Son miles. Mujeres, niños, mineros, fabriles, campesinos, jóvenes, cholas, comerciantes, estudiantes, jubilados, docentes y vecinos. Llegan marchando a Senkata, donde ayer el ejército masacró a los manifestantes que se oponían al golpe de Estado y mantenían cerrados los accesos a la planta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) que alimenta con combustible a La Paz. Caminan parsimoniosamente, pero enojados, también tristes, desde todos los distritos de la ciudad erecta a más de 3000 metros de altura sobre el nivel del mar. También desde el campo. Muchos recorrieron decenas de kilómetros desde el norte de Potosí, las Yungas, Cochabamba, pasando de dos en dos, de tres en tres los retenes policiales que les impiden llegar a El Alto.


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(Foto: Tiempo Argentino)


¿Qué piden? Justicia. ¿Qué afirman? Que El Alto no está solo frente a los golpistas. ¿Qué gritan? Que el fusil y la metralla no van a callarlos. ¿Qué recuerdan? Que El Alto está de pie, nunca de rodillas. ¿Qué saben? Que la presidenta  autoproclamada Áñez, su gobierno de facto y los militares son asesinos. ¿Qué prometen? Resistir e intensificar el plan de lucha popular. ¿Qué temen? “La falta de unión, las divisiones. Qué podemos hacer ahora, necesitamos que todas las juntas vecinales se sumen, también los sindicatos, los cocaleros del Chapare, que todos vengan”, cuenta una señora de pollera mientras marcha.  


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(Foto: Tiempo Argentino)


Cercos, medios y cabildos

Los alteños llevan adelante el cerco a La Paz como estrategia de resistencia popular. Otro cerco, el mediático, también se hace fuerte. Los grandes medios nacionales han instaurado un silencio de cementerio sobre las masacres y las movilizaciones que coparon la urbe combativa en esta jornada de miércoles. No hay dudas, la resistencia no será televisada.

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(Foto: Tiempo Argentino)



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(Foto: Tiempo Argentino)


Los medios repiten como mantras el libreto que dictan los ministros de la usurpadora Áñez desde el Palacio Quemado. Los manifestantes son “hordas, que están recibiendo dinero, alcohol y coca para causar temor.” Terroristas. Así los llamó anoche el ministro de Defensa Luis Fernando López, hombre puesto a dedo en el Gabinete por el dirigente cruceño ultrarreligioso Luis Fernando “Macho” Camacho. López también afirmó que “de las armas de las Fuerzas Armadas no salió ni un solo proyectil” durante la represión de ayer en Senkata. Los diarios y canales de televisión reproducen el mensaje al infinito.   

Las radios alteñas San Gabriel y Atipiri, la señal Telesur y algunos corresponsales extranjeros son los únicos que han dado cuenta de la multitudinaria marcha de hoy. “Todos los medios nacionales dicen que somos masistas, pero no todos hemos apoyado a Evo. Nosotros somos alteños, y salimos a las calles porque nos han masacrado”, explica otra señora.

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(Foto: Tiempo Argentino)


Del Cabildo popular sale la propuesta. Mañana jueves miles bajarán hasta la sede de gobierno, para intentar llegar a la Plaza Murillo, el centro político del país. Hay caras cansadas, tristeza y también temor por la posible represión. Pero se escucha un solo grito: “Qué queremos, hermanos. ¡¡¡Justicia!!!”