Eva Halac admira a los personajes fuertes y a los hombres de acción. Le gustan en cada escena, le atrae el misterio y lo imprevisible. Sin dudar afirma: «Siempre estoy en la búsqueda de personaje que me conmuevan. Y que tengan desde el punto de vista dramático una rugosidad que se sienta. Me interesa revelar comportamientos, ver cómo los personajes se ven obligados a decidir de qué modo actuar, cómo negociar con sus propios deseos y aspiraciones. Timerman tiene mucho de personaje teatral, por despótico y explosivo, porque al final se convirtió en enemigo de todos, fuesen de izquierda o de derecha. Y también porque tenía la vanidad y la valentía de saberse odiado y admirado. No tenía ningún filtro, decía lo que pensaba y se exponía de manera suicida.»

Eva Halac realizará tres únicas funciones de aquella obra que el año pasado estreno en el cultural San Martin y que tuvo un breve paso por la sala del Portón de Sánchez con buena repercusión: J. Timerman, obra de la que Halac es autora y directora, pero que esta vez llega a Timbre 4 (México 3554), un emblema del circuito por fuera de calle corrientes. Basada en hechos reales, la obra gira en torno a la figura de Jacobo Timerman (periodista emblemático de los años 70, amado y odiado por sus contemporáneos) en los días del mítico diario La Opinión.

“Jacobo tuvo en su vida todos los elementos del héroe trágico”, comenta la autora que recorrió no solo su carrera periodística sino que en sus libros encontró la manera de meterse en la cabeza de aquella personalidad, tratando de entender las razones de su comportamiento y motivaciones. Además, encontró entre las anécdotas que recopilo una manera  de poder dejar aparecer al personaje en su esplendor, con sus valentía, sus contradicciones, encontrarlo heroico, vulnerable, inteligente y apasionado. Una trama ágil, cinematográfica, con el humor y el suspenso de un thriller político. En la obra Don Jacobo Timerman debe negociar con el gobierno la continuidad del diario La Opinión. La decisión pone en juego sus creencias, sus afectos, sus certezas. Abandonar la oposición progresista no solo significaría un desprestigio, sino una dolorosa despedida de la juventud en la que era pura energía.

“La vida de nadie puede ser teatro, siempre es una ficción basada en algo que alguien hizo o imaginando una mirada sobre aquello que sabemos de alguien. Tomé Timerman porque sentía empatía con su personaje, me conmovía su historia y encontré alrededor de él otros personajes que podían ayudar a reflejar algo entretenido”, cuenta Halac.

Su manera de trabajo siempre surge de imágenes, y  en este caso el movimiento y la acción continua  era algo que no dejaba de aparecer en la cabeza de la autora, por lo que armo en escena una atmosfera donde se mezcla la política con la literatura y la realidad con la ficción. “Lo que más  trabajo son los personajes y el encuentro entre ellos le da forma a mis obras. Me gusta que el peso de sus textos tenga sentido, una lógica propia, tengan honestidad y no que pasen por un filtro que yo le ponga.  Nunca tengo un mensaje previo que quiero transmitir, no creo en ese tipo de materiales. Creo que de hecho lo que aparece como significado lo termina de  completar el público”.

Halac cree que  la herramienta teatral es de alguna  manera una forma de tratar de entender el sentido de todo,  algo que subyace en sus obras. “El para qué hacemos lo que hacemos siempre está ahí, una permanente contradicción y una pregunta que todo el tiempo nos hacemos. Por eso trato de poner en escena figuras que  son buscadores de sentidos, son los  que ven este mundo como un camino de conocimiento. La aventura de la vida los lleva a situaciones arriesgadas o fuertes, es una búsqueda de la verdad y al espectador eso lo atrae porque nos atrae a todos. La felicidad está allí, en conocernos o imaginar los limites de todo esto.”  Para la dramaturga el debate de ideas es fundamental  y el teatro tiene que aportar a esa búsqueda. “Cuando hago teatro pienso en eso, en que surge eso, pero de manera entretenida, que es fundamental, por eso me gusta el ritmo, con humor y con mecanismos para no aburrir. La cultura no es pesado” dice Halac que reconoce que una vez que leyó unas palabras de Raymond Chandler, se le quedaron marcadas como un dogma para su trabajo. “Toda literatura tiene entretenimiento y el que crea lo contrario no sabe nada de la vida” y eso ella intenta llevarlo al teatro. “Compartir en una sala interrogantes y reflexiones varias, es algo que tiene que dar placer. No lo puedo ver de otra manera, aunque sea temas complejos”.


J. Timerman. De Eva Halac. 17, 18 y 19 de agosto, a las 22:45, 19:00 y 20:30, respectivamente. 2 de noviembre a las 20.30. En Timbre 4, México 3554.