De los cuatro equipos que están en las semifinales de esta Eurocopa, Inglaterra es el que menos sufrió para llegar. Venció cómodo a Ucrania por 4 a 0, en Roma, por los cuartos de final. Pero no será la única ventaja que tendrán los inventores del fútbol en esta definición: para estas últimas dos instancias decisivas, el torneo se muda a Londres, a Wembley. Al lugar donde Inglaterra levantó el único título que tiene hasta ahora: el Mundial de 1966. Sueñan con que el próximo domingo se sume otra copa a sus vitrinas.

A la solidez con la que había llegado hasta los cuartos de final (no le convirtieron en todo el torneo), ahora le agregó un poco de brillo. El entrenador Gareth Southgate dispuso un equipo más ofensivo para enfrentar a Ucrania, con Jadson Sancho, Harry Kane y Raheem Sterling en la delantera. Y tuvo premio: goleó por 4 a 0, con Kane como gran figura, con dos tantos. El último goleador del Mundial 2018 también busca quedarse con la bota de oro en la Eurocopa: lleva tres y tendrá que hacer dos más para alcanzar a Cristiano Rolando, ya eliminado con Portugal. Los otros gritos fueron de Harry Maguire y Jordan Henderson, de cabeza.

El 9 es el capitán y el abanderado del sueño que tienen los ingleses, que el próximo miércoles recibirán a Dinamarca, en Wembley. Será el mismo escenario y la misma instancia que hace 25 años, en 1996, cuando Inglaterra quedó eliminada ante Alemania por penales. Southgate, el actual DT, falló su penal aquella tarde en Londres. Buscará sacarse una espina grande. Se trata de una frontera que Inglaterra nunca pudo cruzar: jamás jugó una final de Eurocopa. Lo intentará otra vez el miércoles.

Con la base del equipo que llegó a semis en Rusia 2018, los ingleses también aprovechan el impulso de la Premier League, la liga más rica y competitiva del mundo en los últimos años. Los once titulares que saltaron al campo en Roma, ante Ucrania, están fichados por un club inglés. Con un asterisco: Jadson Sancho, de 21 años, fue traspasado esta semana del Borussia Dortmund alemán al Manchester United a cambio de 85 millones de euros.

Además de Kane, la gran estrella inglesa en este campeonato es el extremo del Manchester City, Sterling. Nacido en Kingston, combina su velocidad jamaiquina con las horas de fútbol que sumó en su infancia de Londres. Así dibuja jugadas como la asistencia para Kane en el primer tanto de la goleada de cuartos de final. En este verano europeo Sterling vive un sueño. En su brazo izquierdo, lleva un tatuaje de un niño que luce la 10 en la espalda y mira Wembley. “De chico, solía pasear cerca de Wembley, a veces pasaba en bicicleta. Miraba con la esperanza de algún día usar ese número diez en ese estadio, en mi ciudad, y soñando con ser el rey de Wembley», explicó en la previa del Mundial de Rusia 2018, cuando le tocó usar ese número por primera vez en un torneo grande. Ahora se prepara para jugar las semifinales, en casa, con el sueño de darles a los inventores del fútbol la primera Eurocopa de su historia. Del otro lado del cuadro, Italia –otro de los candidatos– y España están listos para darle pelea. Para estos últimos tres juegos se acabó el formato itinerante que tuvo toda la Eurocopa. Las sedes no serán rotativas sino que todo sucederá el mítico Wembley. «El fútbol vuelve a casa», había sido el eslogan que se usó en la Euro 1996, que finalmente terminó con Alemania campeón. La frase se reedita por estas horas en Inglaterra. Esta vez buscarán que tenga un final distinto y que, por fin, logren meterse en una final después de 55 años de espera.