América TV comenzó el año en una posición difícil. Luego de muchos años de ostentar el tercer puesto en materia de rating, en su batalla por robarle el segundo puesto a El Nueve se vio relegado, al final, al cuarto lugar. Para contrarrestar la situación, el canal avanzó en un acuerdo con Marcelo Tinelli, ya sin pantalla en El Trece para que desembarque con su show emblemático, Bailando por un sueño, en el prime time y, además, se convierta en director artístico.

La productora de Tinelli avanzó en la definición del elenco para la próxima edición de su programa, que desde agosto tendrá como jurado a Pampita, Moria Casán, Marcelo Polino y Ángel De Brito, quienes evaluarán a bailarines y figuras con la consabida murga que mezcla artistas, mediáticos, personajes bizarros e ilustres desconocidos que aspiran a dejar de serlo. Con un poco de suerte, a alguno que otro le saldrá bien.

El diario de Mariana fue una incorporación clave para América, que consiguió repuntar con fuerza el rating de la tarde.

En el medio de este proceso, las redes se regodearon con rumores con mayor o menor respaldo periodístico sobre supuestas deudas que la productora de Tinelli, LaFlia, mantenía con exempleados. Esas deudas habrían complicado conseguir un estudio para la grabación del programa, debido a que nadie confiaba en la capacidad de pago del conductor y su troupe. Por su parte, LaFlia avanzó también en la revisión de la programación. De ese ejercicio apareció la única propuesta más aireada, por el momento: de lunes a viernes de 14.30 a 16.15 reestrenó El diario de Mariana (DDM), un programa que tuvo un discreto paso por El Trece entre 2013 y 2019, en el que hizo sus primeras armas en la tele abierta Diego Leuco y quedó muy asociado a las entrevistas a Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, de tono complaciente. De hecho, el programa recibió el sobrenombre de “El diario de macriana” por eso mismo.

No obstante, Mariana Fabbiani fue siempre una conductora eficaz y con mucha capacidad de transmitir empatía al televidente y esta ocasión no fue la excepción. Rodeada de un panel variopinto que reúne a Andrea Taboada, Mariano Yezze, Franco Torcchia y Ceferino Reato, el programa osciló en los 3 puntos con picos de 4 en su primera semana. Esto le permitió duplicar a la competencia de El Nueve e incluso relegar al canal del Grupo Clarín al tercer puesto, ubicándose por momentos segundo.

Daniel Vila, dueño del canal, tiene una histórica relación con Sergio Massa.
Foto: Captura tv

Cambios de horario y la apuesta por «Bailando 2023»

Como efecto secundario, Intrusos se sintió más cómodo en el horario del mediodía (está saliendo de 12 a 14.30) y también creció en audiencia y el buen número de DDM empujó para arriba el envío posterior: A la tarde, con la conducción de Karina Mazzocco. Con este rendimiento, acompañado por la perfomance positiva de LAM a la noche, permitieron superar claramente en la marca diaria a El Nueve y dejar el terreno preparado para el estreno de Tinelli. Pero eso no es todo: en las tandas de América se puede ver el anuncio del regreso de Intratables, el clásico programa de ¿debate? con gente que se grita y se pelea. Con este panorama, hubo quien se tentó a hacer el chiste que sin darnos cuenta estábamos de nuevo en 2014: El diario de Mariana, Intratables y Massa candidato a presidente… Vendría bien que vuelva también el sueldo a 500 dólares.

Resta conocer cuáles serán sus próximas movidas en materia de línea editorial: en una reciente aparición en el canal de youtube de Flavio Azzaro, el propietario del canal, Daniel Vila, tuvo conceptos muy elogiosos hacia Sergio Massa. Sería interesante saber si esa alianza tantas veces señalada se plasmará en la política editorial de la emisora en un contexto tan caliente como una campaña electoral nacional.

América TV no apostó a nada nuevo, ni especialmente sofisticado, repitió fórmulas probadas: conductoras de trayectoria, panelistas con prestigio o fama de polémicos y pantallitas en las escenografías. En un contexto difícil para el medio, está sacando buenos resultados. Como en el fútbol, a veces la coyuntura chata le da valor a los jugadores rústicos pero con oficio.