Hallado en mitad de los años sesenta, no hay indicios de cuál es la fecha de la escritura de este documento: el guión de la película Extraño a Mar del Plata sin extraños. Algunos suponen que fue durante la segunda mitad del gobierno peronista entre 1952 y 1955. Otros, que fue después de haber sido derrocado. Los índices de odio no pueden ser tomados en cuenta para determinar fechas, ya que en el gobierno o derrotado, al peronismo se lo odia de igual forma. A continuación, como muestra, unos extractos.

SECUENCIA 53-EXTERIOR-RUTA 2-DÍA

Un grupo de demócratas con escolaridades media y alta aprobadas camina por la Ruta 2 con actitud expectante. Dialogan mientras parecen estar esperando que llegue «algo».

DEMÓCRATA 1 –Soy marplatense y no puedo permitir que «eso» llegue a nuestra ciudad…
D 2 –Yo sólo soy un asiduo turista de estas playas. Pero siento a esta ciudad como mía. Y tampoco permitiré que llegue hasta aquí «ese monstruo».

Un demócrata se alerta de algo. Apoya su oreja sobre el asfalto de la ruta.

D 2 (al que está con la oreja contra el asfalto) –¿Alcanzás a escuchar algo?

D 3 (con la oreja contra el asfalto) –Sí… parece algo mecánico… como ruidos de una maquinaria… Uocraaa… Uocraaa… algo así…

D 2 –Siempre hablaron de un monstruo, no de una máquina…

D 1 (mirando y señalando a el horizonte) –Ni monstruo, ni máquina… es… otra cosa
Plano del monstruo mecánico-edilicio que avanza sobre la ruta. Es una mezcla de ventanas, paredes, puertas. Parece un gran monstruo hecho de pedazos de edificios.

SONIDO (ruidos del monstruo al moverse) –Uocraaaa… Suther… Uocraaa… Sutheeerrrrr… ¡Sadop!
Los demócratas huyen por la ruta mientras el monstruo avanza. Le arrojan piedras y palos, pero el monstruo saca un látigo y lo azota sobre el asfalto.

SONIDO (látigo contra el asfalto) –¡Ssssssssmata! ¡Ssssssssssssmata!

D 2 –Es poderosísimo. No podemos hacer nada…

D 1 (con mucho desprecio) –¡Por Dios! ¡No soporto verlo!

Plano del monstruo mecánico-edilicio que al escuchar al demócrata despreciándolo, se molesta. Los pedazos de edificios con los que está hecho crujen. El monstruo se expresa.

MONSTRUO (sonido de sus expresiones de molestia) –Uthgrraaaa… Uthgraaaa…

Los demócratas se dan cuenta de que el desprecio molesta al monstruo.

D 1 –Despreciémoslo… ¡eso lo perturba!
¡Despreciémoslo!

D 2 –¡Sí! Además, es lo mejor que sabemos hacer.
Los demócratas se entusiasman y empiezan a gritarle al monstruo.

DEMÓCRATAS (muy, muy despreciativos, con asco incluso):
–Ignorante.
–Pata sucia.
–Negro de mierda.
–¡Peroncho!
–No tenés estudios completos.
–¡Eres masa y no pueblo, al decir de socialistas como Alfredo Palacios!
El monstruo empieza a retorcerse por la irritación que le causa lo que le gritan. Los edificios, entonces, parecen empezar a desgajarse.
D 1 –Vamos, que lo desarmamos… ¡Vamos! ¡Más desprecio aún!
DEMÓCRATAS:
–¡Pobre!
–¡Negro muy, pero muy, muy de mierda!
–¡Seguidor de demagogos que cooptan tu voluntad a través de dádivas!
–¡No tenés estudios completos!
–¡Víctima del clientelismo!
–¡Black of shit!
MONSTRUO –Uthgraaa…. Foetraaa… Fatap… Luz y Fuerza…

El monstruo, mientras se retuerce y se va desarmando, avanza y deja a los demócratas atrás.
D 2 –Está avanzando sobre la ciudad…
D 1 –¡Qué importa si avanza! ¡Lo importante es que se desarma!

Caminando hacia el centro de Mar del Plata, pedazos del monstruo van cayendo sobre la ciudad. Los demócratas observan felices. Hasta que de pronto uno se alarma.

D 5 –Oh… no. De cada pedazo de edificio que cayó está saliendo algo…
Se ve que de cada edificio caído salen familias con canastas, sombrillas y sillitas que corren rumbo a la playa.

D 1 –Oh… ¡Cada pedazo del monstruo en forma de edificio, al caer, se convirtió en un hotel sindical!

D 2 –¡Qué error hemos cometido! ¡Despreciándolos sólo logramos que caigan y se queden!
D 1 –Despreciarlos fue desafiarlos. Creo que se quedarán para siempre. Es una lección que debemos aprender.

D 2 –¿Por qué se quedan? Se supone que nos odian. Tendrían que despreciar lo que tenemos y usamos, por ser de oligarca y de burgués.
D 1 –No odian lo que tenemos y usamos. Ellos también lo quieren. No son comunistas.
D 2 –Por supuesto. Y nosotros estamos preparados para defendernos de los comunistas. De que no nos quiten nuestros privilegios…
D 1 –Y estos no nos lo quieren quitar. Son peronistas. Lo que quieren es compartirlo. Cosa para lo cual no estamos preparados…
D 2 –Esto sí que va a ser difícil…
D 1 –Iré a casa de los Bioy. Silvina querrá escuchar.

La secuencia termina con uno de los demócratas charlando con Silvina Ocampo en su casa. Luego de escuchar lo sucedido, Silvina se enfada y golpea a su esposo, Adolfo Bioy Casares, con un mazo de polo en la cabeza. Bioy trastabilla y cae sobre Borges, que está de visita y justo viene del baño. Ambos caen sobre el bidet, que al no parar de echar agua hacia arriba, moja a ambos en la cara. Esta escena parece inspirada en un cortometraje de Los Tres Chiflados, sobre todo porque tanto Bioy como Borges tratan de pararse, pero por el agua, vuelven a resbalar y caen una y otra vez.

La película, se supone, jamás fue filmada. Un corto de animación de la misma época toma parte de la idea, aunque cambia al monstruo por naves espaciales que aterrizan y se convierten en hoteles sindicales, reforzando la idea de «invasión». La cuestión es que Mar del Plata ya no será la misma. El policlasismo jamás la abandonará. Por supuesto que a Pinamar y Punta del Este también irá gente humilde. Pero estará trabajando, no de vacaciones. Esa es la diferencia. <