sorprenderlo su éxito. Cuando hace ya muchos años fue presentada la traducción francesa de todas las tiras de Mafalda en el Salón del Libro de París, expreso con un humor en el que se vislumbraba también una cierta resignación ante lo inexplicable: “Mafalda no está mal, pero a mí me hubiera gustado más ser Picasso.”

Durante casi una década, entre 1964 y 1973, Mafalda encarnó los ideales de una generación. “Mi período de mayor optimismo fue en los años 60, dijo Quino, cuando el mundo parecía que el mundo iba a cambiar para bien.”

Cuando la tira dejó de salir, muchos de sus seguidores reclamaron su continuación, pero Quino consideró que los cambios históricos del país ya no hacían posible su continuidad. Cuando se le preguntaba por el destino que hubiera tenido la niña rebelde y antisopa, de haber continuado su historia, su autor contestaba sin dudar que, sin duda, hubiera sido una desaparecida.

Su paso por el mundo, sin embargo, dejó una huella profunda. La creación de un espacio cultural dedicado a Quino en su provincia natal es  una prueba más de la vigencia de su inolvidable personaje.