El tenista Daniil Medvedev, actual número dos del mundo, podría no participar en Wimbledon este año, según adelantó hoy el diario británico The Times, debido a que los organizadores quieren excluir a los jugadores rusos y bielorrusos tras la invasión a Ucrania. Las reacciones desde Moscú no tardaron en llegar: sería «inaceptable» prohibir a los tenistas rusos que participen en el torneo, consideró también este miércoles el Kremlin.

Desde el inicio de la ofensiva rusa el 24 de febrero, los tenistas rusos y bielorrusos continuaron participando en las competiciones ATP y WTA con bandera neutra. Este dispositivo debía extenderse a los tres torneos del Grand Slam por disputar en 2022, aunque la Federación Internacional (ITF) haya prohibido a los equipos de los dos países participar en la Copa Davis y en la Copa Billie Jean King (antigua Copa Federación).

Algunas fuentes indicaron al Times que, tras dos meses de conversaciones, los organizadores de Wimbledon han preferido prohibir la participación de jugadores rusos y bielorrusos más que adherirse a una solución de compromiso propuesta por el gobierno británico. Estas negociaciones buscaban que los jugadores, incluidos Medvedev y la semifinalista del individual femenino en Wimbledon el año pasado, la bielorrusa Aryna Sabalenka, firmaran una declaración para no hacer comentarios favorables al presidente ruso Vladimir Putin.

Los organizadores de Wimbledon estiman que esa firma podría tener un impacto negativo sobre las familias de los jugadores. Es probable que esta medida de exclusión se aplique al resto de los torneos británicos sobre césped de este año. La Lawn Tennis Association (LTA), que supervisa los principales torneos de preparación de Wimbledon, como Queen’s o Eastbourne, declaró que seguiría el ejemplo de Wimbledon.

«Una vez más, convierten a los deportistas en rehenes de prejuicios políticos, de intrigas políticas (…) Es inaceptable», dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. «Teniendo en cuenta que Rusia es un país muy fuerte en tenis y que nuestros deportistas figuran en lo alto de las clasificaciones mundiales, su exclusión tendrá un impacto en la propia competición», añadió Peskov.

Los jugadores rusos y bielorrusos han sido discretos en su posición sobre el conflicto, aunque el ruso Andrey Rublev, octavo del mundo, lanzara «no a la guerra, por favor» en una cámara de televisión durante una competición en Dubái, poco después del inicio de la guerra. «Quiero paz en todo el mundo», dijo Medvedev, que se recupera de una operación de hernia y es duda para Roland-Garros.

La bielorrusa Victoria Azarenka, exnúmero uno mundial y ganadora en dos ocasiones del Abierto de Australia, fue en esa línea. «Es desgarrador ver cómo personas inocentes se han visto afectadas y continúan viéndose afectadas por esta violencia», declaró la tenista de 32 años en marzo. «Siempre he visto a ucranianos y bielorrusos como gente amistosa y solidaria los unos con los otros. Es difícil ser testigo de la separación violenta que tiene lugar en la actualidad», señaló Azarenka, actual 18ª de la WTA.

Para Occidente, Bielorrusia está considerada como un aliado de Rusia que facilitó la invasión.