El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este jueves que su país y los aliados seguirán proporcionando sistemas de seguridad a Ucrania para apoyar el intento de recuperar su territorio, una respuesta que buscaba el ucraniano Volodimir Zelenski, quien un rato antes trazó un grave diagnóstico ante el Congreso norteamericano al advertir que Kiev perderá la guerra si se corta el respaldo militar.

Por la mañana de este jueves, Zelenski advirtió a los congresistas, sobre todo a los republicanos, que su país corría el riesgo de perder la guerra si dejaba de recibir ayuda.

«Subrayé que una victoria de Ucrania garantizaría que ni Rusia ni ninguna otra dictadura desestabilicen nuevamente el mundo libre», relató después Zelenski en la red X (antes Twitter). «Para ganar, debemos permanecer unidos», insistió.

Algo de ese reclamo se vio satisfecho después, en el encuentro que mantuvo con Biden en la Casa Blanca, en el que el anfitrión remarcó que «junto con aliados y socios” Washington seguirá “brindando sistemas de seguridad para apoyar el progreso de Ucrania en la recuperación de su territorio».

Se trata de su segunda visita a Washington desde que Rusia inició la invtervención militar, en febrero de 2022, y apenas llegado, vestido con su habitual uniforme caqui, se dirigió al Congreso e inició una reunión con congresistas republicanos y demócratas para intentar convencerlos de que Estados Unidos siga gastando plata en ayudar a Ucrania.

Al salir, declaró a periodistas que había mantenido «un muy buen diálogo» con los congresistas.

El mayor obstáculo a la ayuda está justamente en el Congreso, que además enfrenta un momento complejo, porque existe riesgo de una parálisis presupuestaria desde el 1 de octubre si oficialistas y opositores no se ponen de acuerdo al menos sobre una ley de finanzas provisional.

Zelenski buscó convencer a los líderes demócratas y republicanos para evitar que un nuevo paquete de ayuda para Kiev se vea bloqueado por pugnas internas.

El líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, no escoltó a Zelenski a su llegada al Capitolio, pero sí lo hizo el jefe de los conservadores en el Senado, Mitch McConnell.

Presionado por el ala derecha de su partido, McCarthy dijo el martes que pediría a Zelenski que rinda cuentas del dinero que ya se gastó, pero no trascendió si efectivamente le hizo ese planteo.

El también republicano Michael McCaul, jefe del comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, confió en que se apruebe una nueva ayuda de 24.000 millones de dólares.

La recorrida de Zelkenski por la capital lo llevó luego al Pentágono, la sede del Departamento de Defensa, siempre como parte de su campaña por obtener más armamento, incluyendo misiles de mayor alcance, y más tarde a la Casa Blanca, donde fue recibido por Biden y su esposa Jill con alfombra roja, banderas y militares vestidos de gala.

A continuación, los dos jefes de Estado se dirigieron al Despacho Oval, donde el presidente estadounidense prometió «asegurarse de que el mundo apoye» a Ucrania.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, había revelado que Biden pretendía tener «una perspectiva del campo de batalla directamente del comandante en jefe de Ucrania».

Zelenski destacó entonces que había comenzado el día en el Congreso para agradecer el apoyo y que aprecia “mucho la ayuda prestada por Estados Unidos para combatir el terror ruso». “Productiva”, fue la palabra que usó para referirse a la conversación con Biden.

Para esos primeros momentos del encuentro, la Casa Blanca ya había informado que Biden anunciaría un nuevo paquete de ayuda al país que incluye «defensa aérea para ayudar a Ucrania», pero que no entregaría “(misiles) ATACMS, aunque no ha excluido esta posibilidad para el futuro».

Sí anunció Biden un nuevo paquete de seguridad para Ucrania que incluirá el segundo envío de sistemas de defensa antiaérea Hawk y entregas mensuales de armas adicionales durante el transcurso del invierno.

Esta nueva asistencia «protegerá a Ucrania, los silos de cereales, los hospitales, las escuelas y las plantas de energía de Ucrania», remarcó Biden ante la prensa. Y agregó: . «Ayudará a salvar vidas ucranianas».

El mandatario reiteró que «Rusia es la única que se interpone en el camino de la paz» y Zelenski usó el término “productiva” para referirse a la conversación con el dueño de casa.

Casi en paralelo, el secretario de Estado, Antony Blinken, dijo en un comunicado que autorizó el retiro de 128 millones de dólares en equipo militar estadounidense para Ucrania, que se proporcionará junto con 197 millones de dólares en retiros previamente habilitados.

«La resiliencia, el coraje y la determinación de Ucrania han inspirado al mundo y han galvanizado los esfuerzos estadounidenses y globales para ayudarla a defenderse y asegurar su futuro», expresó Blinken en una nota.

Con todo, no pasó desapercibida la advertencia del consejero en Seguridad Nacional, Jake Sullivan, acerca de que «habrá una pausa (en el apoyo) si no tenemos los fondos para el 1 de octubre», en referencia a la situación de tironeo en el Parlamento.

Zelenski recibió algo más en su visita a EEUU: el titular del Consejo Europeo, Charles Michel, expresó su apoyo a revisar el derecho a veto del que goza Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU y advirtió al Kremlin que «la impunidad no es eterna».

Al hablar durante las 78 Asamblea General de la ONU, Michel lamentó que Rusia «abusa del derecho de veto» en el organismo, lo que implica que un miembro permanente del Consejo de Seguridad esté «violando flagrantemente» la Carta de Naciones Unidas y el derecho internacional.

«La Unión Europea apoya la iniciativa de Francia y México de limitar el derecho de veto en casos de atrocidades masivas», insistió Michel, que destacó la necesidad de implementar un modelo que combine la toma de decisiones por mayoría con un uso «moderado y modulable» del derecho a veto.