La fiscal Verónica Zamboni pidió la prisión preventiva de ocho de los diez rugbiers detenidos por el homicidio agravado de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero último en las inmediaciones del boliche Le Brique en Villa Gesell. Alejo Milanesi y Juan Pablo Guarino recuperaron la libertad, pero seguirán vinculados a la causa.

La titular de la UFI 6 descentralizada de Dolores, con asiento en Villa Gesell, solicitó que se “convierta en prisión preventiva la detención que vienen sufriendo los imputados Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Ciro Pertossi, Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz”.

En el requerimiento de la preventiva, la fiscal estableció que el pasado 18 de enero, entre las 4:41 de la madrugada y las 5:00, en la intersección de Avenida 3 entre el Paseo 102 y la Avenida Buenos Aires, Thomsen y Pertossi, “habían acordado previamente darle muerte a la víctima Fernando Báez Sosa, se abalanzaron sobre éste, para así agredirlo físicamente primero por detrás, todo ello en forma premeditada y con el fin de darle muerte, en circunstancias en que éste se hallaba parado junto con unos amigos en la vereda situada frente al local bailable Le Brique”.

Tanto Thomsen como Ciro Pertossi fueron considerados coautores de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas. El resto de los imputados están acusados de ser partícipes necesarios.

Entre otros puntos, la fiscal puso especial atención al momento en el que la infantería identifica a parte de la patota en la vía pública tras haberle propinado la paliza a Fernando. En ese punto, destaca que los rugbiers pretendieron ocultar las manchas de sangre que tenían en sus manos. Tal como se desprende del registro de cámaras de seguridad de un negocio, Ciro Petossi, es observado “chuparse los dedos -presuntamente con sangre para no ser descubierto e identificado por el personal policial como agresor; no detectando en ése momento el personal de Infantería que efectivamente se trataba de los presuntos autores del homicidio”.

Mientras tanto, algunos de los restantes sospechosos intentaban esconder lesiones de sus manos metiéndoselas en el bolsillo. Además, la fiscal describió que los agresores grabaron en varios tramos la golpiza: cómo se acercaban para golpearlos, cuando empezaron a pegarle de sorpresa y el momento en que abandonaron el lugar.

Durante el ataque, los amigos de Fernando declararon que escucharon cómo le gritaban: “Dale cagón, levántate” o insultos tales como “negro de mierda”. En ese instante, breve, pero letal, le propinaron una lluvia de patadas y golpes de puño. Las patadas fueron descritas por los testigos como puntinazos sobre la cabeza de la víctima mientras los atacantes la sostenían con alguna de sus manos.

Otro de los amigos de Fernando que también fue agredido y que producto de esos golpes no pudo intervenir en la paliza que recibía la víctima, recordó que el ataque recién frenó cuando los gritos de las personas que estaban alrededor advirtieron que estaban por matarlo: “Una mujer cruza desesperada diciendo que dejen de pegarle porque lo iban a matar, ahí los agresores se empiezan a asustar porque la gente les empieza a gritar y se alejan”, según precisó.

No conformes, los rugbiers abandonaron la escena con Ciro Petossi a la cabeza quien arengaba: “Dale, cagones vengan”. “El resto del grupo estaba atrás de él, si bien no decían nada, su mensaje corporal era que estaban dispuestos a pelearse. Estaban con los puños cerrados, el pecho inflado, y un movimiento ascendente y descendente de sus brazos como convocando a que alguien los busque”, fue otro de los testimonios que describió la escena.

Segundos antes, Fernando había entrado en shock neurogénico debido a traumatismo grave de cráneo, por las lesiones internas y externas que padeció y sufrió un paro cardíaco.

Así las cosas, el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, aseguró esta mañana que Milanesi y Guarini “permanecerán sometidos a proceso”. Por su parte, el juez de Garantías de Villa Gesell​, David Mancinell, ya convalidó el pedido de la fiscal elaborado en una requisitoria de más de 250 páginas.