Las últimas vacaciones, en el verano de 2020, Manuel Neuer se refugió en Dubrovnik, una ciudad al sur de Croacia que en otros tiempos se llamó Ragusa. Neuer pasó unos días junto a Toni Tapalovic, el entrenador de arqueros del Bayern Munich. Estaba con él en un barco sobre el Mar Adriático cuando una cámara los grabó cantando Lijepa li si -sos hermosa- de Thompson, una banda de rock que reivindica al régimen ustacha, aliado de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. 

Se llama Thompson como el apodo de su cantante, Marko Perkovic, que dice que no tiene ninguna nostalgia por los ustachas pero cuando le toca empezar sus conciertos los imita en sus saludos (“¡Listos para la Patria!”) o reclama por la libertad de criminales de guerra. Perkovic peleó en la guerra de Croacia contra Yugoslavia, a principios de los 90, con un subfusil Thompson en la mano. De esos días viene el nombre. Su banda es muy popular entre los grupos neonazis. Y también entre algunos futbolistas. Después de que la selección croata saliera subcampeona en el Mundial de Rusia, Thompson se paseó con el equipo por Zagreb. Se sacó una foto con Iván Rakitic y Luka Modric le pidió que cantara una canción. 

Pero hay que volver a Neuer porque su video cantándole a la patria croata, a las costumbres, a Zagora, la bella, empezó a dar vueltas por Alemania. Y entonces la prensa quería preguntarle a Neuer, una vez que había vuelto de sus vacaciones, si sabía quién era Thompson, quiénes fueron los ustachas, si sabía que estaba cantando una canción fascista. Neuer no respondió, intentó que las imágenes quedaran en el olvido. Además, no sabía hablar croata, no podía conocer qué estaba cantando. Estaba de vacaciones. 

Los futbolistas suelen refugiarse muchas veces en el desconocimiento, en el no saber. También en el silencio. Pero Neuer no era de los que hacía silencio. Una vez, en 2011, durante una entrevista con una revista alemana dijo que los futbolistas homosexuales deberían decirlo porque eso los aliviaría. No fue en plan de imposición, fue un mensaje al fútbol: los hinchas lo van a entender, dijo. Lo tienen que entender. La homosexualidad es un tabú global del fútbol. El primer futbolista en salir del armario fue el inglés Justin Fashanu en 1990. Su historia entrega un final dramático: ocho años después se suicidió luego de soportar una acusación de agresión sexual sobre la que no hubo pruebas. El día de su nacimiento, el 19 de febrero, es el día contra la homofobia en el fútbol. 

Hubo también un ex jugador de la selección alemana, Thomas Hitzlsperger, que en enero de 2014, cuatro meses después de abandonar el fútbol, contó que era gay. El año anterior, la Federación Alemana de Fútbol había lanzado un plan para acompañar a los jugadores de su país que quisieran salir del armario. Hitzlsperger dijo que contaba su historia para que otros pudieran sentirse más libres de contar las suyas.. 

Era la idea de Neuer, sembrar ese camino. Cuando dijo que los futbolistas homosexuales tenían que contarlo se instaló una versión: Neuer es gay. Si presentaba una novia, entonces la noticia se contaba como el fin de un rumor que sólo se había alimentado en el prejuicio del periodismo amarillista. Neuer no volvió a hablar de sexualidad. Pero dijo que estaría muy bien que una mujer presidiera la Federación de Fútbol de Alemania. Hasta que un día decidió que su cinta de capitán llevaría los colores del movimiento de liberación LGBTQI+, los colores del arcoiris. Lo hizo en algunos partidos con el Bayern Munich y volvió a hacerlo en la Eurocopa, con la selección, en este junio que es el mes del orgullo. La UEFA le abrió una investigación, pero enseguida tuvo que decir que se trataba de una buena causa, celebraba la diversidad. La misma UEFA, sin embargo, le negó a Munich iluminar con esos colores el Alianz Arena durante el partido entre Alemania y Hungría, un mensaje dirigido al primer ministro húngaro, Viktor Orban, que alentó una ley homofóbica por la que se prohíbe hablar de homosexualidad en las escuelas y en programas de televisión dirigidos a menores. La UEFA dijo que el brazalete de Neuer era diversidad, pero que la acción de Munich era política. La confusión -por decirlo de alguna manera- del organismo europeo llegó a tal punto que, ante las críticas, pintó su logo con el arcoiris. Eso tampoco era político, se atrevió a decir la UEFA.  

La cuestión es que Neuer con su brazalete puso al fútbol europeo a hablar sobre diversidad sexual. Su compañero del Bayern Munich y la selección, León Goretzka, ya había dicho que le gustaría que durante su carrera algún futbolista contara que es gay, que le daría su apoyo, que eso cambiaría las cosas. Goretzka celebró su gol contra la hinchada húngara haciendo un corazón con sus manos. Peter Gulácsi cuidaba el arco húngaro. Gulácsi fue crítico de las políticas homofóbicas de Orban: escribió en redes sociales contra el odio y a favor de las familias arcoiris. Un jugador de la selección belga, Thomas Meunier, recomendó a colegas no salir del armario, pero dijo que lo hacía porque la gente es estúpida. Y habló sobre cómo se tendrían que dejar atrás ideas medievales. Dijo que las decisiones de la UEFA eran lamentables. Que había que ir a fondo: “No vas a cambiar las cosas poniendo un cartel de ‘no al racismo’. Hay que reaccionar”. 

La biografía de Neuer dice que nació en Gelsenkirchen el 27 de marzo de 1986. Tiene 36 años. Se crió como arquero en el Schalke 04. Era socio del club. Era un ultra. Su ídolo era Jens Lehmann. Pero cuando se fue al Bayern Munich los hinchas de su equipo le dijeron que había roto un código. Que no se lo iban a perdonar. No se lo perdonaron. Llegaron a sacarle un muñeco que era él colgado de un puente. Ser arquero en el fútbol es vestirse distinto, pararse solo en la última línea, ser el último responsabilidad. Hay también ahí una idea de la masculinidad. Robert Enke fue compañero de Neuer en la selección alemana. Peleaban el puesto. Enke tenía depresión. Cuando su psiquiatra le dijo que debía internarse, se negó. “Soy el arquero de Alemania, no puedo ir a una clínica”, le dijo. Enke se suicidó tirándose a las vías de un tren en 2009.

A Neuer todavía le recuerdan su canto de vacaciones. En 2013, Marko Perkovic, Thompson, el autor de esas letras, apoyó que la Constitución de su país definiera al matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. El brazalete de Neuer dice mucho más de lo que pudo haber respondido cuando le preguntaban sobre la canción croata.