La policía de la Ciudad, Romina Luján San Roque, fue condenada a tres años y ocho meses de prisión por el crimen de Santiago Dylan Santucho, el joven de 17 años que fue asesinado de dos balazos por la espalda en mayo de 2020 en el partido bonaerense de José C. Paz. Desde la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), que acompañaron a la familia de víctima, esperaban una condena más dura.

“La agente disparó cuatro veces al menos, se escapó del lugar, le mintió a los gendarmes que encontró en la estación, a los que no les dijo que era policía y había disparado, se fue a la casa y recién a la hora y pico, cuando sus jefes de la Policía de la Ciudad llegaron, fue con ellos a la comisaría local a dar su versión de los hechos”, se quejó la referente de Corregí, la abogada María del Carmen Verdú.

“La policía bonaerense llegó enseguida, de hecho oyeron los últimos dos disparos. No hay dudas que el pibe estaba desarmado”, describió Verdú, tal como se acreditó en el juicio por Jurados que se desarrolló en los Tribunales de San Martín, bajo la tutela del juez Adrián Fernando Berdichevsky y la acusación de la fiscal Liliana Tricarico, la misma que en mayo de este año apeló el fallo absolutorio de Eva Analía de Jesús, más conocida como Higui.

Foto: CORREPI Organizacion

El Jurado Popular había encontrado a San Roque culpable “por homicidio agravado con exceso en la legítima defensa, cuando no hay nada que indique que se tuvo que defender en primer lugar”, se quejó Verdú. Bajo esta tipificación, el juez dictaminó este martes que la uniformada sea condenada a los casi cuatro años de prisión y que tenga prisión domiciliaria bajo monitoreo electrónico hasta tanto la sentencia quede firme. “Basta del derecho a portación y uso del arma reglamentaria fuera de servicio”, insistió la abogada.

El caso

El 3 de mayo de 2020, a las seis y media de la mañana, la oficial San Roque, de franco y de civil, disparó al menos cuatro veces contra Santucho. Dos de los balazos impactaron en el cuerpo del chico: uno de ellos ingresó en el glúteo izquierdo y le causó la muerte.

El parte policial de la Bonaerense daba cuenta de la versión de la uniformada y en un primer momento la causa judicial fue iniciada como Santiago como “imputado” por el delito de robo agravado en grado de tentativa, y a la policía San Roque como damnificada. Pero pronto quedó claro que no había otras armas en la escena más que la reglamentaria de la agente.