“Para mí la gran lección de la economía popular es que incluye a millones de personas. Se trata de un fenómeno de gran envergadura en cantidades y capacidades organizativas –dice la socióloga Paula Abal Medina–. Y si hay algo que se mostró es que los tipos y las tipas que partieron de una identidad de no laburantes, de pérdida de trabajo a finales del siglo pasado y principios de este, empezaron como ex en el nombre, tenían esa idea, finalmente se volvieron a organizar alrededor del trabajo”. Más de uno dirá que no es ninguna novedad lo que dice Abal Medina. Pero se ha vuelto tan lugar común que se pierde de vista. Un gigante de cartón, el mediometraje que dirige Martín Céspedes con investigación y producción de Abal Medina, da cuenta, solo en parte, del fenómeno. Solo en parte no por deficiencia: es tan grande lo que logró esta parte de la llamada economía popular, que se vuelve inabarcable.

Un gigante de cartón es uno de los productos que la unión de Abal Medina con Céspedes ve la luz. “Nos enganchamos pensando qué lindo sería filmar pequeños cortos de cada actividad: de reciclado, producción de pequeñas manufacturas, vendedores ambulantes, etcétera”, cuenta esta docente de Idaes-Unsam, que también es doctora en Ciencias Sociales. «Todo lo que tenga que ver con mirar de cerca la economía popular y conocer de cerca a los trabajadores y las distintas instancias me entusiasma; siempre que puedo digo que sí”, comenta sobre su reunión con Martín Céspedes, a quien conoció a partir del impactante Toda esta sangre en el monte, que saca a la luz la lucha por la tenencia de la tierra.

–¿Cómo se hace para articular el conocimiento académico con la realización audiovisual y por otro lado los medios de comunicación tradicionales y ahora también las redes?

–Hay un desvío academicista que está muy presente en las universidades; es fácil el desvío academicista si te mantenés adentro. Si estás entrando y saliendo –que es lo que siempre hago, muy vinculada a las experiencias de trabajo y a la organización– es más difícil. Digo que las dos cosas están mal: el desvío contrario puede ser el militantismo, y entonces parecería que solo hay que mirar a las organizaciones. Insisto mucho en que no miremos únicamente los proyectos organizativos ni la academia, miremos las experiencias de trabajo, las experiencias de vida, miremos en conjunto. Y después, en el audiovisual aparecieron tensiones super ricas con Martín. En un momento, él más bien se dejaba llevar por el instinto artístico, que a mí no me parecía en función de lo que estábamos contando: en la medida de que hay mucho respeto sobre el saber específico que aporta cada uno en un proyecto, el proyecto se potencia.

En ese sentido, Abal Medina considera “buena la idea de que el conocimiento está constituido por una multiplicidad de saberes y que el saber académico no ocupa todo el espacio, sino que es una parte de este conocimiento”. Pero no cree que esté sola en esta especie de tendencia. “Creo que hay un gran movimiento dentro de las ciencias sociales hacia el volcarse más e involucrarse con la realidad, con la complejidad de la construcción del conocimiento. Para mí, eso ha avanzado bastante dentro de la institución. Y cada vez hay más conciencia de que el audiovisual, la fotografía, son fundamentales para poder transmitir, interpelar y poder generar una comunicación ida y vuelta; incluso con los propios trabajadores. Porque para mí, es mucho más fácil, para poder continuar una conversación con ellos, mostrarles un audiovisual que ir con un texto”.

Y ahí, Un gigante de cartón –además de testimonio– funciona como una guía sobre la dirección que tiene que tomar la comunicación de estas formas de producción y organización: poner en juego las múltiples dimensiones del fenómeno es fundamental para sacarlo de la anécdota y subirlo al debate sobre el tipo de perfil productivo y social que se desea para la comunidad. “Creo que experiencias como esta realmente logran cuestionar el orden social. No es valor únicamente aquello que valoriza el mercado: ellos producen un valor ambiental impresionante y eso nadie lo garpa. Esa es la discusión para adelante: qué es el valor y qué tipo de valores vamos a decidir remunerar como sociedad. Además de que ellos producen valores económicos porque logran recuperar materiales que se pueden reutilizar en la industria y tienen que pelear para que se los paguen, y son miles de toneladas. Esa discusión siento que es la que más quisimos plantear, que es la que además permitiría pensar en un salario social complementario. Quisimos mostrar ese lugar de imprescindibles y reivindicativo, que son las dos dimensiones más significativas de la experiencia cartonera”. «


¿Cuándo?

Un gigante de cartón. Dirección: Martín Céspedes; investigación y producción: Paula Abal Medina. Estreno: 7 de diciembre a las 22, en Canal Encuentro.