La decisión unánime de la Asamblea Nacional de Ecuador de habilitar el pasado viernes el juicio al vicepresidente Jorge Glas, siguió con la renuncia de tres funcionarios clave del gobierno de Lenín Moreno, lo que abre un nuevo capítulo en la interna de Alianza País, generada desde la asunción de quien se promocionaba como un continuador de las políticas de la Revolución Ciudadana y hoy se muestra enfrentado discursivamente con su antecesor, Rafael Correa.

Glas fue acusado por la Fiscalía General del Estado de ser uno más de los numerosos funcionarios regionales beneficiados por los sobornos de la megaconstructora brasileña Odebrecht y el pasado 3 de agosto el presidente le retiró todas sus funciones oficiales, mediante el decreto Nº 100 tras conocerse unos audios en los que se nombra al vicepresidente Jorge Glas dentro del caso de corrupción.

La sesión de este viernes, que no fue un juicio político sino que autorizó a la Corte Nacional de Justicia (CNJ) el proceso penal contra Glas, fue sin embargo un acto de apoyo hacia el vice de parte del bloque parlamentario oficialista, que cuenta con una mayoría de 74 bancas. El presidente de la Asamblea, José Serrano, fue el único orador de una reunión que se planteó sin posibilidad de debatir, para evitar el “show político”, lo que motivó el reproche de los sectores de la oposición y el intento infructuoso de instalar un debate sobre el funcionario y su supuesta participación en una asociación ilícita. “Confiamos en la inocencia del compañero vicepresidente”, dijo Serrano tras proponer la moción de la jornada que finalmente fue aprobada por los 128 asistentes, de un total de 137.

Fue el propio Glas quien pidió a los legisladores del partido gobernante que aprobaran el pase a la Justicia para defender su “inocencia”. En una entrevista radial afirmó: «Aquí no hay cálculo político alguno, yo pedí a mi movimiento que lo apruebe». Además insistió en que “no hay prueba alguna” que lo vincule al caso Odebrecht. “Yo nunca he evitado la rendición de cuentas a las instituciones de control”, dijo quien durante la última gestión de Correa estuvo a cargo de la construcción de importantes represas hidroeléctricas y otras obras de infraestructura. También ratificó que, a pesar de no tener funciones, no renunciará a su cargo y deslizó que es víctima de un ataque de los poderes hegemónicos, como ocurrió con “Dilma Rousseff en Brasil”. En un video publicado en la cuenta de Twitter @VamosGlas el vicepresidente incluso insinuó la necesidad de que su país vaya a una Asamblea Constituyente como en Venezuela, ya que la Constitución reformada por Correa en 2008 lo admite.

El martes se realizará la convocatoria a la audiencia de formulación de cargos y el viernes finalizará la etapa de instrucción fiscal. “Le exigimos como ente fiscalizador, al fiscal, a los jueces que habiliten todas las medidas necesarias para que este proceso no se dilate y se esclarezca a la brevedad posible”, dijo el presidente de la Asamblea tras la sesión.

Horas después del trámite legislativo, el presidente Moreno tuvo que afrontar la renuncia de tres funcionarios clave. Se trata del consejero presidencial de Hábitat, Virgilio Hernández; el consejero presidencial, Ricardo Patiño y la secretaria Nacional de Gestión de la Política, Paola Pabón, quienes abandonaron el gabinete. “Al tener puntos de vista un tanto diferentes (sobre la situación de Glas) creo que es adecuado retirarnos”, dijo Hernández en la conferencia de prensa que dieron los ahora ex funcionarios. “Lamentablemente, durante estos tres primeros meses de Gobierno no han sido con justicia destacados los resultados de esa Revolución Ciudadana que nosotros hemos ayudado a construir, con Lenín Moreno y Jorge Glas también, pero con el liderazgo de Rafael Correa en la cabeza”, señaló Patiño.

Las renuncias fueron celebradas por Glas, por la ex presidenta de la Asamblea y actual diputada, Gabriela Rivadeneira, y por el propio Correa, quien se encuentra en Bélgica en un plan de retiro que se vio interrumpido por la coyuntura. “¡Qué ejemplo el de nuestros compañeros Ricardo, Paola y Virgilio! ¡Esa es nuestra Revolución Ciudadana, donde nadie se vende por un mendrugo! El cinismo, la traición y mediocridad, encontrarán en los verdaderos revolucionarios torrentes de ética y dignidad”, escribió en sus redes sociales.

La disputa entre Correa y Moreno, quien fuera su vicepresidente en el primer período (2007-2013) comenzaron luego del recambio de gobierno, en mayo pasado. Algunas medidas de Moreno fueron consideradas por el propio ex presidente como un “desaire” a su gestión. Entre ellas, la revisión de la ley de medios, un llamado al diálogo que abarca a personajes indeseables a los ojos del correísmo, y la creación de una comisión que investigue supuestos actos de corrupción, que habrían tenido lugar durante la gestión del economista. “Con la ayuda de la prensa construyen la idea de que hubo corrupción y hablan de la herencia recibida”, dijo Correa comparando su situación con lo que ocurre en Argentina. En un reciente video publicado en su perfil de Facebook, el ex mandatario afirma que su intención era descansar, pero la situación lo obliga “a generar este enlace”.

“Pensé que dejaba la patria en puerto seguro, ahora me doy cuenta lo ingenuo que fui”, aseguró en referencia a Moreno.