La concreción de una primera liga villera de fútbol en la Argentina, y consecuentemente con ello, el armado de un seleccionado conformado por jugadores de equipos de las villas es uno de los objetivos inmediatos de La Poderosa. También para que, a partir de ese movimiento, haya un agrupamiento en diferentes países de la región, para que se le golpee la puerta a las respectivas federaciones con el objetivo de exigir que un porcentaje de los derechos federativos y de formación de los pibes salidos de las villas vaya a las propias comunidades en las que crecieron y no se los queden solamente los clubes. Con ese mismo concepto, en el Foro se disputó un torneo de fútbol que llamaron «Copa Resistidores de América» entre equipos de distintos países de Latinoamérica. Pero en ese domingo a la mañana, soleado y festivo, no hubo un solo ganador porque la consigna fue que, estando allí «ya ganaron todos».

En el cierre del torneo, el profesor Fernando Signorini destacó que «la idea es terminar con la gran injusticia de la utilización de los pibes que nacen en los barrios carenciados. Ya hubo conversaciones con la AFA. Los derechos federativos van a volver al lugar original. Cuánto le hubiera tocado a Fiorito de lo producido por Maradona; a Fuerte Apache por Tevez; a Pacheco por Riquelme y a tantos otros barrios. Las injusticias no se pueden seguir extendiendo». Luego recordó: «La Poderosa nació en un partido de fútbol, cuando los pibes se preguntaban para qué hacen falta los árbitros. Me pregunto también para qué sirve la policía». «