El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, denunció la «brutalidad injustificada» de la Policía de Río de Janeiro en la represión contra los hinchas de Boca que recibieron gases lacrimógenos cuando estaban en la arena de la playa de Copacabana el jueves por la noche, en el marco de la vigilia para la final de la Copa Libertadores de América contra Fluminense.

«El accionar de la policía es brutalmente represivo, porque son hinchas de fútbol que no robaron nada, no agredían a nadie, estaban en la playa con el orgullo de la camiseta y vinieron los de Fluminense a atacarlos primero», dijo Scioli a Télam en Río de Janeiro.

El embajador sostuvo que el accionar de la policía de Río de Janeiro en la noche de este jueves es «de una brutalidad y una irracionalidad injustificada». Scioli reclamó a la Conmebol, la organizadora del evento, que intervenga para detener la ola de represión policial contra los hinchas de Boca que llegan a Brasil.

«Conmebol debería actuar e influir para que transcurra con razonabilidad todo esto. Porque si estamos así hoy jueves, el sábado ¿qué va a pasar?«, se preguntó y preguntó Scioli.

Desalojo

La tropa de choque de la Policía Militarizada de Río de Janeiro reprimió anoche con gas pimienta y gases lacrimógenos a decenas de hinchas de Boca que permanecían en la playa de Copacabana, en la vigilia para la final de la Copa. «Estábamos en la playa y apareció gente del Fluminense y de repente la policía vino y nos reprimió disparando», dijo un hincha de Boca Juniors que escapaba de los gases lanzados en las arenas de Copacabana.

Mientras que otro; de nombre Alfredo, que mostraba signos de haber sido agredido, describió el origen de los disturbios, al referir que eran «unos cincuenta los hinchas de Boca que se encontraban en la playa cuando empezó a oscurecer. Entonces apareció la policía a decirnos que nos teníamos que ir, y como algunos no querían se nos vinieron encima y detrás de ellos aprovecharon un grupo de hinchas de Fluminenses para atacarnos, por lo que nosotros salimos a defendernos y se armó una batalla campal«, explicó.

El momento es de tensión alta debido a que a las 17, hinchas del Fluminense encontraron la zona liberada para agredir a los hinchas de Boca que estaban sentados en la playa, que estaba colmada por ser Feriado del Día de los Muertos en Brasil. Varias personas habían sido retenidas por policías en las inmediaciones del Hotel Othon, frente al mar.

El embajador argentino en Brasil, Scioli, se mantenía en diálogo con la comandancia de la policía militarizada de Río de Janeiro, que depende del gobernador Claudio Castro, un aliado del expresidente Jair Bolsonaro. Por la tarde fueron detenidos dos argentinos que horas después fueron liberados por falta de acusación.

Para este viernes está previsto el arribo de la barrabrava boquense y miles de hinchas más, puesto que está programada la llegada de otros 20 micros y varios aviones.

Clima caliente

La previa de la final de la Libertadores tuvo un jueves de terror y dejó de lado lo futbolístico para entronizar a la violencia como protagonista de un día en el que muchos hinchas «xeneizes» fueron agredidos por sus pares de Fluminense y la propia policía local que reprimió con gases lacrimógenos y se llevó detenidos a varios parciales auriazules.

Las detenciones se produjeron, por la tarde, en medio de una pelea generada porque hinchas de Fluminense invadieron el espacio de los hinchas de Boca en la playa de Copacabana. según confirmó a Télam, Ana Emilia Sarrabayrouse, Consulesa General de Argentina en Rio de Janeiro. Además, la funcionaria agregó que hubo en ese momento dos simpatizantes heridos, uno argentino y otro brasileño, aunque se desconocía su gravedad.

Los eventos se extendieron por menos de cinco minutos, cuando hinchas del equipo brasileño persiguieron a los de Boca arrojando sillas de playa y otros objetos. Efectivos de la Policía Militar de Río de Janeiro intervinieron pasadas las 17 lanzando gases lacrimógenos y balas de goma para despejar los disturbios.

A través de un comunicado oficial, la entidad policial afirmó que dos hinchas argentinos y uno de Fluminense fueron detenidos en la playa y trasladados a la comisaría 12 de Copacabana luego de «involucrarse en un disturbio», aunque después de efectuar sus respectivas declaraciones fueron liberados.

Agreden a hinchas de Boca

Testigos argentinos comentaron que la gente del ‘xeneize’ festejaba de manera pacífica cuando un grupo identificado con la hinchada del equipo brasileño llegó en gran número a agredir a hombres, mujeres y niños. «Boca hacía su propia fiesta y ellos vinieron a tirarnos sillas, palos, a pegarnos y a robarnos», relataron algunos simpatizantes boquenses. Además, afirmaron que les sustrajeron pasaportes, dinero y otras pertenencias.

«Estábamos tranquilos después de hacer un banderazo y llegaron muchos hinchas de Fluminense corriendo hacia la playa», dijo Felipe Rodrigues, un brasileño que acompañó la fiesta de los argentinos.

Según la policía local, previamente un argentino había sido detenido luego de patear a un perro que acompañaba a un brasileño que estaba en la playa y de arrojar una botella contra los agentes. Una persona lo acusó además de haber proferido insultos racistas. Ese hincha, cuyo nombre es Cristian Medina. la vio venir y se le ocurrió meterse en el mar, hasta donde fue perseguido y atrapado por un efectivo de seguridad dentro del agua.

Pero una vez que cayó la noche sobre la costa carioca los incidentes recrudecieron, la policía volvió a lanzar gases lacrimógenos y las imágenes retrataron a otros tres hinchas «xeneizes» que eran detenidos por las fuerzas de seguridad, dos de ellos con el torso desnudo y descalzos y un tercero luciendo una remera de boquense. A todos ellos se los vio con las manos detrás de la espalda y trasladados por la fuerza hacia un ómnibus de la policía local.

Este fue el tercer episodio de violencia ocurrido en menos de tres días desde que el martes fueran atacados un hombre y una mujer hinchas de Boca por parte de miembros de una facción de la hinchada de Fluminense, episodio por el cual fueron detenidos tres brasileños.

Los disturbios ocurrieron a la altura de la Fan Zone que la Conmebol instaló en Copacabana, donde continúa la tensión, y hay mucha preocupación por los miles de argentinos que están llegando por estas horas a Río de Janeiro para presenciar la final. De hecho mañana está anunciado un «banderazo» de los hinchas boquenses en el «Sambódromo».

Inclusive anoche se había organizado una reunión de urgencia entre autoridades locales, dirigentes de Boca y miembros de seguridad local y de Argentina, ya que a Río de Janeiro llegaron también efectivos de la policía federal encabezados por el Director Nacional de Seguridad en Eventos Deportivos, Guillermo Madero, pero la ausencia de los jefes de la Policía Militarizada dejó trunco ese encuentro.

A última hora la Conmebol elevó un comunicado de circunstancia realizando «un llamado a los hinchas de Boca y Fluminense a compartir todos juntos los momentos de alegría y celebración que da el fútbol. Los valores del deporte que más nos apasiona deben ser inspiradores de conductas de paz y armonía. Por eso, repudiamos los actos de violencia y racismo que se puedan producir en el marco de esta final».

Mientras tanto, la tensión en la intersección de la Avenida Atlántica y Xavier Da Silveira, frente al hotel Río Othon Palace, epicentro de los disturbios, no cede.