Para el candidato presidencial del MAS-IPSP, Luis Arce Catacora, la unidad fue clave en la consolidación del partido de Evo Morales como favorito para las elecciones que acaba de aprobar el parlamento boliviano para el próximo 6 de septiembre. Arce supera los 30 puntos y se acerca a los 40, según las encuestas, aventajando por lo menos por unos 15 a su rival más cercano. Para el ex ministro de Evo y artífice del “milagro económico”, ese aspecto junto a los “fracasos” del gobierno de facto en el abordaje del coronavirus y varios hechos de corrupción denunciados alejan a Jeanine Áñez y a otros candidatos de derecha de las preferencias electorales.

En una entrevista exclusiva con Tiempo, Arce señaló que tras el acuerdo de partidos -excepto por el de Luis Fernando Camacho- que permitió establecer la fecha, espera la promulgación de la ley por parte del Ejecutivo, aunque tiene sus reservas. “Hemos visto dubitaciones en el gobierno porque dicen que van a respetar la fecha pero después salen con la noticia de que van a preguntar a los médicos si es correcto. Por eso pensamos que quieren perpetuarse”, dijo. “No les está yendo muy bien como gobierno, hay muchas denuncias de actos de corrupción, procesos, mucho nepotismo, prácticamente toda la familia de la señora Áñez está trabajando en el Estado. Hay también un clima de mal uso de bienes del Estado, abuso de ministros muy prepotentes, cierran ministerios de cultura y deportes y por otro lado abren una unidad de inteligencia para seguridad de personas del gobierno. Adicionalmente está el tema del coronavirus, donde hay un fracaso total, no solamente porque no han llegado los respiradores, no hay pruebas ni reactivos, no hay suficientes unidades de terapia intensiva. En este período de 70 días de cuarentena el gobierno no ha hecho nada para dotar, ampliar camas, comprar elementos de seguridad”.

-¿No se suponía que recibía un préstamo del FMI para cubrir esa necesidad?

-Bueno, ese es gran interrogante. Porque han anunciado millonarios créditos so pretexto del coronavirus, del BID, del Banco Mundial, del propio Fondo Monetario, están recibiendo donaciones de empresas, de países, y eso no se siente en los hospitales, en la lucha contra el virus. Entonces hay, por supuesto, muchas versiones, desde que no se están usando adecuadamente esos recursos hasta… se imaginará lo que piensa la gente. Queda claro que es un desastre. Hay explosión en varios departamentos porque la cuarentena, que era una forma en realidad política de mantener guardados a los de la oposición, ya no ha sido efectiva porque en la gente sobre todo la más pobre que vive el día a día y estaba conminada a no trabajar, surgió un movimiento de flexibilización porque no les dieron oportunamente y en los montos adecuados, la ayuda financiera. Con ese panorama ellos saben que si van a elecciones la gente se va a acordar de esto y por eso han tratado de alargar y de que no haya elecciones.

-¿Qué cambió para ustedes en el escenario político después de la suspensión de la primera fecha del 3 de mayo a hoy?

-Creo que luego del golpe de Estado, de que el compañero Evo abandona el país, de que aquí empieza a haber movimientos sociales que son aplacados con muertes, persecución política y todo ello, hemos encontrado, cuando regresé de México a Bolivia, un país absolutamente atemorizado, donde el MAS estaba dividido, resquebrajado y por lo tanto no era una opción política. Cuando se elige la candidatura del binomio en la ciudad de Buenos Aires y llego al país para trabajar con David Choquehuanca, las cosas poco a poco empiezan a cambiar. No se olvide que cuando yo llegué a Bolivia ni siquiera había hecho migración y ya estaba la policía esperándome con una orden para obligarme a declarar sobre un caso que han inventado. El acoso político era realmente muy grande. Pero también había una masiva concentración de gente que nos esperaba en el aeropuerto donde ya las esperanzas estaban cifradas en un cambio y en el binomio del MAS-IPSP. Ahí empieza un punto de inflexión importante. El otro fue al otro día, cuando fui a la fiscalía, otra vez concurrencia masiva porque se temía que yo fuera aprehendido, porque el gobierno de facto manejaba la fiscalía, el órgano judicial, todo. Observamos una serie de deficiencias y entonces la fiscal de ese momento empieza a cambiar de actitud ante la presión popular. Teníamos razón jurídicamente. Salimos libres: ha sido otro elemento donde el pueblo boliviano demostró una vez más que éramos la esperanza. Empezamos a hacer la campaña con masivas concentraciones, estoy hablando antes del coronavirus, el MAS recupera el poder que tenía en las calles, esa vanguardia en la lucha por los intereses populares. Lamentablemente mientras vamos avanzando viene el coronavirus y aparecen las restricciones y la política entonces se va a las redes sociales. Y ahí empieza a haber un fenómeno muy interesante. También se envalentonan las redes y se empiezan a desnudar estos actos de corrupción, de prepotencia, de nepotismo, que hasta ese momento no eran visibles porque los grandes medios tienen un silencio bastante cómplice.

