¿Qué se considera un libro antiguo? ¿Qué diferencia hay un libro antiguo de un libro viejo? ¿Cuál es el valor monetario de un libro antiguo? ¿De qué modo se conserva? Roberto Vega Andersen, presidente de la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina (ALADA) le contesta a Tiempo Argentino todas estas preguntas y muchas más. Dialogar con él es recorrer un mundo fascinante que desde hace 16 años se abre a la comunidad para mostrar sus tesoros y secretos.

¿Qué diferencia existe entre  un libro viejo y uno antiguo? Se trata sólo de la cantidad de años que tiene el libro o hay otras características que hacen que un libro se considere antiguo?

“Técnicamente en el mundo se considera antigüedad –contesta Vega Andersen- a un objeto de 100 años o más, pero la definición tiene distintas particularidades. Éste es un principio general, aunque hay países que toman 75 años. Pero –y aquí vienen las particularidades- una primera edición de Borges, una primera edición de García Márquez o Cortázar los libreros de anticuarios las tenemos con enorme placer y las mostramos con mucho orgullo aunque puedan tener mucho menos de 100 años».

«No digo que sean libros antiguos, pero sí que se pueden ofrecer con mucha satisfacción  en una librería anticuaria. La gente comprende que, sin bien no es una antigüedad, es un objeto coleccionable y una obre que merece estar en una buena biblioteca».

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Foto: Gentileza ALADA

Libro antiguo: quiénes son sus compradores

Mientras la palabra “feria” da la idea de un lugar de venta para todo el mundo, suele creerse que por su precio un libro antiguo es un objeto destinado a coleccionistas o a personas con alto poder adquisitivo. ¿Es realmente así?

“Hay de todo un poco –informa el presidente de ALADA-, de hecho en la propia Feria tenemos un espacio al que llamamos El libro de ocasión en el que hay libros accesibles a un público general. Sus precios van de 5000 pesos a 50.000. Son libros de todo tipo: historia, literatura, viajes. Libros que buscamos y ponemos a la venta a precios “promocionales” con la idea de expandir el público de lectores de un libro de segunda mano, de  una relativa antigüedad que tiene una cierta historia».

«Por eso, el visitante de la Feria, además de visitar los stands para encontrar en ellos perlitas, se toma su tiempo para recorrer esta biblioteca de ocasión buscando aquellos libros que llamen la atención por tema, por autor, por diseño de tapa o por lo que se le ocurra, que tienen un precio muy accesible», continuó.

«Aunque es muy difícil decir cuánto cuesta un libro antiguo porque, además, no sé qué material lleva cada librero, en mi caso los precios van de los 50.000 pesos a los dos millones, aunque esto es muy variable. Pasa algo similar con las galerías de arte. A veces uno teme ir a una galería porque hay una barrera de preconceptos. Sin embargo, a veces, puede estar dentro de las posibilidades de la clase media argentina comprar, por ejemplo,  un grabado. Los libreros de anticuario, en cuanto a precios estamos muy por debajo de una galería de arte.·”  

Y continúa: “La mayor parte del público al que le interesa el libro antiguo está integrado por  los clientes de los 20 libreros que estamos en la Feria. Pero luego, los medios de prensa se encargan de difundir la Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires y entonces la Feria termina atrayendo a un universo de lectores, desde  un chico joven a un jubilado que sabemos perfectamente que comprar un libro de segunda mano en Plaza Italia o en cualquier otro lugar le cuesta un enorme esfuerzo y, sin embargo, va para apreciar todo lo que se puede apreciar allí.

Foto: Gentileza ALADA

Particularidades de esta edición

Esta 16º edición de la Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires tiene varias particularidades. Este año se celebra el centenario del primer poemario de Borges, Fervor de Buenos Aires.  Por esta razón, la Feria se abrirá el 29 de noviembre a las 18 con  una mesa redonda de la que participarán cuatro autoridades intelectuales que se han especializado en Borges. Ellas son Beatriz Sarlo, Daniel Balderston, Sylvia Saítta y Daniel Link.

Foto: MNBA.com.ar

Además, en la Feria habrá un stand de exposición  con obras de Borges, desde primeras ediciones, manuscritos, fotografías vintage, “un conjunto de obras y memorabilia –resume Vega Andersen- vinculada al autor en  un lugar específico de exhibición.

Foto: Gentileza ALADA

Esta edición también promete ciertas “rarezas” concepto que abarca toda pieza no común, “desde la edición de una revista que, a veces, es de un solo número o de dos o tres y que es difícil conseguir porque quizá se publicó entre los años 20 y 50 y se publicaron muy pocos ejemplares que se perdieron en la noche de los tiempos a cualquier otro objeto impreso que lo torne no común.”

Pero las librerías de anticuario no sólo tienen libros o revistas, también forman parte de su universo mapas antiguos, grabados, fotografías, manuscritos. “Muchas veces, los mapas eran ilustraciones que estaban en libros de viajeros, se quitaron de los libros y se utilizaron como cartas geográficas independientes. Otros son mapas hechos por  un cartógrafo holandés, francés o inglés. Estos mapas se incorporaban a atlas, libros exclusivos de mapas y se iban independizando de ese atlas de acuerdo con las necesidades de los lectores, que podían ser viajeros, administradores de territorios ultramarinos”.

