La ciudadanía dará hoy su primer veredicto y acomodará las fichas sobre el tablero. Por cuarta vez desde la institucionalización del sistema de selección de candidatos –y en formato de debut para el gobierno de Mauricio Macri– los argentinos definirán en Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) a los postulantes para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Será la primera foto de una secuencia que terminará de configurarse en los comicios nacionales del domingo 22 de octubre. 

El gobierno recibirá esta noche un diagnóstico de la marcha de la gestión y una aproximación de las fidelidades y fugas en aquella masa crítica de apoyo que le permitió llegar al poder en diciembre de 2015. Será su primera prueba electoral con Macri, la gobernadora María Eugenia Vidal y el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en el centro de la escena aun sin ser candidatos. Y la apuesta a ganar poder legislativo paragarantizar la gobernabilidad en el segundo tramo de gestión. 

La oposición, en sus múltiples expresiones, buscará hacer pie en el «medio término» para señalar un límite a la gestión, con especial énfasis en las consecuencias del rumbo económico.

Aunque hoy se vota en todo el país, el foco de atención quedará concentrado en la provincia de Buenos Aires: el primer distrito del país suma 12.280.736 electores (el 40% del padrón nacional), seguido por las provincias de Córdoba (2.885.715), Santa Fe (2.715.807), Ciudad de Buenos Aires (2.553.787) y Mendoza (1.407.968). 

El desigual Conurbano bonaerense encierra varias de las llaves de esta elección: poco más de la mitad de ese crucial universo está conformado por mujeres, más de un tercio vive en situación de pobreza, los desocupados suman 639 mil, los subocupados 642 mil y los trabajadores en negro 1,6 millones.  

Por la provincia de Buenos Aires, se eligen hoy 35 candidatos a diputados y 3 a senadores. Además, los bonaerenses definirán 23 y 46 postulantes a senadores y diputados provinciales, respectivamente. En los 135 partidos de la Provincia se consagrarán un total de 1.097 candidatos a concejales y 401 consejeros escolares.

Para las principales fuerzas políticas, la elección de hoy funcionará como una encuesta-test. Todas competirán en las PASO con una sola lista para los cargos nacionales. 

Los encuestadores deberán sortear, una vez más, su propia prueba. Las proyecciones y ¿ocultamientos? sobre la posición de los tres precandidatos a senador que modelan esta elección –Esteban Bullrich (Cambiemos), Cristina Fernández de Kirchner (Unidad Ciudadana) y Sergio Massa (1País)- amenazan con poner en riesgo mucho más que el prestigio de un nombre. 

Dilemas amarillos 

El oficialismo enfrenta el desafío de este domingo después de una campaña en zigzag. La Casa Rosada entregó la candidatura al ministro de Educación -con Graciela Ocaña al tope de Diputados- y se fijó la meta de compensar su escaso conocimiento entre los bonaerenses con la figura de Vidal. La propiedad transitiva no funcionó y el candidato sumó errores y fallidos que dejaron al descubierto la distancia con un distrito al que nunca quiso bajar. 

Aunque confía en torcer a su favor el pronóstico de paridad que maneja para la Provincia, el gobierno admite dificultades en dos secciones electorales clave: una porción de la primera articulada por Moreno, Merlo, Malvinas Argentinas, Escobar, Hurlingham y San Martín, y la decisiva tercera (La Matanza y otros 18 municipios) donde la ex presidenta confirmó el liderazgo del peronismo y creció con fuerza. 

Otra incógnita para el oficialismo está encerrada en tres ciudades que resultaron clave para el triunfo de María Eugenia Vidal en 2015: La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca. Esos  puntos de la geografía bonaerense aparecen hoy como paradigma del impacto del ajuste en las economías locales. Cambiemos espera  superar allí a Unidad Ciudadana por entre 5 y 8 puntos, muy por debajo de los 17 y 21 puntos de ventaja que la gobernadora consiguió en 2015 en la capital provincial y la tradicional ciudad balnearia, respectivamente. 

