La devaluación de la derecha clásica, la crisis de representatividad de los partidos tradicionales y el famoso algoritmo, representación del impacto de las redes sociales en los estados de ánimo y la construcción de sentido, son algunos de los factores que explican el auge de la ultraderecha en Chile, victoriosa por 28 puntos en la primera vuelta electoral del domingo pasado con el candidato pinochetista José Antonio Kast. El fenómeno, que no es ajeno al de otras partes del mundo, también se explica por oposición al estado de movilización iniciado tras los estallidos populares de octubre de 2019, lo que se conoce en Chile como “octubrismo”. El profesor de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso e investigador del Celag, Pedro Santander, explicó a Tiempo que Kast comienza a emerger como referente desde su candidatura como independiente, tras su salida de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI). “Desde ahí, él se posiciona cada vez más, y con el avance de la izquierda y el progresismo y la rebelión de octubre, esa derecha se vuelve más fuerte”, comentó. Por otro lado, Santander considera que esa corriente octubrista “se ha ido agotando, por un lado, por causa de muchísimos mecanismos tanto de represión, de desprestigio y también de errores de la propia gente que lo encarna. A medida que se fue debilitando, fue creciendo la derecha radical. Y creo que hemos pasado de un período cuasi insurreccional a un período reaccionario”.

Kast tiene el doble mérito, si pudiera llamarse así, de representar a la derecha más histórica, la que sigue abrevando en el pinochetismo como matriz cultural e ideológica, y además haber sido el captador de estos nuevos movimientos antisistema, negacionistas y pretendidamente antiestablishment y antiélite que han logrado entusiasmar a los desencantados con la clase dirigente. También, logró que el resto de los sectores de derecha, incluso los que levantaban las banderas del liberalismo, se hayan alineado detrás del candidato que le sacó más de dos puntos a su contendiente de izquierda, Gabriel Boric, para competir en el balotaje del próximo 19 de diciembre. “Hoy no hay partido de derecha que no esté con Kast”, señaló Santander.

Más allá de las particularidades, el analista cree que el fenómeno es similar a otros en el mundo. “Lo emparentaría –dice Santander– con la ultra argentina, la brasileña, también la española. Creo que hay tres características que los une: un discurso antiglobalización, Kast y sus partidarios han incluso hablado de salirse de la ONU; en segundo lugar tratan de mostrarse como contraculturales antiestablishment, antiélite, aun siéndolo; y en tercer lugar, hacen un manejo de las herramientas digitales y de las redes muy bueno, muy eficiente. Además de que hay una suerte de sesgo algorítimico que los beneficia”, explicó quien fue parte de un estudio de su universidad que relevó los mensajes de odio dirigidos contra el proceso de la Constituyente y detectó que el exministro de Planificación bajo la dictadura de Augusto Pinochet, Sergio Melnick, lidera los ataques en redes sociales contra el proceso de reforma constitucional. Un artículo basado en ese estudio asegura que Melnick «lidera los hashtags contra la Convención». Uno de ellos fue #LonconRenuncia, creado el 4 de noviembre, cuando la presidenta del órgano constituyente, Elisa Loncon, llamó a no extender el estado de excepción a las provincias de La Araucanía.

En su camino a lograr la presidencia, algo que al día de hoy es tan posible como incierto, Kast trata de moderar su discurso después del domingo, de mostrarse democrático y definirse por oposición a sus adversarios, como un moderado pacifista que busca la integración. En sus redes viene denunciando acciones “violentas” y “totalitarias” de “los seguidores del candidato Boric”, exponiendo supuestas reyertas en los barrios o agresiones verbales o físicas leves contra sus representantes. Apela incluso a términos como “atrevidos” para calificar a sus votantes, como si su triunfo se debiera a un acto de arrojo de valientes ciudadanos dispuestos a romper barreras y “atreverse” a un cambio positivo. Algo similar a la “rebelión de los mansos” de la que hablaban en la Argentina los seguidores de Mauricio Macri. El pasado jueves, una marcha multitudinaria de mujeres en Santiago salió a recordar sus verdaderos fundamentos ideológicos, durante el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, rechazando el «fascismo». En su plataforma, Kast propone eliminar el Ministerio de la Mujer y es contrario al aborto y el matrimonio igualitario. Estimula, además, mayores beneficios especiales para las mujeres que estén casadas.