Christian Dupuy, padre de Lucio -el niño de 5 años violado y asesinado en un caso que tiene como únicas acusadas a su madre y a su madrastra-, publicó una carta en redes sociales en la que pide justicia por su hijo y por Fernando Báez Sosa.

«Hoy es mi cumpleaños, también hoy hace 3 años que mataron a Fernando Báez Sosa, y mi deseo hoy es que se haga justicia por él y por mi hijo Lucio Abel Dupuy. Es hora de que la justicia nos brinde respuestas. O la justicia actúa de forma eficiente o el pueblo se va a revelar, no van a silenciar a ningún inocente más ni nos volverán a callar», escribió Christian en Facebook.

En otro posteo reciente, compartió un compilado de imágenes junto a Lucio. «El tiempo que pasé con mi hijo lo disfruté al máximo, los dos lo hicimos, te di todo el amor que me dejaron darte, recopilo estos videos para que vean que así fue… Hijo, estos días se hacen difíciles, muy muy difíciles. Cada día te extraño más. Y le pido a la vida que me de la oportunidad de volver a ver esos hermosos ojos de los cuales no me dejaron despedirme».

La situación de las acusadas y la pista del «odio de género»

La fiscal del juicio por el aberrante crimen ocurrido en noviembre de 2021 en La Pampa, pidió que la madre de la víctima Magdalena Espósito Valenti y su pareja Abigail Páez sean declaradas culpables del «homicidio calificado y abuso sexual» de la víctima, delitos que prevén la prisión perpetua, mientras que el veredicto del tribunal a cargo del debate se conocerá en febrero próximo.

A su vez, la querella introdujo en su acusación el agravante de «odio de género»; en cambio, las defensas plantearon la hipótesis de un hecho «preterintencional», es decir, cuando el agresor tiene intenciones de causar un daño pero no la muerte.

Para la fiscal Verónica Ferrero, las imputadas «agredieron físicamente, en forma conjunta» a Lucio entre las 17.30 y las 19.40 del 26 de noviembre de 2021 en la casa en la que vivían en Santa Rosa, ocasionándole múltiples lesiones; y señaló que esas lesiones le provocaron la muerte luego de un período de agonía.

Según la autopsia, solicitada por la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), el niño «presentaba politraumatismos por golpes, mordeduras y quemaduras, de vieja y reciente data» y que el deceso se produjo por una «hemorragia interna», producto de las agresiones.

A su turno, el abogado de la querella particular, José Mario Aguerrido, quien representa al padre de Lucio, adhirió al pedido de la fiscalía y agregó el agravante de «odio de género» para el homicidio al sostener que esa fue «la motivación» para matar a Lucio, a partir de las agresiones sexuales sufridas por la víctima, entre otros elementos.

FOTO: Facebook de Christian Dupuy.

La desidia estatal en la muerte de Lucio

Tras la muerte de Lucio se determinó que el niño había sido asistido al menos cinco veces en un lapso de tres meses por politraumatismos en distintos centros asistenciales de La Pampa, aunque no había denuncias de profesional alguno al respecto, como así tampoco de las autoridades del jardín de infantes al que asistía.

En el mismo sentido, el padre y los abuelos de Lucio apuntan también contra el accionar de la jueza Ana Clara Pérez Ballester, quien negó la guarda al padre y abuelos del menor, siendo que estos últimos estuvieron a cargo del niño durante los primeros años de su corta vida.

«Después de tanto tiempo, en una semana la progenitora vino y me lo sacó. Me lo arrancó del seno familiar y se lo llevó a Santa Rosa», recordó Ramón, el abuelo de la víctima, y descargó: «Estoy esperando que la jueza me dé la cara. Algún día me va a tener que dar una explicación porque esto era totalmente evitable».

Abuso sexual «con un objeto»

En su alegato, la fiscal Ferrero habló de un maltrato físico continuo -aludió a lesiones de vieja data- y consideró que también quedaron acreditados los abusos sexuales en reiteradas ocasiones.

Por ello, acusó a Espósito Valenti de «abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de realización con acceso carnal vía anal con un objeto; agravado por haber sido cometido por la ascendiente; con el concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de 18 años; todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ser la ascendiente, por ensañamiento y alevosía». Para Páez, la fiscal realizó idéntica acusación, aunque en calidad de «guardadora».

A la izquierda, Páez, madrastra de Lucio. A la derecha, Espósito Valenti, madre de Lucio.

La defensa de lo indefendible: «Lucio ya me perdonó»

Por su parte, Blanco Gómez, defensora oficial de Páez, afirmó que no existió un homicidio agravado sino un homicidio preterintencional, es decir que no existió dolo (intencionalidad) y que la imputada admitió haberle pegado a Lucio, pero que no buscó el resultado muerte.

Ante el tribunal integrado por los jueces Alejandra Ongaro, Daniel Sáez Zamora y Andrés Olié, la defensora sostuvo que en el peor escenario pudo existir un homicidio simple con dolo eventual, al tiempo que pidió la absolución de Páez por el beneficio de la duda en el caso del abuso sexual.

En tanto, el defensor oficial Pablo De Biasi pidió la absolución de Espósito Valenti por ambos delitos al asegurar que «en el lugar de los hechos hubo una persona y no dos», descartando así la coautoría del homicidio.

«La única testigo fue Abigail», indicó el defensor, que también descartó cualquier responsabilidad de la madre por omisión y planteó, en forma subsidiaria, que solo podría imputársele una conducta «preterintencional».

Tras los alegatos, Páez pronunció sus «últimas palabras» en las que manifestó: «Todo lo que puedan decir de mi es horrible, por eso le pido perdón a las personas que se hayan sentido tocadas por el tema y por toda esta situación, y que lo lloran y lo extrañan como me pasa a mí y a su mamá».

«También quiero pedirles disculpas a mi familia y a mi mamá porque les fallé, porque ella no me enseñó estas cosas. No sé realmente lo que pasó, tengo muchas lagunas en la cabeza, y si no conté detalles es porque estoy muy traumada. Sé que él (por Lucio) me perdonó. Ojalá yo me pueda perdonar», agregó.

Mientras que Espósito Valenti asumió sus culpas por los incumplimientos como madre y subrayó: «Se me critica a mí, pero no al progenitor, porque padre le queda grande. A él se lo justifica cuando la responsabilidad era de los dos. Sin embargo, en todo momento se desentendió de la criatura».