Buscábamos el debate que sucedió. Si algo nos deja el Foro Nacional de Políticas de Género en Comunicación y Publicidad es la sensación de que se agitó el avispero, sobretodo en el campo de la publicidad. Publicistas, dueñes de agencias, directives de empresas y de asociaciones profesionales discutieron si a la publicidad puede pedírsele, como al periodismo, responsabilidad social, pensando por ejemplo en el comercial “Putin” -realizado por la empresa Mercado McCann para TyC Sports- que luego de ser abucheado y retirado de circulación en Argentina, fue presentado por la agencia a un concurso internacional; si la “culpa”, cuando aparecen piezas sexistas, es de las agencias o de les clientes (como les anunciantes no participaron del foro, recayeron sobre este sector varias críticas); o si las acciones afirmativas son una estrategia viable para una industria que valora  sobretodo la meritocracia.

También se debatió intensamente sobre los cuidados y cómo limitan la participación laboral y sindical de las mujeres; hay mayor número de mujeres en situación de contratación a tiempo parcial y monotributistas que los varones en las empresas periodísticas de Buenos Aires y de Córdoba (con la consecuente menor retribución económica y menor cobertura social) y creemos que esto no puede estar escindido de la responsabilidad social de cuidado adjudicada a las mujeres que hace que dispongan de menos tiempo para el trabajo y el activismo. Las agencias de publicidad, a su vez, no disponen en ningún caso de guarderías ni abonan el equivalente en dinero como indica la ley.

Se puso sobre la mesa también la segregación vertical y horizontal de ambas industrias: las mujeres no llegan a los cargos directivos, en particular a algunos; y en general ocupan, tanto en ambas industrias como en los sindicatos y asociaciones del sector, los puestos vinculados a extensiones de las tareas de cuidado: educación, relaciones públicas, administración, acción social, entre otras;  mientras que los varones se quedan con las áreas que manejan los recursos económicos, y las secciones de Economía y Política en las empresas periodísticas; y el Área de Creatividad en las agencias de publicidad.

Ambas industrias son parte de nuestras sociedades patriarcales en las cuales las desigualdades de género son enormes, tanto en las prácticas laborales y organizacionales como en sus producciones simbólicas. Valoramos entonces enormemente que todos los sectores vinculados a ambas (empresas, asociaciones y redes profesionales y ámbitos educativos) hayan tenido interés en poner estas desigualdades en discusión y aceptar pensar en políticas de género transformadoras y democratizadoras. Muchas de estas organizaciones e instituciones (casi 50 de todo el país) firmaron además un Acuerdo Compromiso de Políticas de Género en Periodismo y Publicidad que pensamos no como una estrategia de pinkwashing para las industrias, sino como una herramienta democratizadora tanto para agencias, empresas periodísticas, sindicatos, asociaciones profesionales y casas de estudio, para que quienes trabajan, militan y estudian en estos espacios pueden reclamar la implementación de políticas de género que mejoren sus vidas cotidianas. Entendemos que una buena política es aquella que colabora en que las personas vivamos mejor y más felices, y no tenemos duda que espacios laborales más inclusivos y diversos aportan a ese bienestar.