El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, llamó a «ejercer plenamente y consolidar la democracia» y a «lograr políticas de Estado basadas en el acuerdo», en el acto de inauguración de la 135ª Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional de La Rural en el predio ferial del barrio porteño de Palermo. También lanzó un aviso: «En las próximas elecciones el campo no va a ser un espectador pasivo. El campo va a ser protagonista de la realidad nacional, de una nueva Argentina».

En las gradas se ubicaban los principales referentes de la oposición, con sus precandidatos a presidente a la cabeza: Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Ningún funcionario de primera línea del gobierno nacional asistió al acto, ni siquiera el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, quien así evitó escuchar los cuestionamientos a las políticas estatales frente a la sequía que, sin embargo, hizo extensivas a los últimos 80 años.

El planteo inicial dejó clara la autopercepción del sector: Pino dijo que el campo «es el único sector que genera divisas genuinas para que la Argentina funcione». A continuación, buscó repartir críticas a toda la representación política de la Argentina en el contexto electoral, pero como era previsible, fue más agudo con las políticas y referentes del gobierno nacional. Desde el atril se encargó de reclamar que, a 40 años de democracia, se deje de lado «el vaivén entre extremos».

«¿Cuándo será el día en que un gobierno saliente no deje al siguiente un campo minado de problemas por estallar? ¿Cuándo será el día en que el gobierno que asuma no se cruce de brazos quejándose de la famosa ‘pesada herencia recibida’?», interpeló.

En ese marco, ejemplificó que mientras que Argentina «sigue exportando la misma cantidad de toneladas anuales» que en la década de los ’60, «Brasil multiplicó sus exportaciones 29 veces». Luego sostuvo que la producción actualmente se encuentra «estancada, trabada y debilitada», pero opinó que se podría «producir mucho más» de cambiar «las condiciones impositivas y macroeconómicas».

Así, tras cuestionar las retenciones agropecuarias, Pino criticó las medidas cambiarias adoptadas por el Gobierno nacional y aseguró que «el Estado actúa como socio desleal y forzoso», con «impuestos confiscatorios, discriminatorios y distorsivos».

En sus múltiples cuestionamientos, Pino tuvo alusiones al poder legislativo, a la provincia de Santa Cruz, a las «prebendas y la industria del juicio», entre otras.

«El poder legislativo descuida su trabajo. Estamos en julio, y las sesiones de los legisladores pueden contarse con los dedos de la mano; dejan a nuestro sector sin leyes fundamentales (como por ejemplo, la ley de semillas), desconectando a la Argentina de la evolución tecnológica, o fuerzan sesiones sin sentido con el único fin de manipular al Poder Judicial», aseguró. Y sobre la provincia patagóncia, gobernada por Alicia Kirchner, no usó metáforas: «En esa provincia siguen cerrándose campos, simplemente porque el Estado no se ocupa de equilibrar la producción agropecuaria con la preservación de la fauna autóctona y la diversidad biológica. Consecuencia: los productores ganaderos abandonan la Patagonia».