A esa lista de desempeño incierto también se suma Zárate, otro de los puntos del mapa afectado por el aumento del desempleo, y la respuesta  final del interior provincial beneficiado por las políticas a favor del campo.  

Una eventual derrota en la Provincia será compensada –anticipan en el gobierno- con el posicionamiento de Cambiemos como primera fuerza nacional. Para cumplir con ese objetivo el macrismo necesita confirmar la proyección de triunfo en al menos ocho provincias, incluidas Córdoba y Santa Fe (Ver Página 12). También es condición que el nivel de participación del electorado se mantenga en el nivel histórico del 75 %, en especial en la franja etaria de adultos mayores (a partir de los 60 años) donde el macrismo concentra el núcleo duro de sus adhesiones. Esa exigencia obligó al gobierno a una salto paradójico: después de utilizar parte de la campaña para cuestionar la validez de las PASO y los comicios legislativos –el Presidente llegó a proponer un cambio de sistema electoral para votar todas las categorías cada cuatro años- los candidatos y funcionarios de Cambiemos utilizaron cada minuto de aire mediático de la última semana para pedir a la ciudadanía que el domingo cumpla con su deber cívico. 

El desafío de volver

Un año y medio después de dejar el poder, Cristina Fernández revalidará títulos al frente de un espacio que la tuvo como protagonista casi excluyente en una campaña reversionada. El volumen político de su figura –sumado a la polarización propiciada por el gobierno- contribuyó a convertir a la pelea bonaerense en una contienda de inevitables implicancias nacionales. 

La exmandataria se sometió a un esquema de contacto nuevo: privilegió las recorridas puntuales por fábricas, comedores, escuelas y universidades y puso en primer plano a los ciudadanos especialmente afectados por las medidas económicas -un frente en el que gobierno no pudo mostrar resultados positivos- y el recorte en derechos sociales, especialmente aquellos conquistados durante las tres gestiones kirchneristas. 

El promedio de las encuestas conocidas en la semana previa al cierre de campaña ubicó a su espacio -el ex canciller Jorge Taiana secunda a CFK y la economista Fernanda Vallejos encabeza la lista de Diputados- al frente de las preferencias del electorado bonaerense.  Con 4.581.830 electores, la tercera sección electoral se convirtió en la base de apoyo del crecimiento progresivo de la candidatura de la exmandataria. La firme adhesión de las franjas más vulnerables del electorado y de los jóvenes, especialmente el grupo de entre 16 y 25 años, afianzaron su posición. Se trata de una tendencia de apoyo al kirchnerismo ya identificada en la elección presidencial de 2015.  

 Massa y los otros

El exintendente de Tigre apuesta hoy a romper con el escenario de polarización y a convertirse en una suerte de tercero en discordia. Su posición en la línea de competencia fue  quizás el punto de mayores divergencias entre  los encuestadores que lo ubicaron en un lejano tercer lugar, al mismo tiempo que expectante en el segundo y parejo tanto con CFK como con la lista de Cambiemos. Con Felipe Solá al frente de la lista de precandidatos a Diputados y una posición privilegiada para el ex ministro Roberto Lavagna en las últimas incursiones de campaña, Massa busca hoy convertirse en el «elector» de la campaña que comenzará mañana sin escalas. 

 Tras la negativa a integrarse al espacio liderado por la ex presidenta, su ex ministro Florencio Randazzo intentará hoy arañar los dos dígitos tras una campaña en la que no logró remontar con fuerza pese a las expectativas iniciales.  

En la amplia oferta de 15 espacios políticos que pugnarán por alcanzar el piso de 1,5  por ciento para seguir en carrera en octubre, la izquierda jugará sus fichas en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) con Néstor Pitrola al frente de la lista de precandidatos a senador y Nicolás Del Caño en la nómina de Diputados.   «