Desperonizar a Racing

«Manifiesta la presidencia que de conformidad con las disposiciones del artículo 54 del Reglamento General, la Comisión Directiva, en su sesión de fecha 1 de febrero de 1956, ha procedido a la expulsión de los socios honorarios señores Juan D. Perón, Juan A. Bramuglia y Ramón Cereijo, de lo que en cumplimiento de las disposiciones da cuenta a la Honorable Asamblea a los fines pertinentes», indica un acta firmada el 1 de febrero de 1957. La «desperonización» total del país que se había propuesto el golpe de Estado que derrocó a Perón en 1955 también llegó a los clubes de fútbol. Y a Racing, uno de los clubes más identificados con el justicialismo por la injerencia de Ramón Cereijo, hombre fuerte en el gobierno peronista. La Asamblea General Ordinaria, realizada en la sede de Avenida Mitre, aprobó la propuesta de dejar a la Academia sin Perón por 144 votos a 0. Por esos años, también se quitaron los bustos de Evita y Perón, que recién volvieron a aparecer en el frente de la sede en 1998. Lo que no cambió fue el nombre del Cilindro: aunque nadie lo nombraba así durante esos años de proscripción, no hay acta que acredite que durante esos años el estadio de Racing dejara de llamarse Presidente Perón.

Tres presidentes en el Cilindro

El país estaba en estado de ebullición con el regreso del Peronismo tras 18 años de proscripción. Héctor J. Cámpora llevaba dos días como presidente. Anfitrión de sus colegas de Chile, Salvador Allende, y de Cuba, Osvaldo Dorticós, les ofreció como plan de domingo a la tarde visitar el Cilindro de Avellaneda, donde jugaban Boca y Racing por la fecha 14 del Metropolitano. Fue triunfo xeneize por 2 a 0. La hinchada visitante cantó: «El Tío está contento laralalalá…». Las fotos de la Revista Racing y de El Gráfico así lo demuestran: Cámpora, hincha de Boca, con los brazos en alto y la sonrisa de oreja a oreja saludando a los cuatro costados. Además de los tres presidentes, estuvieron el gobernador bonaerense Oscar Bidegain y algunos ministros como el canciller Juan Carlos Puig, el ministro de Interior Esteban Righi y hasta el de Bienestar Social, José López Rega.

Los homenajes a la socia honoraria Eva Perón

Eva Duarte de Perón había sido distinguida como socia honoraria de Racing en 1947. La simpatía que tuvo Evita con Banfield en la histórica final del campeonato de 1951 no hizo mella en el vínculo que sentía la Academia con la Abanderada de los humildes. Menos de tres horas habían pasado desde la muerte de Evita, a las 20:25 del 26 de julio de 1952, y en la sede de Avenida Mitre la comisión directiva encabezada por Carlos Paillot se improvisaba una reunión para definir los homenajes que se realizarían en los siguientes días. La sesión extraordinaria comenzó con un aplauso cerrado de 15 minutos, con todos los presentes de pie, a modo de homenaje. «Luego –dice la Revista Racing en su edición del 6 de agosto de 1952 se resolvió adherir al duelo nacional: erigir en el estadio Presidente Perón un busto de la señora Eva Perón, mantener permanentemente su nombre en los registros sociales en carácter de socia honoraria, crear un distintivo con la efigie de la dama desaparecida que usarán los representantes de la institución en todas las actuaciones deportivas, concurrir al velatorio en pleno e invitar a todos los asociados y jugadores del club a hacerse presentes y enviar una ofrenda floral y una nota de pésame al general Perón».

El primer paso para el nuevo estadio

Mientras Racing peleaba por obtener su primer campeonato profesional, para la dirigencia uno de los objetivos primordiales era construir un nuevo estadio. El de 1947 fue el año clave para poner en marcha el sueño. El 16 de agosto, el Poder Ejecutivo Nacional firmó el decreto 7395, a través del cual le facilitaba un préstamo de 3.000.000 de pesos con el objetivo de la construcción de «un gran estadio en su campo de deportes de Avellaneda». A esos tres millones iniciales luego se sumaron otros ocho, gracias a las gestiones de Ramón Cereijo, ministro de Hacienda del gobierno de Perón y fanático de Racing. La Academia terminó de devolver ese dinero en la década del 70. La obra total costó unos 15 millones. Buena parte del proyecto estuvo financiado por el gobierno. Por eso la Comisión Directiva no dudó en homenajear a Perón con el nombre del estadio. En lo que no le dieron el gusto al presidente fue en la ubicación del estadio: el General había sugerido construir la cancha frente a la estación de trenes de Retiro, donde hoy funciona el Sheraton. La dirigencia no quiso salir de Avellaneda.

La inauguración del Cilindro

Después de cuatro años de jugar como local en  San Lorenzo, Independiente y Boca, a Racing le llegó el momento de volver a casa. Con más de 100 mil personas en la tribuna, con la presencia de los socios honorarios Cereijo, Eva Duarte y Perón, que dio el puntapié inicial del partido, el 3 de septiembre de 1950 se inauguró el nuevo estadio con el partido entre Racing y Vélez, por la fecha 21. La fiesta fue completa gracias al tanto de Llamil Simes, que marcó el 1 a 0 final. Por el importante préstamo de 11 millones de pesos que hizo el Estado, la Academia bautizó la cancha como Presidente Perón. La nueva casa se levantó en el mismo terreno que el viejo estadio de madera, en Colón y Alsina, con la particularidad de que el campo de juego quedó con otra orientación. Hasta la construcción de la cuarta tribuna del Monumental, para el Mundial 78, fue el estadio con mayor capacidad de la Argentina. «