-Al principio se vio un debate intenso al interior de su espacio político, con posiciones encontradas. Hoy ya no se percibe, ¿es porque ya hay un acuerdo consolidado?

-Justamente, este tema de la unidad, se ha discutido más bien profundamente a mi llegada con las organizaciones sociales, con la propia asamblea legislativa plurinacional y con todas las bases que se ha podido Hoy no existe un masista que no esté conciente de que la unidad es la base para ganar las elecciones y para retomar el gobierno. Entonces, esa discusión se ha dado, por supuesto que se tenía que dar, y lo que ha ocurrido es que luego de la discusión el MAS ha salido fortalecido. Hoy más que nunca hemos recuperado a varios de nuestros militantes que por alguna razón estaban alejados. Hay mucha gente que quiere unirse al MAS para participar en las elecciones. En fin, yo creo la discusión interna profunda ha sido gravitante para que todos entendamos lo que estamos haciendo, la situación en la que nos encontramos y cuáles son las alternativas que tenemos como partido político de sobrevivir, de reinventarnos, de otra vez conquistar el voto popular. La unidad es más bien la base de lo que estamos viendo en las estadísticas.

-¿Cómo imagina la campaña en esta circunstancia particular que no parece que fuera a cambiar mucho en los próximos meses?

-Definitivamente ya estas elecciones son otras. Hay que ser bastante imaginativos. Eso nos desafía a todos a inventar los mecanismos para poder llegar a los votantes. Y por supuesto aglutinar en esas acciones a toda la militancia del Instrumento para que pueda contribuir en esta difusión. Queda claro que ya no vamos a hacer nuestras grandes concentraciones masivas, que era una de nuestras características para mostrar la fuerza en torno al proyecto, entonces vamos a buscar varias maneras. Unas son las redes, otras los medios de comunicación tradicionales. Pero hay varias propuestas que estamos escuchando de compañeros de base para poder hacer propaganda de una manera muy imaginativa, que próximamente, cuando el tribunal electoral levante la bandera a cuadros para los últimos 45 días previos a las elecciones, aproximadamente el 22 de julio.

Reclamos

El diario The New York Times publicó en su edición dominical de la semana pasada un nuevo estudio realizado por “investigadores independientes” que vuelve a afirmar que el informe sobre las elecciones de octubre en Bolivia realizado por la Organización de Estados Americanos (OEA) no es contundente y no puede asegurar la existencia de fraude.

El economista de la Universidad de Tulane, Francisco Rodríguez, la politóloga Dorothy Kronick y el doctorando Nicolás Idrobo, ambos de la Universidad de Pennsylvania, concluyeron que la OEA “usó un método estadístico inapropiado que creó artificialmente la apariencia de una ruptura en la tendencia de la votación”. Esto en referencia a los datos de último momento que revirtieron la tendencia y que la OEA tomó como base de sus “sospechas”.

Consultado por este tema, el candidato presidencial del partido de Evo, Luis Arce, señaló que “lo único que está haciendo ese estudio es ratificar todo lo que venimos diciendo desde el año pasado, que no hubo fraude, que lo que hubo fue un golpe de Estado con un pretexto inventado, con la complicidad de la OEA”.

El Grupo de Puebla pidió a la OEA en un comunicado “aclarar de forma inmediata cada uno de los elementos que han sido controvertidos” por el citado estudio y también “la presencia de una comisión independiente a la Secretaria General de la OEA, que se encargue  de reestablecer la legitimidad democrática en Bolivia”.