El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se metió otra vez en la disputa y, en una conversación telefónica con su par ruso Vladimir Putin, ofreció su mediación en la controversia por la planta nuclear de Zaporiyia. Voceros de Turquía, no desmentidos por el Kremlin, informaron que la charla entre los dos líderes euroasiáticos giró también sobre el comercio de cereales, facilitado luego de un acuerdo entre Moscú y Kiev alcanzado en Estambul en julio para el transporte por el Mar Negro de la mercancía. Este nuevo acercamiento se da en el marco de la llegada de la comisión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) comandada por el argentino Rafael Grossi a la central atómica, bajo control de tropas rusas desde marzo pero asediada por fuerzas ucranianas, con el riesgo que esto implica para la seguridad.

«Estamos preocupados. No queremos otro Chernóbil», dejó trascender Erdogan, que como líder de un país miembro de la Otan pero de buen diálogo con Putin es, en la práctica, el único canal de diálogo entre el gobierno de Putin y los países occidentales cuando se están por cumplir los 200 días de combates en esa región del globo.

A su llegada a Zaporiyia, Grossi declaró que la instalación de la planta había resultado dañada, sin dar mayores precisiones. «Estamos estableciendo una presencia permanente sobre el terreno, esta vez con dos inspectores que continuarán su trabajo», dijo Grossi a su regreso a Viena, la sede de la OIEA. La integridad física de la planta «fue violada no una vez, sino varias veces», agregó Grossi, para indicar luego que se registraron rastros de bombardeos en el área de la central. «Carecemos de elementos de evaluación», pero «esto no puede volver a suceder», alertó.

De hecho, Kiev reconoció este viernes que había bombardeado posiciones militares rusas en Energodar, la ciudad más próxima a Zaporiyia, fundada en 1970, en tiempos de la Unión Soviética, para residencia de los trabajadores de la central, la más grande aún de Europa. «Nuestras tropas han realizado ataques precisos en las ciudades de Jersón y Energodar, destruyendo tres sistemas de artillería enemigos, así como un arsenal de municiones», informó el ejército ucraniano en un comunicado.

Fuentes de la región de Donetsk afirmaron que los ucranianos habían comenzado el ataque ni bien llegó la delegación de la OEIA y que el objetivo habría sido aprovechar la distracción entre las tropas de vigilancia para tomar posiciones al otro lado del río Dnieper, cosa que no lograron.

Las fuerzas de Kiev vienen manteniendo una contraofensiva sobre las rusas desde hace dos semanas sobre Jerson y aseguran haber tomado varias localidades que habían quedado bajo control de las milicias del Donbass.

Foto: Genya Savilov / AFP

Por otro lado, las autoridades rusas informaron que a raíz de los daños sufridos en una línea eléctrica atribuidos a ataques ucranianos, había sido suspendido el suministro de energía eléctrica de Zaporiyia a territorios controlados por Kiev. Al cierre de esta edición no se había informado cuándo volvería el servicio.

Al mismo tiempo, la empresa estatal rusa Gazprom anunció el cierre del gasoducto Nord Stream I, que transporta el combustible a Alemania, por una fuga de aceite en una turbina. El cierre es visto en los medios y el gobierno alemán como una amenaza que preocupa de cara a la llegada del invierno, cuando podrían hacerse más frecuentes este tipo de cortes que impactarían en una sociedad que padecerá las consecuencias de las sanciones contra Rusia por el ataque en Ucrania. La fabricante de la turbina, la alemana Siemens Energy, por las dudas abrió el paraguas y aseguró que «este tipo de fugas no suelen afectar el funcionamiento de una turbina y pueden sellarse in situ».

En Rusia, mientras tanto, otra firma del negocio energético, la petrolera Lukoil, informaba que el presidente de la compañía, una de las más grandes del país, se había tirado por la ventana del Hospital Central de Moscú, donde se hallaba internado a raíz de un paro cardíaco. Ravil Maganov, de 67 años y un alto cargo en la firma desde 1993, habría venido padeciendo de una gran depresión y decidió quitarse la vida, según la información que publicaron las agencias de noticias Tass e Interfax.

En ese mismo centro asistencial murió el martes pasado el último mandatario de la Unión Soviética y el que selló su disolución, Mijaíl Gorbachov, a los 91 años. Las agencias occidentales dijeron que a las exequias no asistiría Putin, sin embargo el presidente ruso despidió a los restos de Gorbachov en el hospital donde falleció antes de emprender una visita a Kaliningrado, el enclave ruso en el Báltico.

El funeral del exjefe de estado convocó a una multitud en la Casa de los Sindicatos, de Moscú, tradicional lugar ceremonial para los líderes soviéticos. Entre los que asistieron estuvo el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, acompañado por una delegación de su país. Orbán también es un miembro de la Otan con cercanía a Putin que resulta incómodo para sus vecinos.  «

China anuncia «contramedidas» por el paquete de armas de EE UU a Taiwán

El gobierno chino advirtió que pondrá en marcha «contramedidas» ante el anuncio de Washington de un acuerdo para la venta armas por 1100 millones de dólares a Taiwán. China tomará «las legítimas y necesarias contramedidas a la luz del desarrollo de la situación», dijo el portavoz de la embajada china en Washington, Liu Pengyu.

El nuevo paquete de «ayuda militar» todavía debe ser aprobado por el Congreso y contempla el envío un fondo de 665 millones de dólares para la compra de un sistema de radar de alerta temprana «para ayudar a Taiwán a rastrear los misiles que se aproximan», indica un comunicado del Departamento de Estado. A este bagaje se le agregan 85,6 millones para proveer de un centenar de misiles Sidewinder.

El portavoz de la presidencia de Taiwán, Chang Tun-han, agradeció el «continuo apoyo de Estados Unidos a la defensa y seguridad» de la isla.

Las tensiones entre Washington y Beijing se intensificaron desde la visita de Nancy Pelosi, titular de la Cámara Baja, que desencadenó fuertes quejas de las autoridades continentales, que replicaron maniobras militares sin precedentes en torno a Taiwán.

A la visita de Pelosi a principios de agosto le siguió la de una delegación de congresistas estadounidenses con el senador Ed Markey a la cabeza y el gobernador del estado de Indiana, Eric Holcomb.

El vocero de la embajada en Washington dijo a la agencia rusa Sputnik que Estados Unidos debe adherir al principio de «Una sola China» para no dañar aún más los lazos bilaterales, ante situaciones que el gobierno de Xi Jinping percibe como provocaciones.