Netflix acaba de estrenar una nueva y atrapante miniserie germana, Mi querida niña. Se trata de una producción basada en la novela homónima y best seller de Rommy Hausmann, un verdadero thriller que cumple con todos los requisitos para cautivar a los espectadores de principio a fin.

La historia comienza con un hallazgo inquietante: una mujer es atropellada en una carretera en el medio del bosque, adonde huyó junto con una niña. La pesquisa policial que desata el accidente conduce a extraños y escalofriantes planteos. Mientras se descubre que la mujer se llama Lena, y que la pequeña es su hija, Hannah, sólo ella, mientras su madre se recupera de las graves heridas sufridas, será la clave para desandar un camino que empieza con una desaparición 13 años antes de los hechos que se narran.

La trama irá develando entonces que Lena y Hannah vivieron en cautiverio, controladas por un misterioso hombre al que la niña llama “papá”. Pero ese panorama de por sí siniestro no será tan fácil de dilucidar, y entre relatos, recuerdos, viejas y nuevas pistas, Mi querida niña irá escalando en tensión, sostenida por la gran calidad que las ficciones alemanas -de la cual Dark es el mejor ejemplo-suelen garantizar. La producción está dirigida por Isabel Kleefeld y Julian Pörksen, con los protagónicos de Kim Riedle como Lena Beck, y Nalia Schuberth como Hannah.