Lejos de intentar cumplir su promesa de llamar cuanto antes a elecciones, el gobierno de facto de Bolivia encontró en la pandemia del coronavirus la excusa perfecta para continuar extendiendo su mandato sin ir a las urnas. La autoproclamada presidenta Jeanine  Añez extendió la cuarentena hasta el 10 de mayo, por lo que las elecciones se hubieran nuevamente aplazado hasta septiembre, al menos. Sin embargo, el jueves a la noche, el Senado boliviano aprobó el proyecto de ley –votado el día anterior en Diputados– para que se celebren las próximas elecciones generales en un plazo no superior a 90 días.

Añez, cuyo mandato, aseguraba, finalizaría el 22 de enero, no sólo se negó a firmar la decisión legislativa sino que la calificó de “atentado gravísimo a la salud y contra la vida”. Bolivia tenía que ir a las urnas este domingo 3 de mayo, pero el Tribunal electoral, elegido tras el golpe, decidió aplazar la jornada electoral por la emergencia sanitaria. El Tribunal Supremo Electoral presentó al Congreso un proyecto en el que proponía que se votara entre el 28 de junio y el 27 de septiembre.

Los legisladores del MAS, el partido de Evo Morales, que son mayoría en ambas cámaras, no aceptaron esas fechas y modificaron el texto para que los comicios sean antes del 2 de agosto, es decir, dentro de los 90 días mencionados.

«Hay que hacer elecciones cuando no sean un riesgo de salud. La salud es lo primero», tuiteó Añez, que hace unos días propuso ayuno y oración para combatir el coronavirus. Sin embargo, respecto de la emergencia sanitaria, los legisladores consideran que es peor la continuidad del gobierno ilegítimo, por su impericia, que llamar a nuevas elecciones para que un nuevo gobierno pueda hacerse cargo de encaminar el tema.

En la misma línea, la cabeza del Ejecutivo boliviano también publicó una carta denunciando la convocatoria a elecciones como «un atentado gravísimo contra la salud y contra la vida de los bolivianos». Y, por supuesto, culpó a Luis Arce, candidato a presidente del MAS, y a Evo Morales, quien por su parte respondió concisamente: “No le interesa la salud, le interesa asaltar al Estado”.

El expresidente Evo Morales, asilado en la Argentina, expuso su posición favorable al voto del Congreso mediante un posteo en su cuenta de Twitter: «El Legislativo ha cumplido con #Bolivia y ha promulgado la ley para ir a elecciones, luego de analizar las observaciones del gobierno de facto. Por la vía legal, con unidad y sensibilidad se puede responder a las demandas del pueblo. Felicitaciones a las y los Asambleístas»

La presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, fue la encargada de promulgar, potestad que posee su cargo, la Ley de Ampliación de Elecciones que establece el nuevo plazo. Y no se dio lugar a las observaciones del Ejecutivo golpista. Bolivia tiene que elegir presidente, vicepresidente, diputados y senadores después de que se anularan las elecciones de octubre, en las que Evo Morales había triunfado por un margen de diez puntos, lo que lo hacía vencedor en primera vuelta. Luego, vinieron el acuartelamiento policial, el dictamen interesado de la OEA y finalmente la «sugerencia militar». Con la última votación se espera que Bolivia vuelva al cauce democrático de una vez por todas.