Todavía Javier Milei no asumió la presidencia pero el efecto de la promesa electoral de dolarización ya se siente en los alquileres. Esta semana le tocó a una pizzería porteña icónica del Barrio Chino, Pony Pizza, que anunció en sus redes sociales que el 22 de diciembre cerrará sus puertas debido al alto costo del alquiler, que se duplicó tasado en dólares. A pesar de que aún rige la Ley de Alquileres, en la práctica los nuevos contratos (sobre todo en los grandes centros urbanos) ya se negocian con enormes aumentos por menos plazos, y dolarizados.

Pizza Pony es un emprendimiento comercial del periodista Clemente Cancela y el diseñador Sebastián Lahera, que abrió sus puestas en agosto de 2018 en el Pasaje Echeverría al 1600, cuando el lugar no tenía el desarrollo gastronómico de la actualidad. Incluso, puede decirse que la activación comercial de la zona fue lograda –en parte- gracias al éxito de este despacho de pizzas de autor.

La despedida en las redes

“La cosa es así: el viernes 22 va a ser el último día de Pony Pizza en la ventanita del Pasaje Echeverría. Es muy raro escribir esto, pero es la verdad. Después de cinco años, nos vamos de nuestra casa y nos llevamos mil historias y anécdotas hermosas”, dice el comunicado que los dueños de la pizzería colgaron en las redes sociales. Allí destacan que cuando el negoció inauguró se trataba de una “callecita semidesierta, oscura y olvidada, hasta hoy, convertida en un polo gastrónomico enorme y en desarrollo, hicimos todo lo posible por ofrecer un producto de calidad, con identidad propia y buen precio”.

El pesar por el anuncio circuló, también, por las redes. En twitter, el usuario @nahuigram se lamentó: “Hoy tienen que cerrar porque el dueño del local les duplica el precio y les cobra en dólares. No hay remate”. Debajo de su comentario, se multiplicaron los comentarios. La usuaria @laurapattmol publicó: “¡Yo vivía a una cuadra y siempre veía lo lleno que estaba cuando llegaba de clases! Que pena que cierren, fui dos tres veces y deliciosa y muy lindo servicio”.

La nostalgia por el cierre de este negocio, que se avisora como el primero de muchos otros, se trasluce en el texto que la pizzería compartió. “Cuando levantamos la ventanita un sábado a la tarde de invierno se llenó de amigos, casi como anticipando una constante de lo que iba a ser nuestra existencia: Pony fue un lugar de reunión amistosa y amorosa al que siempre se podía volver porque la calidad y el buen clima estaban asegurados”, publicaron.

Al doble y en dólares

Los motivos del cierre fueron claramente expresados en el texto compartido. “Hoy el contexto nos obligó a tomar una decisión rarísima: una pizzería que funciona, respetada por amigos y colegas, tiene que dejar su local histórico -al que reciclamos cuando estaba en abandono absoluto- y que encontrará nuevos inquilinos en quienes estén dispuestos a pagar una cifra en dólares del doble que sus vecinos de vereda”, manifestaron.

De esta manera, el emprendimiento comercial invitó a la comunidad y clientela habitual de Pony Pizza a acercarse al local antes de su cierre, para degustar las que podrían ser las últimas de sus pizzas en este tiempo.

Las inmobiliarias ya arman contratos en dólares

Desde el triunfo de Milei en las urnas, la agrupación Inquilinos Agrupados viene denunciando que las inmobiliarias ya han avanzado en la tasación e indexación en dólares de los alquileres. No solo en claro incumplimiento de la ley vigente sino, expresamente, en violación a la normativa, lo que se vio agravado por los anuncios de presidente electo, respecto a sus intenciones de derogar la ley de alquileres.

Según el mandatario, se trata de un “contrato entre partes” que no debería tener marco regulario. “Lo único que ha hecho la Ley de Alquileres es generar daño”, dijo, a la par que se manifestó a favor de que los contratos tengan “libertad monetaria”. Eso eliminaría cualquier tipo de regulación estatal y regresar a los contratos regidos por el Código Civil y Comercial.

Los dichos presidenciales tuvieron un fuerte impacto en el mercado inmobiliario, donde en algunas provincias paralizó sus operaciones a la espera de las definiciones concretas y en otras, profundizó las asimetrías al momento de negociar un posible alquiler, en perjuicio a inquilinas e inquilinos.