Las camisetas de fútbol, no importa cuáles -oficiales o truchas, del presente o del pasado, de clubes o de selecciones, titulares o suplentes- suelen ser un objeto de culto. Locomotora principal de la millonaria industria de la indumentaria deportiva. Cualquier arista resulta irresistible, desde los rankings juguetones, bien futboleros; por ejemplo “las camisetas más lindas de la historia”, hasta los económicos, el de “las más vendidas”. Pero de ese fenómeno sentimental -que nos transporta a nuestras infancias o nos vincula con nuestros hijos e hijas- y económico -los deportistas convertidos en modelos dentro y fuera de la cancha-, su lado B suele ser bastante menos conocido y mucho más incómodo: la precariedad laboral de quienes las confeccionan.

En estas horas apenas tuvo trascendencia mediática que delegados gremiales de la empresa textil RA Intertrading, donde se fabrican las camisetas de la selección argentina y de la gran mayoría de los principales clubes del país (de las diferentes empresas de indumentaria), denunciaron que fueron despedidos tras haber pedido mejoras salariales. Según su reclamo, el sueldo básico de algunos de los empleados es de 35.000 pesos. La comparación es inevitable: como algunas camisetas cuestan 17.000 pesos -la alternativa de la selección, por ejemplo, o la amarilla que Boca usó en el último superclásico-, deberían trabajar todo un mes para comprar dos remeras.

Este martes, horas antes de que la selección empatara 1-1 ante Ecuador en Guayaquil y alcanzara el mayor invicto de su historia (con 31 partidos), empleados de RA Intertrading se autoconvocaron enfrente del Ministerio de Trabajo para exigir junto a sus delegados una mediación entre representantes de la empresa, el sindicato, S.O.I.V.A (Sindicato Obrero de la Industria del Vestido y Afines) y los trabajadores. La marcha tenía diferentes consignas: “contra los despidos”, “por un salario igual a la canasta familiar”, “en contra de la violencia laboral”, y a favor de “condiciones de trabajos dignas” y de la “reincorporación de todos los compañeros”.

Roger Torres Mamani, uno de los delegados despedidos la semana pasada, le explicó a Tiempo: “El diálogo con la empresa está cerrado y la forma que encontramos de volver a hablar fue llegar al Ministerio, que nos recibió y propició esta reunión entre el sindicato y la empresa. La semana que viene habrá otro encuentro”. Según Torres Mamani, nacido en La Paz, la capital de Bolivia, “en la empresa trabajamos alrededor 900 costureros. Una línea de 10 o 12 personas podemos hacer entre 400 y 500 camisetas por día. Menos la fabricación de la tela y bordados, se hace todo el resto en la empresa, desde el corte, estampados y la parte de costura para terminar con el etiquetado y el embolsado final para enviarse a las tiendas. Durante mucho tiempo se hicieron las camisetas para Adidas, Nike y varias marcas más, aunque ahora más que nada son de Adidas, lo que incluye a la selección argentina, Boca y River. También se hacen shorts, pantalones, camperas y musculosas de estos clubes”.

En una entrevista publicada por BAE el viernes pasado, titulada “las camisetas de la selección argentina se fabrican en Villa Lugano”, la presidente de RA Intertrading, Daniela Rabinovich, confirmó lo dicho por Mamani. “Somos los únicos fabricantes de las camisetas oficiales de la selección argentina. Este año cumplimos 20 años produciendo prendas para Adidas. El 50% de lo que producimos es para Adidas. Todo lo hacemos en nuestra planta de Villa Lugano, donde trabajan 800 personas”, dijo Rabinovich. En el artículo también se confirma que que RA además confecciona las remeras oficiales de River y Boca para Adidas, las de San Lorenzo para Nike, las de Racing y Vélez para Kappa, y las de Rosario Central y Atlético Tucumán para Umbro, entre otros clubes. “También las de Independiente (Puma) y diversos clubes que se sumen”, agrega Torres Mamani. Es decir, casi todas las camisetas del fútbol argentino, de selección o de equipos, de Adidas o de Nike o de muchas otras empresas, salen de RA Intertrading.

Según el comunicado de prensa distribuido el martes último por la Comisión de Reclamos de los Trabajadores de RA Intertrading, “en nuestra empresa, líder nacional y regional de fabricación de ropa deportiva para las principales marca como Adidas, Nike y Puma, la selección argentina y los grandes clubes, trabajamos mas de 900 costureros a los que se agregan objetivos elevadísimos de producción que atentan contra la salud física y psíquica de los compañeros. A cada línea de 10 o 12 trabajadores se nos pide que produzcamos 45 prendas por hora, que luego se venden cada una de 8 mil a 17 mil pesos, mientras que a nosotros se nos paga menos de 200 pesos la hora”.

Mamani Torres agrega: “Estamos pidiendo una base de 400 o 450 pesos la hora contra los 200 que cobramos ahora. El sueldo básico de muchos es de 35.000 pesos por mes. Después, depende de la categoría, la antigüedad y los objetivos de producción, puede llegar hasta 60.000, pero no siempre ocurre: o hay problemas de transporte, o a veces uno se enferma, o no se llega a lo pautado por producción”, dice Mamani, que fue despedido -incluso a pesar de ser delegado- luego de que hace dos meses comenzara junto a sus compañeros a reclamar mejores condiciones laborales. El reclamo para llegar a un salario «igual a la canasta familiar» se explica en que una familia de cuatro personas necesitó 83.807 pesos para no ser pobre y 37.414 pesos para no caer en la indigencia, de acuerdo al informe difundido el 17 de marzo por el INDEC.

En diciembre pasado, la propia Rabinovich había reconocido: «Estamos invirtiendo 130 millones de pesos para ampliar en un 40% nuestra capacidad de producción para responder a la demanda. Necesitamos incorporar a 150 operarios y nos está costando bastante conseguirlos». En simultáneo, también crecían las denuncias por precariedad laboral dentro de la empresa. “Hicimos varios pedidos de aumento y, ante la falta de respuesta, empezamos a tomar medidas: primero un paro de una hora, después de tres horas y luego de un día entero. Recién entonces hubo un ofrecimiento, pero era un premio, no el incremento de la hora, del básico. Lo rechazamos y la empresa cerró el diálogo y empezó con suspensiones y a echar gente, en especial a los más activos. Hubo 33 suspensiones y hasta ahora somos 10 los compañeros despedidos, cuatro de ellos que estaban en periodo de prueba y, por sumarse a la medida de fuerza, fueron despedidos. Dos somos delegados, Raúl Gaguillo y yo”, cierra Torres Mamani, quien mientras espera por las reincorporaciones pone sobre la mesa un próximo posible paso: plantear su caso a Adidas y el resto de las empresas de indumentarias deportivas.

Tiempo se comunicó con RA Intertrading para conocer el descargo de la empresa pero, al menos hasta la publicación de esta nota, no recibió respuesta.