Libertad Demitrópulos, biógrafa de Evita. Libertad Demitrópulos, autora de una novela capital de la literatura argentina, Libertad Demitrópulos, escritora desplazada de la escena literaria. En un acto de rescate de su obra, Marea Editorial acaba de publicar Eva Perón, la biografía de Evita que apareció originalmente en 1984.

Hasta no hace tanto tiempo Demitrópulos era casi una escritora secreta, aunque una novela como El río de las congojas,  un libro fundamental de la literatura argentina,  fuera considerado por  Ricardo Piglia junto con Zama de Antonio Di Benedetto y El entenado de Juan José Saer,  “una de las tres obras maestras que reconstruyen imaginariamente la Conquista española del Río de la Plata”.

 «Siempre es un misterio la repercusión o su ausencia. Y siempre las hipótesis resultan insuficientes –dice Liliana Viola en una nota aparecida en Télam con motivo del homenaje que se le rindió a Demitrópulos en el Centro Cultural Kirchner al cumplirse 100 años de su nacimiento en 2022-.¿Por mujer? ¿Por su escritura tan poética? ¿Por peronista? ¿Por su bajísimo perfil? ¿Porque su marido Joaquín Giannuzzi era tan celebrado y una misma casa no admite dos premios nacionales?».

Hay preguntas, como las que formula Viola que no admiten una respuesta definitiva, aunque dos de ellas tienen  una casuística capaz de que la respuesta tenga fundamento. Muchas mujeres –y Sara Gallardo es una caso paradigmático- fueron ninguneadas durante mucho tiempo por su condición de tales y, en su caso por provenir de una familia adinerada. Todo lugar de origen es bueno para justificar una injustica. Leopoldo Marechal, por su parte, fue ignorado por sus contemporáneos por su filiación peronista. Demitrópulos fue mujer y peronista, dos características difíciles de perdonar por ciertos sectores, no solo en tiempos de Libertad Demitrópolus que murió en 1998, sino también hoy, cuando ya casi hemos recorrido el primer cuarto del siglo XXI.

Libertad Demitrópulos, biógrafa de Eva Perón

De manifiesta militancia peronista, Demitrópulos conoció a Eva en el hogar escuela Eva Perón donde trabajó.  Hasta que Perón fue derrocado en 1955, desde la Fundación Eva Perón se fundaron veinte hogares-escuela que funcionaban a contrapelo de los criterios de las Damas de Beneficencia. Fueron construidos como chalets californianos y con los mejores materiales cumpliendo la máxima peronista de que “los únicos privilegiados son los niños”.

En 1921, casada con el poeta Joaquín Gianuzzi, dejó su Jujuy natal y se instaló con Buenos Aires. En esta ciudad trabajó en el hogar escuela Eva Perón de quien muchos años después escribiría su biografía. Esta sería  editada originalmente por el Centro Editor de América Latina (CEAL) en 1984.

Además de peronista, Demitropulos fue una feminista militante y eso se  hace evidente en su biografía que comienza con una escena muy cinematográfica en la que rescata a un vecino de una casilla donde agoniza por la hemorragia que le provoca una úlcera perforada.  De no haber sido por la  intervención de Eva, habría muerto sin remedio. “Dígale que Eva Duarte trae un enfermo grave” le hace decir Demitrópulos a Eva cuando se encarga de trasladar al enfermo al hospital y se anuncia para que le avisen al médico de guardia.

Eva fue siempre Evita, el sobrenombre que le dan quienes la quieren. Lo fue incluso antes de su relación con Perón que hizo posible que su vocación de servir al pueblo encontrara un cauce más eficaz y a mayor escala, pero no fue la relación con él la que la hizo solidaria. Rebelde ante la injustica –y la vida se las prodigó en demasía- su sentido social era parte constitutiva de su personalidad.

La primera humillación que vivió y de la que no se olvidó nunca, se produjo cuando murió su Padre, Juan Duarte,  de manera súbita en un accidente. Su madre, Doña Juana, se traslada con ella y con el resto de los hijos, cinco en total,  hacia el lugar en que lo velan, pero la familia “legítima” es decir, su familia oficial no le permite la entrada.

De allí en más comienza una vida de privaciones que no había conocido en vida de su padre. Es así que su madre decide irse de Los Toldos para probar suerte en un lugar más poblado, Junín, pero las cosas no cambiaron demasiado y  Eva tanto como su madre y sus hermanos conocieron la pobreza.

Es huyendo de esa situación que, cuando tiene la edad como para hacerlo, se traslada a Buenos Aires para probar suerte en las tablas. También aquí se evidencia su espíritu voluntarioso y decidido. Por ese entonces, Buenos Aires quedaba más lejos de su pueblo que ahora, aunque las distancias fueran las mismas. Las posibilidades  de comunicación eran escasas en la nueva ciudad enorme y hostil, pero Eva supo abrirse paso y tener en su corta vida un protagonismo que no había concebido ni siquiera en sus sueños más ambiciosos.

Es evidente que entre la escritora, que se crió viendo las penurias de  los trabajadores del ingenio Ledesma y la mujer que despertó el odio de la oligarquía  había muchas cosas en común. “Era  una época brava de negreros con látigo y de una pobre gente desvalida que no tenías leyes sociales que la protegiera, cuenta la escritora en una nota firmada por Jorge Brega para la revista de cultura y arte La Marea. Perón llegó y su primera medida fue sacar el Estatuto del Peón. La cosa cambió en parte, aunque costó mucho hacer cumplir esa ley, costó agremiarse, huelgas con obreros muertos, detenciones, despidos, etc. Al lado de Perón empezó a aparecer Evita, una fuerza de la tierra que venía decidida a la lucha política, ayudar -a su manera- a paliar el dolor y la pobreza. Siempre me ha conmovido la presencia de la pobreza ¿Cómo no iba a hacerme peronista?”

Esta relación de empatía recorre toda la biografía que culmina con la muerte de Evita el 26 de julio de 1952. Demitrópulos describe ese largo día que quedaría en la historia y también el período llamado “el tiempo del desprecio”, cuando la oligarquía tomó revancha luego de 1955 y fue tiempo de castigar a esa advenediza que se había atrevido a darles a los pobres buenos hogares, que se había vestido con las galas que no coincidían con su origen pobre. Sus joyas y vestidos fueron expuestos a modo de escarnio público para castigar la memoria de quien se había atrevido a querer darles a las mayorías lo que las minorías, tanto ayer como hoy, consideran que es auténticamente suyo y de nadie más.

La “biografía novelada” contiene diversos llamados a pie de página para demostrar que la autora se ciñe a la verdad histórica. Excepto casi por las primeras páginas que narran una escena de carácter cinematográfica, el material biográfico parece imponerse sobre la novela. Eso sí, la pluma de Demitrópulos atrapa y hace que la lectura se deslice y mantenga la atención como una novela. La expresión  “biografía novelada” parece sugerir la existencia de un material previo al que se lo deja leudar en el molde la novela. No parece que sea esto lo que sucede en Eva Perón. De todos modos, poco importan los géneros. Incluso el género biográfico más estricto participa de la ficción.

Como todos los libros de Demitrópulos, también éste merece una lectura atenta. Como sucedía con Shakespeare que tomaba historias conocidas y las volvía extraordinarias, la escritora narra una historia conocida y la convierte en algo distinto. Se trata nada menos que de la vida de una mujer extraordinaria contada por otra mujer extraordinaria.