Se dijo y se sigue repitiendo: los discursos de odio se están naturalizando cada vez más en los diferentes ámbitos de la sociedad. De la política y los medios ya bajó, incluso a las escuelas. En un colegio religioso de la ciudad bonaerense de Olavarría buscaron hacer una parodia de la vicepresidenta Cristina Fernández, días después de su intento de asesinato, y contra los «planeros». El hecho –que generó el repudio de padres, representantes del ámbito educativo y político– fue denunciado por “violencia simbólica” y motivó la intervención de la Dirección de Educación de Gestión Privada (DIEGEP). El Director General de Cultura y Educación bonaerense, Alberto Sileoni, aseguró que «las escuelas tienen que ser territorios libres de violencia».

El hecho ocurrió en la mañana del martes, durante la presentación de distintivos de egresados de las y los estudiantes de sexto y último año de secundaria del colegio católico Monseñor Cáneva, en el centro de Olavarría, en el marco de la llegada de la primavera. En los días previos y posteriores al 21 de septiembre es una tradición de la localidad que se realicen eventos en cada institución educativa, con actuaciones, sketchs y bailes de los futuros egresados. Pero en este caso, durante la presentación, interpretaron a CFK desde un estrado, mientras arrojaba cajas de vino y polenta. Otros portaban carteles donde se veían frases como «planeros», «+ plane, – pala» (junto al logo del FdT) y «negros de mierda».

En el acto, el personaje que aludía a la vicepresidenta «repartía» polenta a personas «desalineadas», con camisetas de la selección, que rendían adoración, mientras ella decía: «los amo, mis planeras y planeros. Que nadie de la oposición se acerque porque los parto al medio como un chorizo mariposa».

Fue un propio grupo de padres y madres quien reclamó «rechazando el discurso de odio» y la estigmatización social y política. Y apuntaron: «las autoridades educativas permitieron llevar a cabo». También solicitaron la intervención de la Dirección de Educación de Gestión Privada para que investigue y establezca si las autoridades de la institución avalaron la representación. De hecho hasta ahora no se pronunció nadie del establecimiento contra lo ocurrido. Y reclamaron que se trata de una institución con subvención estatal a la que deberían recortarle fondos públicos si apoyan o promueven este tipo de actitudes.

En tanto, más de cien representantes la comunidad educativa del Distrito de Olavarría publicaron un comunicado en el que manifiestan «preocupación y repudio» al no-accionar de los directivos de la institución: «la pasividad frente a la estigmatización sobre la figura de la vicepresidenta requiere de un pedido de disculpas institucional. La democracia se ejerce y fortalece todos los días, y que las escuelan deben ser ejemplo de ello, fomentando una construcción de tolerancia para todos y todas».

Desde el Frente de Todos Juventudes llamaron a la reflexión a «aquellas personas que generan grietas de dolor en quienes levantamos las banderas de la justicia social». Y exigieron a las autoridades de la institución «asumir la responsabilidad de los actos y tomar las medidas correspondientes. Las escuelas deben comprometerse y tomar un rol activo en contrarrestar este tipo de acciones».

A través de Twitter, Sileoni aseguró: «ante los hechos ocurridos en una escuela de Olavarría, reiteramos, insistimos, que todas las escuelas tienen la obligación de ser territorios libres de violencia, real o simbólica, de discriminación, de falta de respeto al semejante, donde no tengan lugar los discursos de odio».

«Lo sostenemos, sea quién sea el destinatario de esa violencia, se trate de una escuela de gestión pública o privada y más allá de cualquier posicionamiento político», continuó el funcionario, y concluyó: «Es necesario alentar una educación bonaerense humanista, que construya la necesidad del otro, que enseñe el valor de la verdad, que enseñe a preferir la ley y la convivencia en paz».

«Es muy grave que una institución educativa y religiosa como el Instituto Privado Monseñor César Cáneva permita los discursos de odio y actos discriminatorios en un acto escolar. Más aún en el contexto que atraviesa nuestro país luego del atentado a la Vicepresidenta», acotó el diputado bonaerense César Valicenti, oriundo de esa región del centro bonaerense. El titular del bloque de Diputados del FdT en la provincia completó: “este tipo de manifestaciones de odio construyen relaciones violentas que se ven reflejadas en el seno de nuestra sociedad y que no pueden tolerarse en un marco de convivencia democrática, menos aún en un ámbito escolar”.