Foto: Gentileza ALADA

Por primera vez, la Biblioteca Argentina de Ciegos tendrá un lugar preponderante en la Feria del Libro Antiguo con libros en Braille. ¿Hay libros antiguos escritos con este sistema? “Cuando en 1825 un joven ciego llamado Louis Braille creó un sistema de lectura y escritura que hoy es patrimonio de la humanidad, produjo un acontecimiento emancipatorio: abrió las puertas de la alfabetización, la educación y la cultura para un colectivo que hasta entonces se hallaba totalmente marginado.”

Comienza diciendo un artículo del catálogo de la Feria de Carlos García, vicepresidente de  la Biblioteca Argentina para Ciegos. De modo que sí hay libros escritos en Braille que, por los años de que datan, pueden considerarse antiguos.

“Nosotros vamos a ir como mentes curiosas –destaca Vega Andersen- a recibir a la gente de esta biblioteca y, además, le vamos a entregar un objeto muy importante que es  un libro háptico, es decir, un libro que se percibe especialmente a través del tacto. Este libro en particular está inspirado en Fervor de Buenos Aires y tiene distintos caminos para recorrer a través de los dedos y un lector no vidente lo puede hacer según su propia decisión».

«Es un libro de artista que parte de un grupo de nuestra propia asociación, de ALADA, que se llama Territorio Háptico. Nos pareció muy buena la idea, conseguimos el patrocinio a través de seguidores y lectores de ALADA y hizo este libro especialmente para la Feria y para cederlo a la Biblioteca Argentina para Ciegos.  Los vamos a presentar y a entregar allí.

Los nobles oficios del libro

Por primera vez, esta edición de la Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires incorpora un espacio taller. “Nos interesa precisar que, como dice el refrán, los muertos que vos matáis gozan de buena salud´. Las premoniciones acerca de que el libro impreso en papel iba a morir no se cumplieron. Hoy ese tipo de libro tiene una gran vitalidad y en forma paralela a la concentración económica de las grandes editoriales en el mundo, hay un desarrollo de editoriales pequeñas independientes y artesanales con un carácter artístico y literario muy potente.

Dentro de la Casa de la Cultura donde se hace la exposición creamos un espacio taller del que van a participar todos los oficios artesanales y artísticos vinculados al mundo del libro, desde el fabricante del papel, los impresores, lo grabadores, los ilustradores, los restauradores, los calígrafos y los editores. Todos ellos van a llevar elementos de su actividad  y habrá mesas independientes para cada oficio, donde van a poder estar en diálogo activo con el público presente. En la Universidad Nacional de San Martín hay un Laboratorio de Restauraciones de Bienes Archivísticos y Bibliográficos que también nos va a acompañar poniendo en práctica todas estas actividades“.

“Todos estos oficios –agrega Vega Andersen- tienen en Argentina calidad internacional. Sin duda que ha habido maestros extraordinarios y la pérdida de cualquier maestro es la pérdida del patrimonio cultural del país. Pero hay una renovación, un grupo de gente joven, mucha de ella con formación internacional. Incluso hay miembros de este grupo que viajan a dictar cursos en otros países del mundo. Estos oficios tienen demanda en la Argentina y también demanda internacional. Hay una serie de maestros encuadernadores que se encargan de ir formando a los nuevos profesionales. En los últimos años ha habido un curso con continuidad en la Biblioteca Nacional«.

Y agrega:  “En algún momento hubo alguna dificultad en el país con el dorado a la hoja porque hay que tener, hierros, una especie de tipos móviles con florones y otros elementos decorativos además de las letras,  para trabajar con esta materia prima y poder poner los títulos en los lomos o en las cubiertas. Afortunadamente, esa dificultad se está solucionando. En una época hubo profesionales doradores que trabajaban no sólo para los encuadernadores, sino también para otros oficios».

«Por ejemplo, para las compañías que hacían esos viejos almanaques que se hacían con tacos  sobre los que iban las hojas de cada día. Esos tacos se apoyaban sobre un cartón rígido cubierto por  una felpa que llevaba en dorado la publicidad de la empresa que distribuía ese almanaque. Esa práctica se terminó con el tiempo, los doradores han ido falleciendo, entonces los encuadernadores tuvieron que tomar como propia esa actividad e incorporarla a su oficio. Esto ha venido sucediendo en los últimos años.”

El libro antiguo tiene por detrás todo un mundo que incluye los oficios más nobles, dese la encuadernación y el dorado a la hoja, hasta la restauración del papel. Hoy, hay un auge de estos oficios artesanales e incluso se enseñan  a nivel universitario.  

Desde las tablillas de arcilla, pasando por la los rollos hasta llegar a la forma que tiene hoy, el tiempo hay ido perfeccionando de tal manera este objeto emblemático el libro que es muy difícil de reemplazar. Entrar en su historia  a través de la puerta que abren los libros antiguos  es entrar en la historia misma de la cultura.

La Feria del Libro Antiguo se llevará a cabo en La Casa de la Cultura, Av. Rivadavia 564, CABA, desde el 29 de noviembre al 3 de diciembre. El miércoles 29 de 18 a 22; el jueves 30, el viernes 1º y el sábado 2, de 14 a 20. El domingo 3 de 14 a 18.