Hace 169 años, un 30 de marzo, nacía en Zundert, Holanda, Vincent Van Gogh, el pintor que, casi ignorado en vida, se convirtió en uno de los más reconocidos universalmente luego de su muerte.

La fecha dio origen a diversos homenajes en todo el mundo. La Argentina recibió la primera muestra inmersiva, Imagine Van Gogh, que puede verse en el predio de la Rural  hasta el mes de junio. Debido a una tecnología llamada «imagen total”, las imágenes de sus obras rodean al espectador y le permiten vivir una experiencia sensorial diferente.

La plataforma Google Arts & Cultura produjo su propia celebración. Reunió 300 imágenes de sus obras en alta definición que le permitirán al espectador interactuar con ellas, por ejemplo, acercándolas para ver las pinceladas en detalle, apreciarlas en realidad aumentada y conocer las historias que hay detrás de sus cuadros más conocidos.  Street View, o herramientas como Art Zoom, Art Filter y Art Projector hacen posible acercarse de un modo no convencional a la producción del gran pintor posimpresionista.

Entre las imágenes figura la del único cuadro original de Van Gogh que hay en Argentina y que puede verse en el Museo Nacional de Bellas Artes, «Le Moulin de la Galette», el molino de viento que veían Vincent y su hermano Theo veían cuando estaban instalados en Montmartre. Desde ese molino era posible tener una vista privilegiada de la ciudad, por los que sus dueños crearon una terraza-mirador, una explanada de baile y un merendero para recibir a los visitantes interesados en mirar a la ciudad desde lo alto.

Si en una época viajar a Europa para ver los originales de los grandes pintores era una meta deseada, ahora las nuevas tecnologías parecen haber desplazado el interés de estar en contacto con la obra en sí hacia nuevas maneras de abordarlas y, sobre todo, de interactuar y hasta de formar parte de esas obras de arte.

El itinerario virtual que propone Google Arts & Culture hace posible  ingresar al Instituto de Arte de Chicago, donde se expone su famoso autorretrato de 1887, desplazarse por los pasillos del Museo van Gogh de Amsterdam, y que los espectadores se conviertan, herramienta de Art Filter mediante, en obras a través de selfies o videos. Además, incluye curiosidades sobre Van Gogh, como por ejemplo que pintaba un nuevo cuadro cada 36 horas. Por eso, a pesar de que solo trabajó durante 10 años, desde los 27 hasta su fallecimiento a los 37, produjo más de 900 pinturas y muchos más dibujos y bocetos.

Sin duda, las nuevas tecnologías son una vuelta de tuerca radical a la posibilidad de reproducción mecánica de una obra y vuelven a poner en cuestión el valor del original. La interactividad, sin embargo, se  ha intentado ya antes del surgimiento de las nuevas tecnologías. Hace casi 30 años en el Museo Nacional de Bellas Artes hubo una exposición de Marc Chagall que les permitía a los chicos cambiar objetos del cuadro de lugar de manera real y no virtual. Visto a la luz de las nuevas posibilidades tecnológicas, aquel intento aparece hoy como rudimentario, pero marca el inicio de una aspiración que luego la tecnología digital se encargaría de concretar.

Tal como lo atestiguan las cartas que intercambiaba con su hermano Theo y que se hicieron tan famosas como sus cuadros, Van Gogh pasó una vida de privaciones sostenido por la ayuda de su hermano que siempre había confiado en su talento.

Quizá en un acto de justicia poética, la posteridad lo convirtió en uno de los pintores más famoso de todos los tiempos.

Este homenaje virtual puede visitarse en artsandculture.google.com