Mucho más que un programa de humor, Peter Capusotto y sus videos se transformó en un verdadero fenómeno cultural. Mezcla de surrealismo, bufonadas y ácida crítica existencial, algunos de sus célebres personajes y las expresiones imaginadas por Pedro Saborido y Diego Capusotto se convirtieron en referencias de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, en un raid cómico que llegó a las 11 temporadas hay creaciones geniales de todo tipo y color, más allá de las “estrellas” como Micky Vainilla, Violencia Rivas o Bombita Rodríguez. Aquí, una selección de algunos de ellos.


El rimador

Se trata de un cantautor que supo tener una gran facilidad para la lírica, pero cuya imagen desgarbada le impedía conectarse con su público. Hasta que un día le recomendaron ponerle un poco de humor a su talento innato con las palabras, y entonces la rima chabacana y efectiva se hizo carne en él para cambiarle la vida. Pero entre el éxito y el fracaso -se sabe- hay apenas una delgada línea.


Los oportunistas del Conurbano

Este grupo de rock ramonero, con un claro manejo de las melodías simples y pegadizas y un look pelilargo y achupinado, busca prensa a toda costa. ¿Y cómo lo consigue? Nombrando a grandes ídolos de la cultura argentina que le aseguren rascar alguna cortina de cualquier programa, o lo más parecido que se pueda. Así llegan hits dedicados a las odiseas deportivas de Messi, Nalbandian y Ginobilli, como también al carisma de Darín, Francella y hasta Martha Argerich.

Quebracho Castania

Otra genial crossover de política y música popular, esta vez a partir de una figura con una increíble historia. Es presentado como “activista y mujeriego”, uno que no puede soltar el vaso de whisky y el cigarrillo de su mano, y que tampoco -la verdad- puede acordarse de mucho, dadas las secuelas de su agitada existencia. Pero para eso está el entrevistador, que rescata su trayectoria de militancia ultraizquierdista, romances y canción melódica con pañuelo tapando la cara. Quebracho canta “Si te agarro en McDonald’s te mato», uno de los tantos éxitos que acuñó «entre el amor y la protesta».

El mochilero

Un aventurero que quiere imponer el espíritu hippie en pleno siglo XXI. Con pullover y gorro, cargado de vituallas y una sonrisa de Buda, rechaza las despedidas y una vida de confort para buscar la libertad sin planear nada… Aunque sus pasos no lo lleven mucho más lejos de la panadería o la vereda de su casa.


Elmer Grassa

Todas las formas de conjugar el verbo «partir» caben en el monoéxito de este cantante con bigotín y rosa roja en mano: “Te fuiste, me dejaste, huiste”, intenta conmovernos Elmer. Pero resulta que en un vistazo a su vida fuera del escenario, descubrimos que sus novias escapan de su lado por ser un verdadero machirulo desagradable, ignorante y maleducado.