Ellos condenaron a miles sin juicio precio a prisión ilegítima, clandestina y feroz. Ellos torturaron, violaron y cometieron las mayores atrocidades. Ellos secuestraron y mataron a miles, como sucedió con el entrañable Víctor Jara. Ellos hicieron callar su música, su arte, su palabra. Pero uno de ellos, Hernán Chacón, quien el lunes pasado había sido condenado por el homicidio del cantautor chileno se suicidó antes de ser trasladado al recinto penitenciario. Siquiera tuvo la dignidad de honrar a la justicia de su país, ya no a Jara o a la miles y miles de víctimas de la dictadura de la que Chacón fue parte.

Fueron siete los militares retirados condenados por ese asesinato, ocurrido pocas horas después del Golpe de Estado de 1973. Chacon tenía 87 años y llegó al grado de Brigadier del Ejército. Fue encontrado sin vida por la policía en su domicilio en Santiago cuando llegaron a detenerlo. Había sido condenado por la Corte Suprema a 25 años de presidio en su calidad de autor de dos delitos: homicidio y secuestro calificado. En ese mismo fallo se impuso 15 años de condena por los homicidios de Jara y del exdirector de Prisiones, Littré Quiroga Carvajal, y 10 años por los secuestros de ambos a los oficiales retirados del Ejército, Raúl Jofré, Edwin Dimter, Nelson Haase, Ernesto Bethke y Juan Jara; y ocho años como encubridor a Rolando Melo.
La noticia de las sentencias se dio a conocer en coincidencia con un acto realizado la Universidad de Santiago (Ex Universidad Técnica del Estado, donde Jara fue detenido el 11 de septiembre. Allí estuvo el presidente Gabriel Boric.

Durante la dictadura de Pinochet más de 28.000 personas fueron torturadas, 3.227 fueron asesinadas y unas 200.000 fueron obligadas al exilio. El próximo 11 de setiembre se cumplirán 50 años del golpe. «